Bienvenido el verano.
He estado leyendo el número de junio de Cuadernos de Pedagogía (Cdp), la publicación de referencia en el ámbito educativo que dirige Carmen Pellicer. En portada, ‘Inclusión y Educación plurilingüe’.
En su editorial, ‘¿De cuántas maneras puedes nombrar la lluvia?’, Carmen Pellicer cita al gran Federico Fellini: “Un idioma diferente es una visión diferente de la vida”.
Xavier Guibert da Cruz, presidente de la Asociación de la Enseñanza Bilingüe, nos aporta las claves para mejorar los programas de enseñanza bilingüe. Artículos sobre experiencias de inclusión y diversidad, la relación entre enseñanza bilingüe y nivel socioeconómico, las movilidades Erasmus+, translenguar la pedagogía, una experiencia en Andalucía, el caso de Nepal (inglés y desigualdad de las niñas). Interesantísimo.
Además, una entrevista a la catedrática de letras hispánicas del MIT, Margery Resnick: “Los programas de bilingüismo necesitan una pedagogía activa”. “El español tiene mucho éxito en el alumnado”.
Además, el reto de la enseñanza digital, las instalaciones artísticas, el caso de éxito del CEIP Ángel de Haro de Vera (Almería), un laberinto en el patio del colegio y la recuperación de la gallina del Maestrazgo, la formación personalizada del docente, el Aula TPack, el ABF (Aprendizaje Basado en Fichas) frente al CAS (Culo Atornillado a la Silla).
Un servidor, en la columna ‘Fuera del aula también se aprende’, trata de ofrecer las ventajas del bilingüismo para la empleabilidad y la felicidad. El bilingüismo aporta flexibilidad cognitiva, mayor capacidad de atención, serenidad/templanza y comunicación, cualidades muy útiles respecto a la actitud.
“En 2004, los profesores Ellen Byalistok (de la Universidad de York) y Michelle Martin-Rhee (Universidad de Toronto) investigaron con niños de corta edad y descubrieron que los bilingües seleccionaban mejor los objetos por formas y colores. Un hallazgo que demuestra que el dominio de varios idiomas perfecciona la toma de decisiones, y por tanto la inteligencia ejecutiva. Nada menos. Ya de adultos, las personas bilingües puntúan más alto en los test de atención y concentración (Kapa y Colombo, 2013). De mayores, ser bilingüe concede una ventaja de hasta cuatro años de retraso en el Alzheimer.”
«Los programas de educación bilingüe pueden y deben ofrecer oportunidades para que todos los alumnos alcancen los resultados de aprendizaje deseados»
Mi gratitud una vez más a Carmen Pellicer y a su equipazo de Cuadernos de Pedagogía y de Trilema. Su aportación para la mejora de la educación es decisiva.
De Lola Índigo, Tini y Belinda, ‘La niña de la escuela’.
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