Acaba la primavera. El verano se presentará ante nosotros (en el hemisferio norte; el invierno, en el sur) el próximo miércoles 21 de junio a las 16 horas y 58 minutos. Un nuevo tiempo, idealmente de descanso.
He estado leyendo ‘Las 50 leyes del poder en El Padrino‘ del sociólogo chileno Alberto Mayol. Según este investigador del malestar social, El Príncipe de Maquiavelo desveló las leyes del poder en el Renacimiento. El Padrino hace lo propio en nuestro tiempo.
¿Cuáles son esas 50 leyes?
Ley n.º 1 Todas las situaciones, condiciones y vicisitudes pueden ser una oportunidad y, por ello, cada circunstancia y lugar deben ser estudiados en detalle.
Ley n.º 2 La pasión es enemiga del poder.
Ley n.º 3 Todas las misiones que han merecido tal carácter son igualmente relevantes.
Ley n.º 4 Las decisiones relevantes sólo se discuten con quienes toman parte en la decisión.
Ley n.º 5 Si hay que elegir entre la eficacia y la eficiencia de una decisión, elige la eficacia.
Ley n.º 6 No toda acción debe responder a una estrategia, pero toda acción debe ser coherente con la estrategia.
Ley n.º 7 Si un estúpido controla un imperio, tú puedes tomar ese imperio. A menos que seas más estúpido que aquel que controla el imperio (y no lo sepas).
Ley n.º 8 Un gran táctico puede ser un pésimo estratega.
Ley n.º 9 En una negociación nadie debe salir humillado.
Ley n.º 10 Piensa como tus enemigos…
Ley n.º 11 …Y que nadie sepa lo que estás pensando.
Ley n.º 12 Desconfía de los mediadores, suelen tener un bando.
Ley n.º 13 No hay nada, nunca, que sea más importante que la razón.
Ley n.º 14 Nunca sabemos si el enemigo explícito es el enemigo último.
Ley n.º 15 Los recursos deben ser utilizados en proporcionalidad a su relevancia.
Ley n.º 16 Que tus actos sean predecibles en tiempos de paz e impredecibles en tiempos de guerra.
Ley n.º 17 El culpable debe ser del tamaño del problema. Si no lo es, entonces no lo has encontrado.
Ley n.º 18 Cualquier característica personal puede ser susceptible de convertirse en un recurso para acumular más poder.
Ley n.° 19 Cuando un accidente se repite, es mejor ser supersticioso.
Ley n.° 20 La prudencia es la mayor virtud del gobernante.
Ley n.° 21 La arrogancia es el mayor pecado del que administra poder.
Ley n.° 22 Hay cosas que simplemente se hacen y luego se olvidan.
Ley n.° 23 Mucha de la información que recibimos son mitos. Tener información propia es esencial.
Ley n.° 24 En momentos difíciles, gana tiempo.
Ley n.° 25 Todo grupo que aspira a acumular poder debe estructurarse con un carácter monolítico.
Ley n.° 26 Es imperativo cuidar del propio mundo.
Ley n.° 27 El respeto no es la mejor arma, pero es el mejor escudo.
Ley n.° 28 La permisividad es una fuente de grandes problemas.
Ley n.° 29 Quien perdona una traición siempre estará en peligro.
Ley n.° 30 Nunca aceptes una humillación, salvo que tengas posición dominante.
Ley n.° 31 Nadie es inmune a la transformación del poder y si eres inmune, sencillamente morirás.
Ley n.° 32 Todo hombre tiene su destino.
Ley n.° 33 El crecimiento de tu poder no se ha consolidado si la sociedad no se ha enterado. Pero no se pueden enterar por ti.
Ley n.° 34 Nada es personal en el juego de los intereses. Pero al observar el panorama comprenderás que todo es personal.
Ley n.° 35 No se debe resentir el darwinismo radical del poder.
Ley n.° 36 Hay hombres para tiempos de paz y hombres para tiempos de guerra.
Ley n.° 37 No se debe abusar de los recursos.
Ley n.° 38 Cultiva el secreto y el poder crecerá estable.
Ley n.° 39 Nunca se debe ostentar una negación y menos decir simplemente «no» a quienes se aprecia.
Ley n.° 40 Un escenario de aparente debilidad puede convertirse en un problema real.
Ley n.° 41 Desconfía de las situaciones extrañas.
Ley n.° 42 Las historias verosímiles son un poder relevante.
Ley n.° 43 El ejercicio del poder debe desplegarse con la mayor sutileza posible.
Ley n.° 44 Todos los recursos son armas.
Ley n.° 45 Hasta lo ilegítimo debe ser institucional.
Ley n.° 46 El caos es el poder del lumpen.
Ley n.° 47 Los favores articulan poder.
Ley n.° 48 La posición es más importante que las piezas.
Ley n.° 49 Abogados, abogados, abogados.
Ley n.° 50 No hay poder en la mentira.
* Ley n.° 50 bis La lealtad del pueblo es tan frágil o tan intensa como es la categoría del líder.
Alberto Mayol, nacido en Santiago de Chile hace 47 años, además de sociólogo es politólogo, podcaster y libretista de ópera, entendió estas leyes sobre el poder presentes en la novela de Mario Puzo y la trilogía de Coppola tras sufrir como profesor universitario. “Mi asesinato fue sencillo”.
En su opinión, la partida del poder se juega a diario en las empresas, en el amor, con los amigos, en la familia… su libro es como si Vito Corleone nos susurrara al oído cómo defendernos, cómo conseguir una posición estable y cómo seguir jugando.
El libro parte de ‘La constitución política de El Padrino’, don la cabeza del caballo como símbolo icónico, Vito Corleone como mentor inmóvil, La Cosa Nostra y una reflexión sobre el poder: “un animal misterioso en la Historia”.
Me ha llamado particularmente la atención la última de las leyes: No hay poder en la mentira. El autor nos recuerda la escena en la que Michael Corleone le pregunta a Hagen por los crímenes de su padre. “La verdad en la enunciación de los hechos no importa en el mundo de la Mafia. Y tampoco en el mundo del poder”. “La herramienta fundamental para administrar poder es el silencio”.
En un mundo de “mafias” (lo de los demás es una secta; lo nuestro es una asociación), conviene atender a reflexiones como ésta. “El poder siempre huele a tragedia griega”. Mi gratitud a Alberto Mayol por un libro que ya ha sido best-seller en su país.
Inevitable recordar la música de Nino Rota, el Vals de El Padrino
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