Hoy se cumplen cinco años de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de las Naciones Unidas, que deberían cumplirse en 2030. 17 ODS y 169 metas que la pandemia parece haber dejado atrás. Sin embargo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son más importantes que nunca, porque estamos viviendo una crisis medioambiental, sanitaria, económica y social; las cuatro están interconectadas. Recuerdo que en el último Foro Económico Mundial de Davos (el próximo no será en enero, por primera vez en 50 años) el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Gutierres, declaró que no tenemos que “salvar el planeta”, sino salvarnos los seres humanos porque Gaia se cuidará de nosotros. Proféticas palabras.
Quiero dar la bienvenida a Ricardo González Escobar como Presidente para Latinoamérica del About My Brain Institute. Ricardo González es experto en el ámbito educativo, en estrategia de negocios, conferenciante internacional, líder de opinión y formador de líderes y equipos de alto rendimiento a nivel internacional. Es uno de los mejores exponentes mexicanos e iberoamericanos en estas materias. De formación en México, Canadá, Estados Unidos y Australia, es emprendedor (Director de su propia empresa de consultoría) y Master Trainer de nuestro Instituto de Neurociencias aplicado al Liderazgo About my Brain. Lo que más me gusta destacar es que Ricardo González es un ser humano honesto, apasionado y comprometido con el desarrollo del Liderazgo de las personas, que lucha por hacer de este mundo un lugar mejor: más amable, equilibrado y feliz. Gracias, Ricardo, y un fuerte abrazo. Nos vemos pronto a un lado u otro del Atlántico, aquí en tu casa que es España o en ese México que adoro.
Reconozco que ‘First Dates’, el programa de Carlos Sobera en Cuatro, es uno de los pocos programas de la TV generalista que me entretienen. Sin embargo, entre sus concursantes que tratan de encontrar el amor en una cena suele haber una creencia compatida: si la otra persona comparte los mismos gustos que tú, la cosa funciona. ¿Realmente es así? ¿No decimos que la diversidad enriquece y por tanto que “los opuestos se atraen”?
He encontrado la respuesta científica hoy en un artículo de la psicóloga social Amie M.Gordon, psicóloga social y profesora de la Universidad de Michigan: ¿Importa la Similitud en las relaciones?
Ay, ¡cómo es la Neurociencia! Las investigaciones demuestran que si tomamos 200 parejas y las comparamos con personas tomadas al azar, efectivamente los integrantes de una pareja presentan mayores similitudes. Pero eso no significa que la Similitud importe realmente, porque a mayor similitud no hay necesariamente mayor satisfacción en la pareja. El estudio clásico es el de los David A. Kenny (Universidad de Connecyicut) y Linda K. Acitelli (Universidad de Houston) de 1994: La medición de la similitud en las parejas.
Aquí interviene el elemento cualitativo: la similitud importante no lo es en la ciudad en que un@ vive, en aficiones o en gustos, como parece indicar el programa de Carlos Sobera, sino en valores compartidos, background (antecedentes, trayectoria), clase social o incluso religión. Que la personalidad sea similar no importa, por ejemplo. La generosidad como valor común atrae, pongamos por caso, pero los “cinco grandes” de la personalidad no tienen por qué coincidir para que la cosa funcione. En definitiva, actitudes, valores y background similares predicen en líneas generales la satisfacción, la intimidad, el compañerismo, la calidad del sexo y la duración de una pareja. Así lo demostraron Charlotte y Patrick Markey (Rutgers University y Universidad de Vilanova, respectivamente) en su artículo científico de 2007: Ideales románticos, logros como pareja y experiencias relacionales: la complementariedad de rasgos interpersonales entre los miembros de una pareja’.
La Dra. Amie Gordon se refiere a otro estudio (el de los profesores O’Rourke, Claxton, Chou, Smith y Hadjistavropoulos de 2011). que analizó a 137 matrimonios y parejas heterosexuales estables y que descubrió que las de “amor a primera vista” (como pretende el mencionado programa televisivo) son menos similares que las que se van conociendo paulatinamente en términos de estabilidad emocional, extraversión-introversión y autonomía.
Finalmente, aunque la similitud en personalidades no importe tanto como solemos creer, ciertos rasgos de personalidad sí son determinantes para las relaciones. En especial el neuroticismo: la tendencia a experimental emociones negativas, que suele asociarse a una peor calidad relacional en la pareja. Cuando se le pregunta a las personas lo que más valoran en una pareja, suele ser la lealtad y la honestidad. Sin embargo, es la inestabilidad lo que marca la diferencia. Los estudios de John y Laura Gottman sobre las parejas felices van en la misma dirección: se necesitan, ya sabes, cinco emociones positivas por cada emoción negativa para que la pareja se sienta bien como tal.
El neuroticismo es un concepto acuñado por Hans Jürgen Eysenck (1960) en su análisis dimensional de la personalidad. Se considera al individuo alto en neuroticismo como una persona con un tipo de sistema nervioso y sobre-reactivo, que reaccionan demasiado intensamente y demasiado persistentemente ante estímulos externos demasiados fuertes (1960). El neuroticismo acompañado de introversión daría lugar a trastornos de ansiedad, obsesiones y depresión y el neuroticismo acompañado de extraversión daría lugar a la neurosis histérica y a las personalidades psicopáticas.
Mi gratitud a la Dra. Gordon y a los investigadores a los que cita.
La canción de hoy, ‘Esperaré’ del gran Armando Manzanero, interpretada magistralmente por Sole Giménez.
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