Anoche estuve viendo en La 1 de TVE ‘Crazy, Stupid, Love’, una comedia romántica protagonizada por Steve Carrel, Ryan Gpsling, Julianne Moore y Emma Stone, estrenada en cines hace diez años. ¿El Amor como fraude o como “alma gemela”?
He estado leyendo ‘El retorno de lo político’ de Chantal Mouffe, en una edición de Paidós de abril de 2021, si bien el libro es de 1999. La politóloga belga escribió en los 80 con Ernesto Laclau Hegemonía y estrategia socialista, un texto convertido en clásico como instrumento para la izquierda radical que, tras el final del socialismo real, pretendía apostar por la democracia sin abandonar sus proyectos de cambio social. En ese sentido, Mouffe es ideóloga de PODEMOS y de Más Madrid, entre otras formaciones de extrema izquierda.
‘El retorno de lo político’ recoge nueve artículos y ponencias, además de un capítulo original. Su propuesta es la Democracia Radical y el pluralismo “agonístico”: “Las sociedades democráticas se encuentran ante un conjunto de dificultades y muy mala preparación para afrontarlas”. Para ella, que piensa en términos antagónicos (como Carl Schmitt), el liberalismo es la evasión de lo político. “El ideal de la sociedad democrática no puede ser el de una sociedad que hubiera realizado el sueño de la armonía perfecta en las relaciones sociales”. Agonismo y antagonismo.
- ¿La Democracia Radical es moderna o posmoderna?, se pregunta Chantal Mouffe. Para ella, la revolución democrática impacta en todos los aspectos de la cultura general (el concepto de “hegemonía”), por ejemplo, en el feminismo (Carole Pateman). En el conocimiento ético, enfrenta a Aristóteles (phronesis) con Kant (razón práctica), a la tradición con la política democrática, y conecta con Gramsci. La Democracia Radical es, para sus seguidores, una Nueva Filosofía Política.
- El liberalismo norteamericano, considerado desde Tocqueville “la tierra preferida de la democracia liberal”, ofrece un nuevo paradigma con John Rawls y su “teoría de la justicia” y con Robert Nouzik y su “Estado mínimo”. Ella pone en tela de juicio el individualismo liberal por “atomista” (Charles Taylor) o inconsistente (Michael Sandel). L política de derechos no lo es del bien común, desde sus planteamientos. ¿Aristóteles o Maquiavelo? ¿Libertad de los antiguos o libertad de los modernos?
- Mouffe insiste en que Rawls propone “filosofía política sin política”. Antepone el derecho al bien, con una idea intuitiva de la equidad. Rawls pretende un difícil equilibrio entre Kant y Hegel (Glaston). La autora cita a Carl Schmitt: “los conceptos liberales se mueven rápidamente entre la ética y la economía. Desde esa polaridad intentan hacer desaparecer lo político como dominio de la conquista del poder y de la representación”. La autora apela a Maquiavelo en el sentido de que a partir de los conflictos se asegura la libertad.
- Ciudadanía democrática y comunidad política, algo que debate la izquierda. Mouffe contrapone el liberalismo al republicanismo cívico y a la comunidad política (valores compartidos en torno a un bien común). La comunidad política como societas (asociación política, Oakeshott). La ciudadanía democrática radical es Hegel y no Kant.
- Feminismo, desde el posmodernismo y el esencialismo. Mouffe plantea el problema de la identidad, conectada con la ciudadanía, en libertad e igualdad para todos.
- Sociedad liberal y pluralismo. La autora parte de Norberto Bobbio y el socialismo liberal, con una definición procedimental y jurídico-institucional de democracia, con un contrato social de justicia social, y `pretende concebir la ciudadanía política acorde con una democracia moderna.
- En la articulación entre liberalismo y democracia, en ésta última considera la “disolución de las marcas de certidumbre” (Claude Lefort). Y se pone del lado de Carl Schmitt en el sentido de que, para ambos, no puede haber democracia con liberalismo ni liberalismo con democracia. La democracia radical busca redescubrir el “régimen” desde la idea de politeia.
- En torno a Carl Schmitt, comparte su idea (radical) de la democracia moderna en su relación amigo/enemigo y la negación de la “neutralidad del Estado”. Hans Kelsen, principal adversario intelectual de Schmitt, defendía el sistema parlamentario. Para Schmitt, la democracia no es procedimiento sino “sustancia”. Comparte la idea de Schmitt de asociación política como forma de integración social.
- La política y los límites del liberalismo. Rawls, Dworkin y Ackerman defienden el “humanismo racionalista”. Frente a esa negación de “lo político”, Mouffe defiende el dominio del lenguaje (Wittgenstein), la contingencia y la indecibilidad, frente al racionalismo liberal. “Creo que una posición pluralista democrática no puede aspirar a establecer, de una vez y para siempre, los principios y disposiciones definitivos que deberían aceptar los miembros de una sociedad bien ordenada”, Sobre el consenso, “en lugar de protegernos del componente de violencia y hostilidad inherente a las relaciones sociales, la tarea es crear las condiciones bajo las cuales esas fuerzas agresivas pueden ser desactivadas y desviadas para hacer posible un orden democrático pluralista”.
Interesantes planteamientos los de Mouffe, ahora que estamos en campaña de cara al 4M. Hemos visto su plasmación en los disturbios de Barcelona y en el lenguaje TCV (Tras el CoronaVirus). Si te interesa profundizar en sus ideas, la entrevista de Samuele Mazzolini en julio de 2019: “Nunca tomé muy en serio la idea de PODEMOS de asaltar el cielo“.
El tema de hoy, ‘Un beso y una flor’ (1972, remasterizado en 2016), el clásico de Nino Bravo.
La entrada El retorno de lo político se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.