Llevo 36 años interrumpidos como consultor estratégico de transformación y creo firmemente en la Consultoría como apoyo en las empresas (pymes y grandes) para la creación de valor sostenible. De hecho, España adolece de un grave problema de productividad, que está empeorando, en buena medida por la baja calidad directiva (20 puestos por debajo de lo que correspondería a un país en el Top 15 mundial) y por el efecto Duning-Kruger: cuando más sabio es un directivo, más humilde es y más consciente de la ayuda que necesita (en un mundo megaVUCA, toda ayuda solvente es necesaria); cuanto más necio es un dirigente, en la empresa como en la política, con mayor soberbia se comporta y menor asesoramiento contrata. La ignorancia genera falsa confianza; hay una correlación evidente entre estupidez (no estar preparado) y vanidad. Así nos luce el pelo.
En esta línea, he estado leyendo ‘LA CONSULTORA. Cómo McKinsey dirige el mundo’, de los periodistas Walt Bogdanich y Michael Forsythe, investigadores del New York Times.
Estos dos galardonados periodistas han pasado cinco años analizando la consultora más prestigiosa e influyente del mundo (34.000 profesionales), que gana miles de millones de dólares asesorando a empresas y gobiernos que recurren a sus servicios para maximizar sus beneficios y mejorar la eficiencia. Su filosofía empresarial, sus valores, consiste en hacer que el mundo sea un lugar mejor y su prestigio atrae a los talentos más prometedores de las universidades de élite. Sin embargo, poco se sabe de ella, pues el secretismo es una de las principales características de la firma.
En el libro detallan la implicación de la empresa en Estados Unidos en algunos de los escándalos más importantes acaecidos en los últimos años: la crisis de opiáceos en Estados Unidos, la política migratoria de Donald Trump, la promoción de la industria del tabaco y de los combustibles fósiles, y fuera de su país natal su relación con tiranías y gobiernos corruptos de toda índole. Numerosos conflictos de interés, codicia desmesurada y ética más que cuestionable. Ejemplos de un capitalismo disfuncional en el que la economía productiva ha sido sustituida por la especulativa. Una crítica similar a la de la economista italoamericana Mariana Mazzucato (con Rosie Collington) en su última obra, ‘The Big Con’.
Es posible que McKinsey en EE UU esté perdiendo parte de su mística. En 2021 los socios de la firma desaprobaron la gestión de Kevin Sneader tras las varias crisis (indemnización de 477 M $ para zanjar la crisis de los opiáceos, desvinculación de analistas de banca privada, etc), por primera vez en 45 años, tras sólo tres de mandato, y nombramiento del californiano Bob Sternfels (economista e historiador por Stanford, Master en Oxford, 29 años en McK) para sustituirlo y transformar radicalmente las cosas. Sneader no se quedó en el desempleo precisamente; pasó rápidamente a Goldman Sachs como presidente de Asia Pacífico excepto Japón.
He de decir que admiro profundamente la visión estratégica de los antiguos miembros de McKinsey que dirigen grandes empresas españolas, como César González-Bueno (Banco Sabadell), Carlos Torres (BBVA), Ángel Vilá (Telefónica), Meinrad Spenger (MásMóvil) o Antonio Anguita (Securitas Direct). He tenido la ocasión de aprender de la mayoría de ellos y comprobar sus mentes brillantes, orientadas a la transformación cultural.
Una buena acción con mala prensa. La consultoría como justificación de que los directivos hagan lo que le dé la gana (“a los clientes les gusta que les digan que están haciendo lo que tienen que hacer”, profesor John Lawler, Universidad de Illinois) es evidentemente una farsa vergonzosa, inadmisible. La consultoría sana, honesta, auténtica que aporta valor sirve a la ventaja competitiva de las empresas, incuestionablemente. La diferencia es clara y notable; en la ética de la Alta Dirección (o la falta de ella) radica la diferencia.
Mi gratitud a aquellas empresas clientes, más de un millar, que a lo largo de tres décadas y media han aprovechado la oportunidad de mejorar con un poco de ayuda ajena. El aprendizaje es mutuo.
‘Tempted’ de Squeeze. Cuidado con la tentación. “Tempted but the truth is discovered”
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