El Parador de Plasencia, Cáceres, donde nos alojamos anoche, es un antiguo convento del siglo XV primorosamente restaurado. Apenas tuvimos ocasión de pasear brevemente por la ciudad (una localidad de 60.000 habitantes, con edificios renacentistas maravillosos, acueducto y puente romano) después de desayunar antes de volver a Madrid. Me he quedado con ganas de conocer más y mejor Plasencia, un sitio con alma al que estoy seguro regresaré pronto.
Viaje en coche con Santiago Puebla, escuchando musicales (especialmente ‘Los Miserables’ en la versión de Pedro Rui Blas y su elenco del Teatro Apolo, 1993). Hemos fluido con estas obras de arte, absolutamente inolvidable. El impacto de la música en la motivación y en la felicidad no es nada desdeñable. Muchas gracias, Santiago, por tu generosidad. Eres un modelo de persona virtuosa, de plenitud (la areté de Aristóteles) en toda la extensión del concepto.
Desde las 7,30 de la mañana he tratado de contestar (por teléfono, correo electrónico, wasap, SMS, linkedIn, presencial y otras vías) a los centenares de personas (sí, centenares, con toda modestia) que os habéis acordado y me habéis felicitado por mi 51º cumpleaños. Desde Australia hasta Colombia y Venezuela. Os doy de nuevo las gracias, porque me siento absolutamente abrumado. Si empezamos mi cumpleaños cenando con l@s amig@s de EBS en la Torre de Sande de Cáceres, he acabado en Valencia (de oeste a este) con una cena deliciosa en El Principal. No se puede pedir más.
Aunque en ManpowerGroup tenemos una práctica de optimización de la vida personal y profesional consistente en que el día de cumpleaños un@ no va a trabajar (es un “happy day”), he querido pasar brevemente por la oficina de Lagasca para saludar al menos a l@s compañer@s de Right Management y Experis de Madrid. Muchas gracias por vuestra alegría.
Y por la tarde, he tenido el honor de participar en la revisión de procesos de coaching ejecutivo en el programa de ESIC de la ciudad del Turia. Esta Escuela de Negocios especializada en Business & Marketing ya tiene amplia tradición con el PSLICE (Programa Superior de Liderazgo Innovador y Coaching Ejecutivo) en Zaragoza, está celebrando la primera edición del de Valencia, con un claustro de profesores de primerísimo nivel.
Me gusta participar en estas sesiones de revisión, dado que l@s alumn@s del programa reciben coaching y han de liderar sus propios procesos como banco de pruebas. Lo consideran una alta responsabilidad y dado que sus conocimientos sobre el tema son nuevos, suplen su escasa experiencia con un compromiso desmedido. Mi felicitación por ello. en estos procesos de acompañamiento, como coaches, se van dando cuenta de que:
- el coaching es absolutamente voluntario. Las personas somos capaces de cambiar, pero solo si queremos. Y esto no es nada fácil.
- el proceso es, en su esencia, pasar de la Reflexión al Descubrimiento (de la inconsciencia a la consciencia, apenas la millonésima parte, en la incompetencia) y de ahí al plan de acción y la generación de hábitos (de la consciencia a la inconsciencia, siendo competentes). Debe ser un diálogo fluido y natural.
- escuchar atentamente significa formular las preguntas adecuadas y poner sumo interés en lo que nos dice (verbal y corporalmente) la otra persona, sin forzarla ni atosigarla, con todo el respeto.
- el coaching, si bien es psicología (la “ciencia de la mente”) no es “terapia light”. L@s coaches no tenemos ningún derecho a iniciar pseudoterapias; ni es nuestro campo ni l@s pupil@s probablemente desean hacerlo.
- la duración del proceso de coaching ejecutivo, que se estima en 6 meses, puede ser mayor o menor en función de las necesidades actuales del “coachee”. Pero siempre sin incurrir en dependencia (el “síndrome de Svengali”) y asegurando la generación de hábitos.
- respecto a los hábitos (la “segunda naturaleza”, que diría Aristóteles), he pasado de 21 repeticiones a 66, según las últimas investigaciones. Probablemente por la “economía de la atención” y la gran cantidad de distracciones a nuestro alrededor.
- conviene en lo posible, que tras la primera sesión el “coachee” haya establecido en su plan de acción metas, objetivos (tras el filtro MARTE) e hitos a cumplir en las siguientes 3-4 semanas. Da una sensación de seguridad insustituible.
- Cuando el/la pupil@ necesita mejorar aspectos de su Inteligencia Emocional (Seguridad, Serenidad, Superación, Servicio, Sinergia), que es el 90% del Liderazgo, me remito a los grandes expertos sobre ello. Por ejemplo, Nathaniel Branden sobre la Autoestima, Martin Seligman sobre el Optimismo, José Antonio Marina sobre la Inteligencia Ejecutiva, Sonja Lyubomirsky sobre la Felicidad, Tal Ben-Shahar sobre el Perfeccionismo. Sugiero a l@s coaches que utilicen ‘Por qué necesitas un Coach’, donde recogemos el listo de expert@s (y de canciones, películas, etc).
- el coaching, que llamamos proceso, es en realidad un proyecto (dentro de nuestro “proyecto de vida”) con un principio y un final. Es importante ritualizar el inicio (con frecuencia, tras una toma de contacto para comprobar que hay química, que hay “buen feeling” entre coach y pupil@) y celebrar el final, repasando los logros alcanzados.
Sigo sin comprender cómo algun@s directiv@s tratan de competir a alto nivel sin coach frente a otras personas que lo tienen (o lo han vivido) y que se comportan como líderes-coaches con sus equipos. Es una competición muy desigual. Los directivos autodidactas llevan las de perder a todas todas.
Mi agradecimiento a Clara, Estanis, Javier, Manuel, Pedro, Sandra, Rocío y Vero, por esta sesión tan deliciosa.