Jornada de vuelta de Albacete, almuerzo en uno de mis orientales favoritos de Madrid y cine, ‘El Regalo’, protagonizada por Antonio de la Torre y Bárbara Lennie. Esperaba más de esta cinta de Rodrigo Sorogoyen, un relato sobre la corrupción que recoge los tópicos al uso y finaliza con una entrevista periodística à la Ana Pastor. El actor malagueño se mete en la piel de Manuel López Vidal, vicesecretario autonómico que fue acusado de corrupción cuando iba a dar el salto a la política nacional. Si bien Antonio Machado decía que cada país tiene los políticos que se merece, me niego a creer que nuestra España es tan cutre y hortera como se presenta en la película. Me gustó más la anterior película de Sorogoyen, ‘Que Dios nos perdone’.
Un estudio de este mismo 2018 sobre la Felicidad de la profesora Lucy McGuirk de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) y sus colegas Kuppens, Kingston y Bastian demuestra que la cultura de la felicidad puede tener un lado oscuro. “La felicidad se ha convertido en una obsesión cultural”, dice el estudio, y se le pide a la gente que se declare feliz cuando en realidad no lo está. La clave para evitar la presión es distanciarse de esa expectativa de felicidad. Cuanto más “se rumia” la felicidad ante las dificultades y el fracaso, peor se siente la persona.
Además de evitar la rumiación, los investigadores recomiendan normalizar la experiencia de quienes no se sienten felices, permitiendo libremente que se muestren así.
Mi gratitud a la Dra. Susan Straus Whitbourne, cuyos artículos científicos suelo leer en la web Psychology Today.
Ser feliz es una decisión personal (es en un 40% voluntario, y en un 50% referencial de los primeros años de vida, cuando “aprendemos” a ser felices o infelices.
Y hablando de corrupción, según Transparency International España es el país número 42 en percepción de la corrupción sobre 190 países con una puntuación de 52. En el Top 10, Nueva Zelanda (89 puntos) y Australia, los países nórdicos, Alemania y el Reino Unido, Francia, Portugal, Canadá y Estados Unidos, Japón, Taiwán. Uruguay y Chile, Polonia y las repúblicas bálticas. Por detrás de nuestro país en percepción de la corrupción Italia, Gracias, los Balcanes, Rusia, Ucrania y buena parte de Asia, África e Ibeoramérica. La corrupción nos cuesta a los españoles unos 90.000 M € anuales (casi el 10% del PIB, cuando la inversión en I+D es del 1’2%). Más de 7.00 personas detenidas en los últimos cuatro años.
Según un estudio de la Universidad de Missouri, la canción más feliz de las compuestas hasta la fecha es ‘Don’t stop me now’. Esta vez no en la versión de Queen, sino en la de McFly
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