¡Feliz Día del Padre y Feliz Santo a Pepes y Pepitas!
En el FT Weekend (la publicación del Finantial Times del fin de semana), un especial sobre África.
“Nos estamos atreviendo a inventar el futuro“, dice la novelista de Zimbabue Petina Gappah, autora de ‘Fuera de la Oscuridad, Brilla la Luz’. Desde Harare, donde la biblioteca infantil lleva su nombre, está ofreciendo una nueva visión desde el continente.
Con su obra ‘La mitad del sol amarillo’, Chimamanda Adichie fue la primera africana que ha ganado el Premio Femenino de Ficción (junio de 2007).
Entre los autores africanos de hoy, Chinua Achebe, Ngũgĩ wa Thiong’o, Cyprian Ekwensi, Nadine Gordimer, Wole Soyinka, Peter Abrahams, Dambudzo Marechera. Hoy una tribu de jóvenes y talentosos africanos que muestran otra perspetiva. “África es mi audiencia; Occidente y el resto del mundo son mercados”, ha declarado el director de cine senegalés Ousmane Sembène. Una tribu, un colectivo, que hace posible para esperanza.
Del difunto escritor keniata Binyavanga Wainaina, que ganó el Premio Caine de Literatura Africana en 2002 y falleció en 2019 a los 48, se publicó ‘Cómo escribir sobre África‘ en septiembre de 2022. A Wanaina la revista TIME le consideró una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2014.
Aindrea Emelife escribe sobre el arte de África Occidental como legado de creatividad. El desarrollo del arte y la cultura en Nigeria, en Senegal, en Ghana. El optimismo en el corazón de la sensibilidad africana. “El futuro pertenece a África porque parece que ya ha ocurrido en el resto del mundo”, Okwui Enwezor. Como ejemplo, el
Aindrea Emelife escribe sobre el arte de África Occidental como legado de creatividad. El desarrollo del arte y la cultura en Nigeria, en Senegal, en Ghana. El optimismo en el corazón de la sensibilidad africana. “El futuro pertenece a África porque parece que ya ha ocurrido en el resto del mundo”, Okwui Enwezor. Como ejemplo, el Edo Museum of West African Art (EMOWAA): una apuesta por la autenticidad desde el compromiso y la colaboración.
El antropólogo y productor Luke Pepera escribe sobre ‘Cómo la Historia de África se ha vuelto popular‘, con series como ‘Reinas de África’ en Netflix. En los últimos cinco años, las historias africanas abundan en la literatura (la trilogía de Marlon James ‘Estrella Oscura’ o ‘Niños de Carne y Hueso’ de Tomi Adeyemi), películas (‘Black Panther’ o ‘The Women King’) o series, como la de Netflix ‘African Queens: Njinga’, protagonizada por Jada Pinkett Smith. Es la historia de Njinga Mbande, reina de Ndongo (hoy Angola) en el siglo XVII, que se resistió a la colonización de los portugueses durante 60 años. Tiene una estatua en Luanda desde 1975.
June Givanni, que ha creado en Londres un archivo cinematográfico de películas africanas, considera que esas cintas deben verse en los propios países. A sus 72 años, el archivo es impresionante, soportado por una Fundación y muchos voluntarios. Ella lo ve como PerAnkh, el término egipcio para “un lugar de aprendizaje y recuerdo”.
El novelista somalí Nuruddin Farah no concibe vivir sin sus libros. Con 77 años, es un nominado perenne al Nobel. Vive en Ciudad del Cabo, la “Somalidad” le guía pero no permite la intolerancia. La relación con su país es ambigua. “Tal como los griegos dividían el mundo entre griegos y bárbaros, yo lo hago entre somalíes y no somalíes”. La mayoría de sus novelas se ambientan en su país natal, pero su última trilogía habla de la diáspora: Nairobi, Oslo y Ciudad del Cabo.
Ben Okri, que en 1991 ganó el Booker con ‘The Famished Road’, sigue indagando en la riqueza imaginativa de África. La premiada novela trata del espíritu infantil en Lagos durante los tiempos de la independencia. “en África, durante más de un siglo, hemos descrito nuestra realidad a través del lengiaje y la percepción de otros. Observar nuestra realidad a través de nuestros propios ojos requiere de purificación de la mente y reinvención del lenguaje”.
Superhéroes africanos en cómic, como el mencionado ‘Black Panther’ o los etíopes Jember t Hawy. Una gran manera de recuperar las historias perdidas.
Afrobeat, género musical creado en Nigeria en los 60 por Fela Kuti mezclando jazz, soul y la música autóctona de las tribus Yoruba, Ewe y Ga. Hoy esa música llena estadios.
“Estamos creando nuestra propia voz, nuestro propio lenguaje“, opina Koyo Kouoh, directora del Museo Keitz MOCAA (Museo de Arte Contemporáneo Africano), una de las más influyentes del continente. Una panafricanista convencida, nacida en Camerún, que está revolucionando el espacio que creó en 2017 el filántropo alemán Jochen Zeitz. “El tiempo es el mejor aliado”. Visita obligada en Ciudad del Cabo.
‘Calm down’ de Rema y Selena Gómez. “Baby, calm down, calm down/ Girl, this your body e put my heart for lockdown/ For lockdown, oh, lockdown”.
Tengo previsto ir a Guinea con la Fundación Trilema este año. No ha podido ser en marzo por temas sanitarios del país, ni en abril por temas políticos. Será más adelante, cuando tenga que ser. Mi gratitud a Carmen Pellicer, Teresa Puchades y a todo el equipo de la FT.
Mi amiga Bisila Bokoko suele decir que África es el útero del mundo, la Madre de la Humanidad. Qué mejor momento que recordarlo el Día del Padre.
‘Higher Love’ de Kygo y Whitney Houston. Como el amor de un padre.
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