No todos estamos de vacaciones (mañana, de nuevo hacia Elche para proseguir con procesos de coaching, y por la mañana, uno vía Zoom), pero la prensa me temo que sí.
De los periódicos de ayer, sólo puedo recomendarte la entrevista de Arantxa Zabalbeascoa a la escritora y profesora Xita Rubert, de 27 años. Hija del filósofo Xavier Rubert de Ventós y de la escritora Luisa Castro, nació en Barcelona, se crio en Santiago de Compostela y ha vivido en Boston, Miami y Nápoles. Su libro ‘Mis días con los Kopp’ es una crítica al mundo universitario por el aislamiento de la élite académica respecto al entorno. Lectura para este verano.
Por lo demás, el estupendo post de Marta Grañó sobre “la paranoia de la productividad” (ese círculo vicioso producido por la desconfianza de mandos intermedios y directivos, fruto de mala calidad del management y procesos de selección amateurs) y el artículo de Xavier Marcet sobre las empresas como “lugares de tensión y equilibrio”. Tensión entre ambiciones corporativas y aspiraciones personales; equilibrio entre la orientación al cliente y al talento, en el que el Liderazgo es clave. “El liderazgo empieza cuando el verbo influir supera al verbo mandar“.
Xavier Marcet es uno de los más admirables pensadores de Management que tenemos en España (en total, apenas una docena de Quijotes). Su libro Esquivar la mediocridad es lectura imprescindible para cualquier directiv@ que se precie de serlo. Tengo el honor de formar parte con Xavier del Jurado de los Premios DUX y siento que en la temporada 2023-2024 tenemos que hacer más cosas juntos. Siempre se aprende de un maestro como él.
Hace cuatro años (antes de la pandemia), Xavier Marcet publicó 30 notas sobre el talento. Notas que, como si se tratara de una melodía, me gustaría interpretar.
- “A veces generalizamos el término talento para referirnos a todas las personas que trabajan en una organización. Practicamos una generosidad equivocada”. Efectivamente, talento no es sinónimo de personas, ni mucho menos de “Recursos Humanos”: Las personas con talento ponen en valor lo que saben, quieren y pueden hacer. Esa frase manida y demagógica de “en esta empresa todo el mundo tiene talento” no es generosa; es falsa. Pongamos que un 20% paretiano ya es como para tirar cohetes.
- “Hay diversos tipos de talento, igual que hay diversos tipos de inteligencia. Pero no hay talento sin resultados”. Efectivamente, hay inteligencias múltiples (nueve: las ocho de Howard Gardner más la “inteligencia espiritual”, siguiendo a la gran Carmen Pellicer) y talentos de lo más variado. El problema es que la mayor parte de las personas no descubren su talento (su “ikigai” o razón de ser: pasión, misión, vocación, profesión) y sobre todo no lo cultivan, por lo que la planta del talento se seca. “Sé tan buen@ que no puedan ignorarte” (Steve Martin).
- “Las personas de talento no son expendedores de excusas, prefieren ofrecer resultados, habitualmente los ofrecen por encima de la media. Los objetivos importan”. Frente a la excusa (por no lograr lo esperado), la aportación de Valor. “Valor es lo que el cliente espera de ti” (John Quelch). Excelencia es superar las expectativas (Aristóteles).
- “El talento dibuja una constante, no es un episodio, no son cantantes de una sola canción. Uno no tiene talento de por vida. Hay que estar al día, asumir nuevos desafíos y dar resultados. El mejor talento es el que vive con la humildad de aprender siempre”. Efectivamente, el talento puntual puede ser una foto; la carrera profesional que define el auténtico talento es una película. Humildad no es despreciar tu talento, sino aprender continuamente.
- “El talento no es solamente conocimiento. En la escuela nos evaluaban ya hace muchos años por conocimientos, procedimientos y actitud. No estaba tan mal visto”. El talento es capacidad (aptitud y actitud) por compromiso en el contexto adecuado. Hay muchas personas con conocimientos que carecen del talento necesario para ser empleables.
- “El talento dibuja trayectorias dónde reconocerse. No importa que sean sinuosas, importa su sentido. El binomio propósito consistente y talento es ganador”. El talento es un tipo de inteligencia que elige bien las metas (José Antonio Marina). Sin un propósito consistente, el talento es flor de un día.
- “Tener o crear oportunidades, dentro o fuera de una organización es un indicador de talento. A una persona de talento, cada dos o tres años, les acontecen puntos y a parte en su vida profesional. Oportunidades no inerciales. Si a uno, cada dos o tres años, solamente le vienen puntos seguidos o no sucede nada relevante en su carrera profesional, quizás uno cree que tiene mucho talento, pero los demás no se dan cuenta”. El talento alimenta una segunda curva, una tercera, etc. El talento que no se aprecia, se deprecia por pereza.
- “No hay talento sin capacidad de adaptación. Al contrario, el no-talento está muy vinculado a la capacidad de adaptación”. El talento ha de ser resiliente, ágil. Los acomodaticios, que se conforman con lo primero con lo que se encuentran, rara vez muestran su talento.
- “El talento no se construye acumulando muchos títulos de formación. Ir a clase o formarse es una cosa y aprender es otra cosa. El talento se forja aprendiendo y desaprendiendo”. Xavier insiste, con razón, en que formarse es una cosa y aprender, otra. Aprender es ser consciente para ser más competente. Importante distinción en un país como el nuestro, con tantos universitarios y la mayor tasa de desempleo de la UE.
- “Las organizaciones gestionan mejor el talento que el no-talento. No hay gestión del talento sin gestión del no-talento. La incompetencia existe y hay que afrontarla”. Muchas empresas no son valientes como para desvincularse de la mediocridad. El coste es enorme.
