Ayer tuvimos una mesa redonda con la ex VP del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y el Director de Talento de Cajamar, Emilio del Águila, que hoy recoge El Norte de Castilla.
Sáenz de Santamaría: «Hay que huir de líderes de cartón, de redes sociales»
La exvicepresidenta del Gobierno destaca en Valladolid la importancia de detectar «el talento verdadero» en los dirigentes del futuro
La exvicepresidenta del Gobierno de España (2011-2018), Soraya Sáenz de Santamaría, fue este jueves la protagonista del primer Foro de Liderazgo de El Norte de Castilla y Cajamar Caja Rural en Valladolid.
La abogada vallisoletana valoró las características que debe tener «un buen líder» desde su experiencia profesional, en la que destaca su papel dentro del Ejecutivo de Mariano Rajoy en la pasada década.
«La diferencia entre un líder y otro está en el talento. Hay que huir de los líderes de cartón, de esos de apariencia en redes sociales en la actualidad», analizó Santamaría, que no dudó en denunciar las «dudosas prácticas» que han llevado a personalidades a comprar seguidores en redes para conseguir notoriedad, incluso a empresas a hacer lo propio «para desacreditar a competidores».
«Hay que huir de liderazgos muy estelares, pero muy fugaces, porque no van acompañados de talento… Líderes superficiales de redes sociales, que han sido construidos a base de comunicación y marketing a muy corto plazo», apostilló la consejera del Estado, quien recalcó que serán esos líderes los que «no sabrán leer la jugada cuando tengan que enfrentarse a la bola de partido, y a las pruebas me remito…».
La profesional vallisoletana destacó el trabajo desarrollado «por los buenos líderes» en periodos de crisis, sin aludir al trabajo realizado por su Gobierno, pero en un claro paralelismo con los problemas a los que se enfrentó el Ejecutivo de Rajoy desde 2011. «El dirigente tiene que ser valiente ante situaciones que no va a poder controlar, pero para las que tiene que haberse preparado», afirmó. «Estar preparado para el fracaso de él, pero también de su equipo, y saber cuando ha pasado su tiempo para marcharse», analizó sin querer dar nombres en ningún momento ante un público entregado en el acto celebrado en el Centro Cultural Miguel Delibes.
La formación y la necesidad de reciclaje continuo de los dirigentes y líderes –tanto en el ámbito público como en el privado– llevó a Sáenz de Santamaría a poner dos ejemplos a la hora de liderar y abordar las posibles crisis –de hecho, la vallisoletana admitió que se ocupa de estos aspectos en el bufete del que forma parte en la actualidad–. «Yo desconfío de esos líderes que improvisan… Puedes salirles bien una vez, pero por mucho talento que tengan, hay que trabajárselo. Luego está el ejemplo de Churchill, que decía que algo se le acababa de ocurrir, pero venía bien preparado de casa», apostilló. «También me quedo con una frase que decía siempre Jesús Posada, que en la vida se aprende leyendo, escuchando y viajando, pero que aún no conocía a nadie que aprendiese hablando, y hay muchos ejemplos en el Parlamento. Ahí también se ve muy bien el tipo de líderes con talento, los que cogen las cosas al vuelo».
El líder del futuro
Sáenz de Santamaría también se refirió a los líderes del futuro, y a la necesidad de encontrarlos. «Los jóvenes de 23 años no tienen las inquietudes o motivaciones que teníamos nosotros, pero existe mucho talento en España», valoró. «Será fundamental en las empresas, pero también en el sector público, saber encontrar ese talento, y motivar para que se quede. Habrá tortas por los mejores», indicó al tiempo que desveló que cuando estaba en el Gobierno había dirigentes de otros países «punteros» que le pedían ingenieros españoles.
«En general somos poco chovinistas, pero tenemos un país pelotudo, y tampoco está de más que esos ingenieros se vayan una temporada, que tengan la posibilidad de elegir y dar imagen del país que somos», subrayó la exvicepresidenta que puso de ejemplo el vino. «En Francia no dudan de que sus vinos son lo mejores, y ojo con llevarles la contraria, pero alguien duda de que los de aquí son iguales o mejores…».
La vallisoletana incidió mucho en la necesidad de formación «constante», tanto del futuro líder como del resto de su equipo. «Con la experiencia te das cuenta de que cada vez sabes menos, y eos también es una virtud. El líder, además, no solo debe tener en cuenta sus limitaciones o puntos fuertes, sino también los de su equipo», agregó. «En una sociedad tan cambiante como la actual, no puedes estancarte, máxime cuando un tercio de los empleos que existen en la actualidad desaparecerán en el futuro y se crearán unos nuevos. La formación y reciclaje deben ser constantes», analizó. «Vivimos un momento en el que la digitalización, por ejemplo, tiene matices buenos, pero otros malos… Y el líder debe estar lo mejor preparado para un futuro incierto. ¿Alguien se imaginaba que estaríamos trabajando desde casa hace tres años?», recordó.
Sáenz de Santamaría también valoró el papel de la mujer en la dirección. «Se han derribado techos de cristal… y decía una compañera de otro partido, que se ha hecho con la cabeza, pero aún queda por hacer», describió. «Nuestras madres no estaban, nosotras estamos, pero la maternidad y como afecta esta a la mujer sigue siendo un hándicap. Muchas veces somos nosotras las que nos sometemos a una presión innecesaria. Queremos ser las mejores madres, las mejores esposas, las mejores profesionales… y eso tampoco ayuda a conseguir la igualdad».
«El liderazgo necesita equipo, puedes ser La Roja de 2010 o el PSG actual»
La figura de Rafa Nadal, la selección española de fútbol más exitosa de la historia, incluso el variopinto vestuario del Paris Saint Germain (PSG), sirvieron de ejemplo para analizar diferentes posturas de liderazgo extrapolables al día a día. El economista Juan Carlos Cubeiro, autor del libro ‘Nadalizate’, valoró al tenista manacorí como ejemplo de líder que se sustenta en su equipo y entorno. «Los triunfos son suyos, pero también de su equipo, de su médico, de su fisioterapeuta, de sus técnicos… Solo cambió de entrenador en 2017 y por otros motivos», explicó. «Tendemos a no saber diferenciar a los líderes, porque, por ejemplo, pensamos que Julio César lo era, pero le mataron los suyos», afirmó.
Otro ejemplo en el que coincidió el experto internacional con el director de talento de Cajamar Caja Rural, Emilio del Águila, fue en cómo un buen líder –en el caso de los seleccionadores de fútbol Vicente del Bosque o el fallecido Luis Aragonés– consiguieron los mayores éxitos de La Roja, con un equipo que entonces no era la selección número 1 del mundo. «Lograron que todos confiasen en el líder, y canalizaron el talento para lograr un objetivo». Por el contrario, Cubeiro puso de mal ejemplo el PSG y la disgregación de un vestuario cargado de talento, pero en el que este no funciona para el equipo. «El líder debe ser generoso», coincidieron los ponentes, mientras que Emilio del Águila, incidió en la necesidad de que ese liderazgo sea cercano, «de puertas abiertas para todos los miembros del equipo», y valoró la figura del dirigente. «El líder se reconoce en el pasado, pero lo que sucede es que muchos quieren ser reconocidos en el presente, y eso es un error muy común».
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