31 de julio, Día de San Ignacio de Loyola: “Saber sin hacer no es saber”. Felicidades a los Nachos y a los Iñakis.
Ayer estuve viendo en Movistar+ ‘Oppenheimer: el dilema de la bomba atómica’. Robert Oppenheimer (1904-1967), un físico genial, un ingenuo tremendo. “Tras la bomba atómica, no habrá más guerras”, llegó a decir. Cuando presenció la exitosa prueba en Los Álamos, citó los versos de Vishnu en el Bhagavad Ghita: “Yo soy la muerte, el destructor de mundos”.
El presidente Truman (que ordenó los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945) creía que la URSS no tendría la bomba atómica. Stalin la consiguió en 1949.
Oppenheimer aceptó ser director de Princeton como jefe de Albert Einstein, que le consideraba un “gnar” (en alemán, un simplón, un estúpido). El gobierno de su país, durante la caza de brujas de McCarthy, apartó a Oppenheimer por comunista. El físico murió en 1967 de cáncer de esófago, consecuencia de haber fumado sin parar. Tenía 62 años y nunca recibió el Premio Nobel.
Todavía no he visto la película de Christopher Nolan (no es un director de mi devoción), pero me la han recomendado personas amigas en cuyo criterio confío. Ya te contaré.
Era de esperar. Tras la contienda electoral y en plenas vacaciones, poca cosa en la prensa del pasado fin de semana. Escaso pero valioso.
Para entender mejor qué ha pasado tras el 23 J, te propongo dos artículos de finos analistas: ‘Sánchez las va a pasar canutas‘, de José Alejandro Vara y ‘El Banquete de las Consecuencias‘, de Imelda Rodríguez.
“El debate público no inspira a nadie, es un concurso de gritos”, Michael Sandel, uno de los profesores de Filosofía de moda, que imparte en Harvard. Se indigna de que conceptos como “libertad” se hayan convertido en armas arrojadizas. Como no se resigna a la devaluación cívica, ha actualizado uno de sus clásicos, ‘El descontento democrático’. “La izquierda debe buscar una visión alternativa del patriotismo; es demasiado potente para dejársela a los partidos xenófobos”. “España ha roto en las urnas la tendencia al alza de la extrema derecha en Europa, es una señal alentadora”. “La política es una negociación constante entre lo necesario y lo posible”.
“Muchos dicen que no hay talento, pero pocos crean una cultura empresarial que capte a los jóvenes”, Massimo Marsili, DG para el Sur de Europa y Marruecos de XPO Logistics: 2.600 tráileres y 300 camiones. Un CEO en la logística que apuesta por el talento.
‘La UE avanza en materia de educación y trabajo digno’, por Rosa Carvajal. La Unión Europea ha presentado en la ONU en Nueva York su aplicación de la agenda 2030. De 2014 a 2019 se crearon 11,4 millones de empleos, hasta un máximo histórico del 74,6%.
‘Canciones del verano que han quedado para siempre’, por Carlos Marcos. Por orden creciente:
10. Bailando, de Enrique Iglesias (2014)
9. Ojalá que llueva café, de Juan Luis Guerra (1989)
8. Eva María, de Fórmula V (1973)
7. Yo quiero bailar, de Sonia y Selena (2001)
6. Ritmo de la noche, de Mystic (1990)
5. Despechá, de Rosalía (2022)
4. La bilirrubina, de Juan Luis Guerra (1990)
3. Un rayo de sol, de Los Diablos (1970)
2. Hay que venir al sur, de Rafaella Carra (1978)
- Escuela de calor, de Radio Futura (1984)
Además las columnas de Carmen Posadas: ‘¿Y del glamour qué? (“Es como si un hada malvada hubiese abatido sus alas negras sobre los Grimaldi”)
Rosa Montero, ‘La luz del mundo’: “La heroicidad fría, persistente, racional. Esa es la que maravilla, la que me deja sin palabras. A esa no llego”.
Isabel Coixet, ‘Los diarios de Jane B.’: “La gran lección de Jane Birkin es cómo supo acallar esa maligna voz que le decía que no valía nada”. Frente al miedo del síndrome de la impostora, el coraje y la apuesta por el amor.
Mi canción favorita, de 1980, es la de Nacha Pop: ‘La chica de ayer’. “Mi cabeza da vueltas persiguiéndote”.
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