Ayer, en un día bastante gris, me llevé dos grandes alegrías. La primera, paseando por Madrid a partir de las 6 de la tarde (en el Museo del Prado podemos ver hasta marzo de 2021 la exposición Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideologías y artes plásticas en España (1833-1931) con la Fundación AXA) me encontré con una ciudad viva, alegre, con las terrazas llenas. Con mascarillas y medidas de seguridad sanitaria, por supuesto, Madrid es el “rompeolas de las Españas” como le gustaba decir a D. José Ortega y Gasset, demostrando que el virus no va a poder con nuestra forma de vivir. Madrid siempre te espera.
La segunda alegría, para Estados Unidos y para el mundo, ha sido la constatación de la victoria del ticket Biden-Harris sobre Trump-Pence. #ByeByeTrump. Lo comentaba en mi libro ‘Del Capitalismo al Talentismo’ (2012): en la transición entre una era, la del capital, y otra, la del talento como motor de transformación económica y social, juegan un papel decisivo los partidos políticos, las universidades y los medios de comunicación. En los extremos del arco ideológico, los populismos (que fundan partidos, desde las universidades, apoyados por determinados medios) y los ultranacionalismos (desde movimientos que no son partidos, anti-universidades y utilizando las redes sociales frente a los medios). Cuidado con confundirlos. Donald Trump, el excéntrico noeyorkino supuestamente millonario, estrella de la televisión (con su programa ‘El Aprendiz’ y su frase “Estás despedido”) quiso/supo/pudo recoger desde el “Make America Great again” todo el voto del odio al sistema, de aquéllos a quienes peor les ha ido en los últimos tiempos.
Sinceramente, pensaba que estas elecciones presidenciales 2020 llegarían al Tribunal Supremo, donde Donald Trump tiene nueve jueces frente a seis demócratas, en un “revival” de W Bush-Gore hace 20 años. Como recordarás, Al Gore fue VP con Bill Clinton (como Joe Biden con Barack Obama) y perdió las elecciones contra George W. Bush en Florida, estado cuyo gobernador era Jeb Bush. Te recomiendo el documental “Sin precedentes” para tratar de entender lo que pasó. Gore se convirtió después en el “ecologista nº 1” con Una verdad incómoda (2006), documental que ganó el Óscar, y se convirtió en premio Nobel de la Paz. Un estatus más cómodo que el de POTUS (Presidente de los Estados Unidos de América). El siglo XXI comenzó con el 11-S, la nueva guerra de Irak y la crisis de la burbuja financiera (2008) hasta llegar a la polarización extrema fruto de la desigualdad económica, el cambio climático y la crisis del coronavirus, con 238.000 fallecidos en EE UU y 1’2 M en el mundo cuando estoy escribiendo estas líneas.
Se abre con Joe Biden y Kamala Harris un tiempo de Esperanza en un mundo mejor. Que nadie dude de que la República Popular China es la nueva primera potencia económica mundial, 50 años después de que Richard Nixon (gracias a Milton Friedman) la convirtiera en la fábrica del mundo (y de paso se cargara la convertibilidad del dólar en oro), 40 años después de que el ultraliberalismo de Reagan pusiera el mundo a sus pies. Sin embargo, el Liderazgo Auténtico de Joe Biden y Kamala Harris pueden evitar que los valores de Occidente se debiliten como parecía. Creo que la clave de ello es la Fe de Joe Biden.
Biden es el segundo Presidente católico de los Estados Unidos, tras JFK. No es un dato baladí en una país de “cristianos renacidos” en la que la religión cobra tanto peso. Se ha referido Biden a su campana como “la batalla por el alma de la nación”. En esta “travesía del desierto” Biden ha hablado de “una llamada para servir y no servido. Una llamada a la justicia, a la sanación, a la esperanza y no al odio. Hablar de buenas noticias con buenas semillas”. Biden siempre lleva un rosario en el bolsillo y asiste semanalmente a misa.
La Fe como valor, más allá de las creencias religiosas -o no- de cada uno. De hecho, según el último estudio del Pew Research Center, la mayoría de los republicanos se consideran creyentes y más de la mitad de los demócratas no se declaran al respecto.
En el libro ‘El triunfo del Humanismo en la empresa’ me refería a las profundas críticas de Tomás Moro, el referente en Liderazgo auténtico, hacia Lutero y sus seguidores por eliminar el concepto de “libre albedrío”, de libertad en suma, por la predestinación. La consecuencia es ese “espíritu del capitalismo” que admiraba Max Weber (te sugiero que leas a Elvira Roca en Imperiofobia y cómo la obsesión de Weber por la burocracia nos llevó al capitalismo salvaje).
La Fe es Confianza en la Providencia, un convencimiento que nos ayuda a vencer preocupaciones y temores incluso en las situaciones más difíciles” (Decálogo para un Corazón Guaneliano, CRE). La Fe mueve montañas. La Fe es una virtud, y por tanto un valor vivido.
Volviendo a Biden, la Fe es esencial en su forma de ver el mundo. En un vídeo de campaña, cita a Kierkegaard: “La Fe permite ver en la oscuridad”. Y decía: “Sonreiremos de nuevo, reiremos de nuevo y veremos mejores días de nuevo”. En el recuerdo a George Floyd, cuyo asesinato provocó disturbios raciales, citaba la frase “La Fe sin obras está muerta”.
John McCarthy, que ha dirigido la campaña de Joe Biden, insiste que “no es que hablara de Fe a los votantes con Fe, sino que sea auténtico, una persona con Fe”. La conexión entre Autenticidad y Fe en el Liderazgo es fascinante.
La derrota de Trump, el charlatán salido de los tele-realities, es la derrota de la falsedad, del bravucón que se pega con todos. Ha pasado, como era de esperar, de la euforia a la ira. Biden, católico como Kennedy, debe reconstruir su país como Roosevelt. Sor Carol Keehan, que ha sido presidenta de la Asociación Católica por la Salud, considera que la Fe de Biden conecta con la justicia social, con la solidaridad activa, como en el Evangelio de San Mateo: “Lo que haces a mi hermano me lo estás haciendo a mí”.
Tengamos Fe.
La canción de hoy, ‘È piu ti penso’ (Cuanto más pienso en ti) de la película ‘Érase una vez en América’), banda sonora del gran Ennio Morricone (1928-2020), cantada por Ariana Grande y Andrea Bocelli
“Sono triste e sconsolato
Come non sonn stato mai
Senza te”
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