El otoño nos ha regalado un día espléndido de luz y sol para pasear en prácticamente toda España. De Madrid, el cielo.
José Antonio Marina, la referencia educativa en nuestro país, acaba de publicar un nuevo libro, ‘Proyecto Centauro. La nueva frontera educativa. Un modelo para los próximos 30 años’. Una propuesta sumamente sugestiva, porque “tal vez, la gran innovación que necesita la escuela es aprender del pasado. Al fin y al cabo, la educación es hija de la memoria”.
La presentó el pasado jueves en la Fundación Botín, entrevistado por Ángel Expósito (exdirector de ABC y presentador de ‘La linterna’ de COPE). Puedes ver la presentación aquí:
El punto de partida del libro para este sagaz detective del talento en que se ha convertido JAM es, cómo no, la sociedad del aprendizaje y la ley implacable que Marina nos ha enseñado: “Toda persona, toda organización y toda sociedad, para sobrevivir, tiene que aprender al menos a la misma velocidad con la que cambia el entorno. Y si quiere progresar, tendrá que hacerlo a más velocidad”. Su propuesta es elaborar una teoría psicológica y filosófica desde la educación, porque “el aula debería ser nuestro próximo laboratorio” (Stanilas Dehaene, neurocientífico cognitivo francés).
El profesor Marina desvela el enigma del ser humano, “en el principio era la acción” (Fausto de Goethe). “La decisión de actuar es el final del proceso y el comienzo de la realización”. Por eso, las tareas de la psicología emergente son los deseos (el factor más dinámico), las emociones y sentimientos, los incentivos. El tema central es la personalidad y por ello José Antonio Marina distingue acertadamente entre entre niveles: personalidad recibida (temperamento), aprendida (carácter) y elegida (respuesta). La educación es la instrucción más la formación (forja) del carácter. El autor repasa la personalidad heredada como matriz personal, con componentes básicos como el sexo, la inteligencia general (factor g, concepto psicométrico que combina la atención, flexibilidad, memoria de trabajo, metacognición e inferencia) y el temperamento (de hecho, un catálogo de 8 posibles); la personalidad aprendida como memoria y hábito (la noción fundamental de su modelo educativo). De hábitos a habilidades y competencias. De hábitos a la libertad. Marina expone esa gran frase de Aristóteles: “justo es lo que considera tal una persona justa” (un giro copernicano que me ha recordado la definición de “estratégico”, lo que es importante para el “strategós”). Lo esencial es la “areté”, la excelencia que hemos traducido por virtud. Otros ejemplos importantes para JAM son la virtud científica (la ciencia es el objeto poseído), la creatividad, las virtudes cívicas. La pericia o “expertise” se logra entrenando (no está de más recordárselo a esos empresarios y directivos que no practican el coaching ejecutivo).
Marina nos presenta una teoría de la inteligencia dual: generadora (el piso de abajo) y ejecutiva (el de arriba). La inteligencia generadora tiene mecanismos de producción extremadamente sofisticados. La ejecutiva, fruto de la evolución, nos ofrece emociones ejecutivamente trasnformadas, percepción ejecutivamente transformada, atención ejecutivamente transformada, movimiento ejecutivamente transformada, memoria ejecutivamente transformada, pensamiento ejecutivamente transformado. De modo que la decisión ejecutivamente transformada nos lleva a la voluntad (el hábito firme de seguir las indicaciones dadas por el pensamiento). La voluntad, que se aprende obedeciendo (primero a los demás, a los mayores; luego, a un@ mism@). Caemos en la tentación porque la voluntad desfallece ante el deseo.
Si el fin de la educación es la felicidad, partimos de que no hay una felicidad sino dos: subjetiva y objetiva. La subjetiva es una experiencia agradable: la objetiva es un criterio universal. Aristóteles llevaba la felicidad individual a la Ética y la común a la Política. Podemos ponernos de acuerdo en la Felicidad objetiva respecto al valor de la vida humana, la relación entre el individuo y la tribu, el ejercicio del poder, el modo de resolver conflictos, el sexo y la familia, la conducta con los débiles, la relación con los extraños y la relación con la muerte, el más allá y los dioses. La Felicidad subjetiva tiene una predisposición genética (que es el 50%), las circunstancias y las acciones voluntarias (el 40% según Sonja Lyubomirsky).
La educación del carácter pasa por una jerarquía de virtudes: de la libertad (construcción de la voluntad liberadora: virtudes de la decisión y de la realización), de la felicidad objetiva (pensamiento informado y crítico, sociabilidad, racionalidad compartida, compasión, justicia y respeto) y de la felicidad subjetiva (capacidad de tomar buenas decisiones, de enfrentarse y resolver problemas, de mantener el esfuerzo para conseguir los objetivos, de mantener vínculos sociales, agradables y corporativos, de mantener una autonomía adecuada a cada situación).
Finalmente, el profesor Marina dedica los últimos capítulos del libro a:
- los antecedentes del Proyecto Centauro. Virtudes y mitos de la Inteligencia Artificial (entre las plataformas educativas, las de Mindojo, Dreambox, Cerego, Smart Parrow, Knewton). ¿Por qué debemos preocuparnos? Porque “el competidor de Netflix no es HBO; es el sueño” (Reed Hastings, CEO de Netflix), porque se explota la vulnerabilidad de la psicología humana. Sí, las nuevas tecnologías facilitan la vida, pero pueden cambiar nuestras experiencias, nuestra personalidad y darnos una felicidad “blandita” (Francis Fukuyama): de la IA a la voluntad artificial.
- el Proyecto como propuesta de la psicología emergente. El nombre “Proyecto Centauro” proviene de Gary Kasparov: “el ajedrecista del siglo XXI será un centauro de cabeza humana y cuerpo virtual”. La inteligencia Centauro es biología + memoria (personal y virtual). La educación del carácter tiene mucho que ver con la tecnología, porque se trata de comprender y pensar críticamente. “La inteligencia humana seguirá manteniendo su objetivo esencial: dirigir bien el comportamiento. Pero tendrá que aprender a hacerlo en un mundo diferente (¿megaVUCA?). Una realización expandida que necesita una inteligencia expandida. La tarea de diseñarla es colosal y urgente, porque si no tenemos ideas claras sobre la nueva inteligencia, sobre la inteligencia centauro, la tecnología nos desbordará. No porque haya una conspiración malvada, sino porque la evolución de la tecnología puede estar siendo más rápida que la evolución de la inteligencia humana”.
Gran libro, como no podía ser de otra manera tratándose de una obra de José Antonio Marina. Un proyecto humanista (porque, más allá de la tecnología, las decisiones deben estar reservadas al ser humano), de la educación como forja del carácter desde la psicología emergente. A sus 80 años, el maestro se encuentra en plena forma y sus seguidores se lo agradecemos infinitamente. Mi gratitud al maestro Marina, a Cortijo Enríquez, a todo el equipo de la UP (Universidad de Padres) y a la Editorial Edelvives.
La canción de hoy, ‘All I want’ no en la versión de Kodaline (la banda irlandesa de inde rock) sino de Emma Bale, la cantante belga de 21 años.
All I want is nothing more
To hear you knocking at my door
‘Cause if I could see your face once more
I could die a happy man I’m sureBut if you loved me
Why’d you leave me?
La entrada Proyecto Centauro. Un modelo educativo para los próximos 30 años, por el maestro Marina se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.