Anoche vivimos la experiencia de cenar en la oscuridad en ‘Dans le noir?’. Mi gratitud a Adriana, Estela, Pepe, Sam y Jordi, un quinteto que te hacer vivir algo único. Dejar (durante un par de horas) la vista, el sentido más utilizado, de lado para aprovechar mejor el oído, el olfato, el tacto y el gusto.
Y hoy sábado, almuerzo en Ocafú: la deliciosa tortilla de Betanzos, el pulpo y los taquitos de croca. He visto en Movistar+ ‘Alita. Battle angel’ (2019) de Robert Rodriguez y en Netflix ‘En pocas palabras’ (Explained) sobre Programación (Coding).
Libro importante el de hoy, presentado el jueves pasado por su autor, Luis Castellanos: ‘El lenguaje de la felicidad. Cambia tu relato, transforma tu vida’. Luis, pionero absoluto del lenguaje positivo, nos invita en su tercera obra a elaborar un plan para diseñar e implantar nuestra felicidad (porque la felicidad es artesanía, no un momento puntual como la risa y la alegría) a través del lenguaje.
Luis Castellanos predica con el ejemplo y escribe deliciosamente. Así comienza ‘El lenguaje de la felicidad’ “El mundo es impresionante y va a ser cada vez más fascinante. Estamos empezando a descubrir qué nos hace felices y por lo tanto aprendiendo a rediseñar la vida para alcanzar la felicidad”. El lenguaje como invitación a la imaginación infinita, a innovar constantemente lo que decimos y nos decimos. Vamos “a bordo de un sueño”. Y cita al gran cocinero Andoni Luis Aduriz (Mugaritz): “Si existe un sexto sabor, es el sabor de las historias”. Dedicado a su madre y a su hermano Roberto (que tan bien sabe cuidarla), Luis estructura el libro en cinco capítulos:
- Caligrafía de la vida. Las preguntas sobre la felicidad, los pequeños detalles (“el pesimismo inteligente nos convence mentalmente con buenos argumentos derrotistas”): agradecer, dormir lo suficiente, meditar, hacer ejercicio, dedicar tiempo a familia y amigos, conectar menos con las redes y más con las personas. Es el prodigioso poder del lenguaje y de su alma, de la palabra habitada. Caligrafía porque la felicidad está en cada letra, en cada línea, en cada palabra. Caligrafía del corazón, caligrafía del alma. Dos verbos esenciales son dar y recibir.
- Toma el control de tu atención para encontrar tu mirada de la felicidad. Hablar de la felicidad es hablar también del dolor y del sufrimiento. Hemos de abrir la mirada. Las ilusiones peligrosas sobre la felicidad son el habla interna (el verdadero poder de la voz interior), el habla externa (el lenguaje exterior que nos roba la atención). Presencia. Amor. Coraje. El secreto es recalibrar la vida.
- Toma el control de tu tiempo: encuentra tu instante de la felicidad. El reloj maestro, comprender el tiempo (dar dominar la causa y efecto), entrenar el corazón de tus instantes. Somos adictos a nuestros ángeles y a nuestros demonios. “Cuida tus palabras porque es el lugar donde crecen tus sueños”. El quinteto de enemigos del aprendizaje: culpa, queja, crítica, excusa y mezquindad (falta de generosidad). Entrénate para soñar en grande.
- Toma el control de tus narraciones: encuentra tu relato de la felicidad. Libérate cambiando el relato. “Necesitamos más sabiduría, compasión, amabilidad, bondad. Una nueva ética política y de los negocios. Los tres pilares de la confianza son la autenticidad, la empatía temporal y evitar la falta de rigor. El bloqueo narrativo proviene de la fiebre de la felicidad y del “no sé”. La inteligencia narrativa y la resiliencia lingüística se desarrollan. Tod@s tenemos un estilo narrativo y una identidad narrativa. Vigilemos “el trazo de nuestra libertad”.
- Sé el maestro de tu vida, el artesano de tu felicidad. “Mi maestría de vida tiene la forma de mi mirada”. Seamos valientes con nuestras decisiones y disciplinad@s con nuestra pasión: fijemos rituales de la caligrafía del corazón y hábitos del lenguaje de la felicidad. Una persona sabia y feliz comparte 119 características, que Luis detalla en el libro.
En cada uno de los capítulos, una serie de ejercicios prácticos para que podamos mejorar en el lenguaje de nuestra felicidad. Gracias, Luis, por tu libro (y por mencionarme en tus agradecimientos, en este bucle infinito de amistad).
La canción de hoy, ‘I’m so excited’, no en la versión de las Pointer Sisters, sino en la de Donna Summer