Hoy, camino a Soria.
Slavoj Žižek es un filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno (Liubiana, 1949) que dirige el Instituto Kirkbeck de Humanidades de la London University. Le considero uno de los pensadores más interesantes de la actualidad, a la altura de José Antonio Marina, Harari o Chyung Bul-Han, porque combina el materialismo histórico (es decir, el marxismo) con el psicoanálisis de Lacan: el nudo borromeo de lo real, lo simbólico y lo imaginario, y el idealismo hegeliano.
Slavoj Žižek ha publicado unos 40 libros desde ‘El sublime objeto de la ideología’ de 1989 (La ideología como fantasía colectiva inconsciente que viene a estructurar la realidad). El último de ellos es ‘Pandemia. La covid-19 que estremece el mundo’, un opúsculo de 140 páginas en edición de bolsillo que parte del “Noli mi tangere” (No me toques, el ruego de Jesús a María Magdalena tras su resurección, en el contexto actual de mascarilla y distancia social). “¿Acaso el milagro del amor no es que formes parte de mi identidad precisamente en la medida en que sigues siendo un milagro (ein Wunder) que no puedo comprender, un acertijo no sólo para mí sino también para ti?”. Žižek se basa en el Hegel de ‘Fragmentos de juventud’. “Hegel escribió que lo único que podemos aprender de la historia es que no podemos aprender nada de la historia, así que dudo que la epidemia nos haga más sabios”. Que hable por él; aprende quien quiere hacerlo.
Me parece sugerente su planteamiento en 11 capítulos que un servidor considera dilemas (¿no va de eso la ética, de la resolución de dilemas?)-
- Todos estamos en el mismo barco (¿o no?). El autor cita a la periodista de Hong Kong Verna Yu_ “Si China valorara la libertad de expresión, no existiría la crisis del coronavirus. A no ser que se respete la libertad de expresión y otros derechos básicos de los ciudadanos chinos, estas crisis volverán a ocurrir (…) A lo mejor da la impresión de que los derechos humanos en China tienen poco que ver con el resto del mundo, pero, como hemos visto en esta crisis, cuando China frustra la libertad de sus ciudadanos puede suceder cualquier desastre. Seguramente ha llegado la hora de que la comunidad internacional se tome este tema más en serio”. Žižek nos recuerda que el lema de Mao Tse-Tung era “Confiad en la gente” y el Partido Comunista Chino hace precisamente lo contrario: desconfiar. Y contagiar de ese “virus” de desconfianza al resto del planeta. En términos lacanianos, “la suspensión de la verdad real no elimina su eficacia simbólica”. Para este pensador, esta pandemia es como La guerra de los mundos (1897) pero al revés (en el relato de H. G. Wells, los marcianos mueren por un patógeno al que no son inmunes). Y cita a Martin Luther King: “Puede que todos hayamos llegado en embarcaciones diferentes, pero ahora estamos todos en el mismo barco”.
- ¿Por qué estamos siempre cansados? Formamos parte de la “sociedad del cansancio” (Byung-Chul Han). Trabajadores que se autoexplotan como “sujetos-logro”: cadenas de montaje fordistas de las empresas tecnológicas (que producen sus teléfonos en China o Indonesia), autónomos, creativos que no descansan. ¿El trabajo os hará libres?
- Hacia una tormenta perfecta en Europa. El autor parte de ‘La tormenta perfecta’, fenómeno que popularizó Sebastian Junger con un best-seller de 1997 convertido en película. Algo que ocurre cada 100 años. Ahora el Andrea Gail, el barco de George Clooney, es Europa, con una triple crisis sanitaria, económica y social. Hace falta mucho más que mantener el orden con rostro humano (hace falta auténtico Liderazgo, me permito añadir).
- Bienvenidos al desierto viral. ¿Supondrá el coronavirus la caída del comunismo chino, como Chernóbil hizo con el ruso? Reinventarlo en base a la confianza en la gente y en la ciencia. Žižek usa como metáfora la “técnica de los cinco puntos de presión que hacen explotar el corazón” (Kill Bill 2): hace falta una transformación radical, con una OMS fuerte y creíble. Ha vuelto el capitalismo animista (los mercados, el capital como entidades vivas). El autor cita a Viktor Orban, el PM de Hungría: “Los liberales no existen. Un liberal no es más que un comunista con un título” y propone lo contrario: “los comunistas somos liberales con un título”.
- Las cinco fases de la epidemia. Como las de Elizabeth Kübler-Ross respecto al duelo: negación, cólera, negociación, depresión y aceptación, como las de respuesta medieval a las plagas (rechazo, ira, negociación, orgías dionisiacas -“que el món s’acaba”- y aceptación final), como las de cualquiera ruptura social. Fragilidad en nuestras vidas.