- “En general, quien tiene talento no tiene tiempo, y si lo tiene, lo utiliza para pensar y escribir (si no escribimos no sabemos si pensamos)”. Especialmente, no tiene tiempo para criticar a los demás o dedicarse a hacer el mal.
- “Es un error dejar la innovación a los que tienen tiempo”. O como dice el proverbio, “si quieres que algo salga, dáselo a una persona ocupada”.
- “Los tóxicos (aquellos que Einstein definía como esa gente que encuentra un problema para cada solución) son consumidores extremos de tiempo de su entorno. A más toxicidad, más tiempo reclaman. Dedicarles mucho tiempo es un gran error. Lo suyo no se soluciona con darles mucho más tiempo que a los comprometidos y a los generosos. Un talentoso tóxico podría ser letal”. Los tóxicos son uno de los mayores “ladrones de tiempo” y por ello una organización “talentocéntrica” debe huir de esos cansinos como de la peste.
- “Al talento no hay que motivarlo, lo que hay que hacer es no desmotivarlo”. Porque toda motivación es intrínseca (Propósito, Autonomía, Maestría; Daniel Pink) y el palo y la zanahoria sólo funciona para los mediocres.
- “Talento atrae talento y mediocridad atrae mediocridad”. Un directivo que prefiere colaboradores sin talento no es un líder sino un tirano de medio pelo.
- “Lo peor que le puede pasar a una organización es que los mediocres se hagan con el sistema de contratación”. Algo tan común que much@s CEOs no se dan cuenta de ello.
- “Nunca deberíamos contratar a nadie que, en algo, no sea mejor que aquellos con los que debe interactuar”. Porque en caso contrario no aportará gran cosa.
- “Hay cuatro preguntas importantes al hacer las cosas: a) su ¿porqué?, b) en qué consisten, c) cómo se hacen (know how) y d) quién las hace (know – who). La última pregunta es la más olvidada en el sector público. Es un gran error.” Del propósito a la responsabilidad. Como nuestro Sector Público no se transforme hacia el Talento, no podremos pagarlo. Será un Estado del malestar.
- “La estrategia son personas. Quién hace las cosas es diferencial. Las empresas necesitan tener talento de guardia”. Sin ejecución (talento), la estrategia es una entelequia. Las empresas ganadoras se están apuntando al “quiet hiring” (¿a quién necesitamos en la organización próximamente), como los mejores clubes de fútbol.
- “La empresa ideal es la que incorpora un número suficiente de talento y buenas personas. Los que tienen talento nos hace competitivos. Las buenas personas ayudan a construir comunidades que valen la pena”. No concibo el talento como buenas personas. Las empresas en las que escasea el talento no tienen futuro.
- “En los próximos años el gran reto de los profesionales es combinar la inteligencia artificial con la inteligencia natural de las personas. Y es en esa nueva relación entre personas y máquinas dónde debemos decantar la ecuación hacia el talento de las personas. Las máquinas inteligentes no tienen talento, tienen algoritmos”. Como dijo el neurocientífico Rafa Yuste, “no me preocupa la IA, sino la estupidez humana”. Las máquinas no poseen curiosidad ni creatividad, ni inteligencia emocional ni intuición.
- “Las organizaciones en las que no entra ni sale casi nadie deben ser las más preocupadas por el talento. Un flujo razonable es un síntoma de talento, con pocas excepciones”. Las empresas sin “frescura de talento” se pudren.
- “En el cómo gestionamos el talento hay una huella profunda de la cultura corporativa de una organización”. Cultura proviene de “cultivar” (Cicerón). En una empresa, lo que se cultiva -o no- es talento individual y colectivo. ¿Para qué están l@s líderes si no es para eso?
- “Las organizaciones necesitan talentos complementarios. Las organizaciones abiertas complementan mejor el talento interno con el talento externo, o combinan atinadamente talento experto con talento innovador”. Sin complementariedad (diversidad e inclusión) no hay equipos; sin ecosistemas de talento no hay innovación.
- “En las reuniones, los destellos de talento son armas de construcción masiva. El talento de ego contenido se expresa con la contundencia que le da la brevedad”. Si en las reuniones no aparece el talento, la empresa tiene un serio problema de sostenibilidad… de sí misma.
- “Es raro el talento sin esfuerzo”. Es tan raro como imposible, porque el compromiso (esfuerzo) es un componente del talento tan importante como la capacidad. El talento “natural” de los que no se esfuerzan es un mito: en el deporte, en la empresa, en la política, en el arte, en la vida.
- “El talento acostumbra a ser autoexigente”. Por supuesto. El talento que lidera detecta el potencial de los miembros del equipo y practica una exigencia que es compasiva.
- “Es muy deseable que el talento milite más en las soluciones que en los problemas”. Porque si no milita en las soluciones, si el talento no es solvente, no está aportando valor.
- “Cuando las personas de talento dudan lúcidamente me inspiran más confianza”. Una de las principales cualidades del talento es el pensamiento crítico. “El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas” (Bertrand Russell).
- “En la era de la gestión de la complejidad, la persona de talento sabe construir síntesis sobre un número de matices exponencial”. Las personas con talento simplifican lo complejo; los estúpidos complican lo simple. En el talento hay pensamiento conceptual.
Bonus Track (30 + 1): “Conjugar talento con humildad abre las puertas de la sabiduría”. “Dame un corazón atento para impartir justicia y para distinguir el Bien del Mal” (Salomón).
Gracias, Xavier, por estas sabias notas que humildemente he tratado de interpretar. Feliz verano.
‘Nuvole bianche’ (Nubes blancas) de Ludovico Einaudi. Como las que se ciernen sobre el talento.
La entrada 30 notas sobre el Talento, por Xavier Marcet se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.