Semana final del estado de alarma en España. Ayer las terrazas, cafeterías y restaurantes de Madrid estaban a rebosar, en el centro (Gran Vía, Malasaña, Huertas), en el barrio de Salamanca, en Sanchinarro o la Moraleja…
Desde que el maestro José Antonio Marina me contó, hace más de 30 años, las investigaciones de Martin Seligman (Universidad de Pensilvania, 1967) sobre la “indefensión aprendida” (learned helplessness), el concepto me ha fascinado. Los mamíferos podemos aprender a vivir pasivamente, de forma sumisa, cambiando el locus de control (el lugar que determina nuestra vida) de interno: nosotr@s decidimos, a externo: alguien decide por nosotr@s.
Curiosamente, la indefensión aprendida de los demás no se consigue a través del miedo. Los nazis pensaban atemorizar a la población londinense con sus bombas durante la II GM. Lo que lograron fue ciudadanos más valientes, porque ya no tenían casi nada que perder. Churchill dio relato a ese coraje espontáneo.
Lo que provoca la “indefensión aprendida” es que la iniciativa no la lleves tú. Por ejemplo, como consecuencia de una amenaza real (una pandemia, por ejemplo) el gobierno te dice lo que tienes que hacer. Con 900 fallecidos diarios y la policía en las calles, no parece lógico hacer otra cosa. Quince días de Estado de alarma, otros quince, otros quince, otros quince, otros quince y otros quince (en total, seis entre el inicial y las prórrogas, un total de 3 meses). A partir del 22 de junio, con el temor del rebrote, serán las Comunidades Autónomas las que teóricamente deberán gestionar la nueva situación. Respecto a la crisis económica, los ERTEs pueden dar paso a los EREs y tendremos a millones de personas en el desempleo.
En la web de Psychology Today, ayer el Dr. Marty Nemko, coach personal y de carrera, autor de 10 libros, publicaba ‘No soy tan valiente‘. Cuatro cartas de sus pupil@s: he roto con mi novio tres veces y no lo puedo abandonar, detesto mi trabajo pero siento que ahora no es buen momento de dejarlo, no puedo criticar ideas convencionales que considero erróneas, me duele el estómago pero no me atrevo a ir al médico. En este vídeo tienes al Dr. Nemko con sus respuestas.
Evidentemente, en todas estas cuestiones hay un denominador común; la falta de valentía. Este coach californiano de prestigio les recomienda pasar a la acción: si está con un novio al que no quiere, en el fondo le está hiriendo y privando de vivir otra vida mejor para él; si el empleo no le satisface, debe fortalecer su empleabilidad y poner fecha a su salida; si tiene un punto de vista, debe expresarlo; si siente dolor, debe ir a un especialista a que le proporcione un diagnóstico adecuado antes de que la salud empeore y pueda ser demasiado tarde.
Desde los tiempos de Aristóteles, la valentía es una virtud (una areté, que desarrolla el potencial) que debe ser entrenada. Es el justo medio entre la cobardía y la temeridad. De hecho, me parece una actitud ante la vida. Por ello:
- Antes de la actitud, debe venir la aptitud (conocimientos, habilidades). Debemos prepararnos para ser valientes, desde el foco, la iniciativa y la acción.
- Toda actitud se compone de emociones (desterrar el miedo y sustituirlo por la alegría de vivir), de un lenguaje apropiado (positivo, ilusionante, inteligentemente optimista) y de la postura corporal adecuada (firme, decidida, resuelta). “Fake it till you make it” (pruébalo hasta que te salga).
- La valentía es salir del infierno. Como sabes, en la puerta del infierno de la Divina Comedia se leía “lasciate ogni speranza voi ch’entrate” (abandonad toda esperanza los que entráis). Esperanza: confía en lograr lo que deseas. Viaja a un futuro maravilloso y vuelve desde allí para conseguirlo. La inercia es muy poderosa; podemos romperla desde la Fe en un futuro mucho mejor. Comprométete con lo que quieres.
- No trates de hacerlo solo. El ser humano es intrínsecamente social. El tándem es la unidad mínima de Liderazgo. Permítete que alguien te ayude (tú también estás ayudando a esa persona, sea tu coach, tu pareja, alguien que te merece respeto y admiración cuando no amor: “el Amor que mueve al Sol y las demás estrellas” (Dante Alighieri).
- Empieza con un empujoncito (“nudge”, la teoría que le dio el Nobel al economista conductual Richard Thaler en 2017). Como las personas solemos preferir lo más fácil a lo más adecuado, porque así está diseñado nuestro cerebro, necesitamos un pequeño emujón para cambiar de carril en nuestra vida.
Te propongo el día 22 de junio como “Día Internacional de la Valentía”. Se acabó el Estado de Alarma; hemos de apostar decididamente por el coraje para vivir esa “experiencia global de placer y significado” que es la Felicidad. Tienes una semana para prepararte; aprovecha esta oportunidad histórica en tu vida.
Un poema, el de Mario Benedetti. Una canción, la versión de Nacha Guevara. ‘Somos mucho más que dos’. “Tu boca que es tuya y mía,/ tu boca no se equivoca./ Te quiero porque tu boca/ sabe gritar rebeldía”.
“Te quiero en mi paraíso,/ es decir, que en mi país/ la gente viva FELIZ/ aunque no tenga permiso”. Gracias, D. Mario. Gracias, Nacha (Clotilde Ignacia Acosta Badalucco).
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