- El virus de la ideología. Cuanto más conectado está nuestro mundo, más posibilidades de que un suceso local nos afecte a todos. En esta pesadilla hay una sorprendente perpectiva emancipadora: “Vivre sans temps mort, jouir sans entravers” (Vivir sin tiempos muertos, disfrutar sin trabas, como en aquel manifiesto estudiantil previo a mayo del 68). Volviendo a Lacan (y a Freud), el superego no es un mandato negativo de prohibición, sino positivo de disfrute (“haz de tu Pasión tu profesión”).
- ¡Calma y pánico! Los medios de comunicación propagando el pánico como un auténtico virus. “El pánico posee su propia lógica” (y cuenta su experiencia de niño en Yugoslavia respecto al papel higiénico). “Se puede frenar la pandemia, pero con una estrategia colectiva, coordinada y global en la que participe toda la maquinaria del gobierno” (Tedros Adhanom Ghebreyesus, DG de la OMS). Estrategia que ha brillado por su ausencia. “La crisis climática está matando mucha más gente en todo el mundo que el coronavirus, pero no causa ningún pánico” (Owen Jones).
- ¿Vigilar y castigar? Sí, por favor. Giogio Agamberi: “¿Por qué los medios de comunicación y las autoridades hacen todo lo que pueden para crear un clima de pánico, provocando así un auténtico estado de excepción, con severas limitaciones al movimiento y la suspensión de la vida cotidiana y las actividades laborales en regiones enteras?”. ¿Será porque creen que les beneficia? Pánico exagerado para el control social, lo que Foucault llamó “paradigma de vigilancia y control”. Porque “cuando la naturaleza nos ataca con un virus, lo que hace es devolvernos nuestro propio mensaje”.
- ¿Es nuestro destino la barbarie con rostro humano? Los cambios radicales ya han llegado, con países (como el nuestro) que han echado el cierre. Volviendo al pensador italiano Giorgio Agamben, “nuestra sociedad ya no cree en nada más que en la vida desnuda (Nuda vita)”. Dispuestos a todo con tal de no caer enfermos. Como en la Guerra Fría, MAD (“loco”, siglas en inglés de Destrucción Mutua Asegurada”). “En una crisis, todos somos socialistas” y hasta los EE UU de Trump se plantean un Ingreso Mínimo Vital. “Se gastarán billones en violar las reglas más elementales del mercado”.
- ¡Comunismo o barbarie, así de simple! Lo que anteriormente parecía imposible ya está teniendo lugar. El conservador Boris Johnson nacionalizando los ferrocarriles (24 de marzo de 2020), por ejemplo. Un “comunismo del desastre” para oponerse al “capitalismo del desastre” (Naomi Klein).
- La cita en Samarra. Como en la historia del campesino que huye de Damasco eludiendo la muerte, que precisamente le espera en Samarra. Hay virus biológicos, virus digitales y el capital como entidad viral. Bruno Latour ha comentado que esta pandemia es un ensayo general de la crisis climática. “La definición clásica de sociedad ya no tiene sentido”. Necesitamos una nueva visión (y nuevos hábitos) “ético-políticos”, con valores (virtudes) que hemos de tomarnos seriamente. “La impotencia del poder ahora se pone en evidencia”. Una oportundiad para la ciencia y para la confianza.
Como apéndice, dos cartas de sus amigos: el psicoanalista brasileño Gabriel Tupinambá: “la gente que ya trabaja en casa son los que sufren más ansiedad y están expuestos a fantasías de impotencia” (como los soldados heridos en la guerra, menos ansiosos que los ilesos, en Más allá del principio del placer de Freud) y el periodista de Die Welt Andreas Rosenfeider: “La percibo algo heroico en esta nueva ética”. Žižek cree en una vida digna, no alienada, decente. Lo que Silvia Damiano, la referencia en NeuroLiderazgo desde Sidney, y un servidor llamamos “Liderazgo Brain-Friendly”, con 9 hábitos clave.
Un libro muy interesante, que coincide con los postulados de ‘El virus que reseteó el capitalismo’, no desde el comunismo de Žižek sino desde el talentismo, la nueva era en la que el talento es el motor de transformación individual y colectiva.
Ayer disfruté de una comedia entretenida y profunda en Netflix, la italiana ‘Bienvenido, presidente’ (2013) dirigida por Riccardo Milani y protagonizada por el cómico Claudio Brisio (se le ofreció a Roberto Benigni y a Carlo Verdone). El parlamento transalpino acuerdo nombrar presidente a Giuseppe Garibaldi, y resulta que hay uno: un bibliotecario de pueblo y pescador, Peppino, que se niega a firmar lo que no entiende y a ser deshonesto con su gente, lo que le hace popular. ¿Podrá derribar al sistema? Excelente guión de Fabio Bonifacci. Producida por la RAI, recaudo 8’5 M #€.
La canción que te propongo hoy, ‘Rememeber the time’, por Michael Jackson.
La entrada Las 11 paradojas de la pandemia, según Slavoj Zizek se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.