Disfruté anoche de una cena muy entretenida entre amigos (Teresa Viejo, Silvia Damiano, José María Gasalla y José María Cervera) en La Fonda de la Confianza, que toma su nombre de una obra de Dña. Emilia Pardo Bazán. Cocina viajera, fresca y actual; una apuesta por el sabor y las esencias.
Estos días he estado leyendo dos libros que inciden en las causas de la falta de equidad de género.
En ‘LOS BOYS CLUB. Por qué los hombres siguen dominando el mundo’, la novelista y profesora de Quebec Martine Delvaux analiza estas organizaciones que tradicionalmente han excluido a las mujeres, formadas por hombres blancos ricos de edad avanzada que ostentan el poder. Un modelo de libertad, igualdad y fraternidad… sólo entre ellos. Sus orígenes están en la Inglaterra Victoriana, su representante más característico es Donald Trump y su Xanadú (Palm Beach) es propio de “Ciudadano Kane”. Machotes trajeados que se creen los “arquitectos del mundo” (Michelle Obama denunció que la Casa Blanca la construyeron esclavos). Varones acostumbrados a “la banalidad del mal” (Hannah Arendt), cazadores que se sirven de sus privilegios.
Demi Moore, la única mujer entre ‘Algunos hombres buenos’, ocupó el lugar de la Pitufina. La autora describe el Boys Club como un dispositivo (“device”), que se pretende sagrado y no lo es en absoluto. En este coto cerrado, propio de la Política, el Ejército o las empresas, se intercambian impunemente información, dinero o mujeres. Un ejemplo de camaradería masculina que excluye deliberadamente a más de la mitad de la población.
En el otro extremo, en la misma realidad, ‘LA RIVALIDAD FEMENINA y cómo acabar con ella’, de Élisabeth Cadoche y Anne de Montarlot, autoras de ‘El Síndrome de la Impostora‘, comentado en este Blog (la semana pasada, con motivo del 8 M, Élisabeth y Anne nos enviaron un vídeo sobre el tema en la mesa redonda de EAE moderada por Pilar Llácer).
Parafraseando a Sartre, “el infierno son las otras (mujeres)”. El libro analiza detenidamente:
- La situación actual de la rivalidad. Como ejemplo, Kate y Meghan. La envidia y los celos como “pasiones tristes”. La diferencia entre la rivalidad masculina, que mueve la ira, y la femenina. Las mujeres que son más discriminatorias que los hombres. Los tipos de misoginia femenina: la puritana, la autocrítica, la que se detesta, la diabólica. Los ejemplos en la pantalla (como Bette Davis vs Joan Crawford), la belleza como terreno abonado para la rivalidad (Hera, Atenea y Afordita), Instagram como potenciador de rivalidad, la “male gaze” (mirada masculina), la rivalidad entre feministas, la violencia de las palabras, la demostración del éxito que suscita el odio.
- De dónde proviene la rivalidad. Condicionamiento desde la infancia, complicidad despidada, la fantasía del harén y de la favorita, el miedo a la escasez, la biología de la agresión indirecta, la “santísima trinidad” de la rivalidad femenina: belleza, delgadez y juventud, una tendencia no determinista, el complejo de Electra como explicación psicológica, el mal endémico de la falta de autoestima y la imposición de la amabilidad, el deseo mimético… y en lo sociológico, la misoginia interiorizada, las exigencias contradictorias, el veneno de la comparación y la atracción inconsciente.
- La rivalidad dentro de la familia. Entre hermanas (cuando la sororidad pesa más que la fraternidad), la rivalidad como aprendizaje. Las madres y sus hijas, desde el psicoanálisis. Las hijas maltratadoras, las madrastras, las suegras.
- Rivalidad y amistad. Las autoras repasan la Historia de la amistad femenina como “relación de claroscuros”, con la madre como vínculo potente y la necesidad de suplir una carencia. La amistad femenina (basada en la oxitocina) es diferente de la masculina. Élisabeth y Anne nos recuerdan que entre las mujeres con cáncer de mama la probabilidad de que sea mortal es 4 veces menor cuando tienen 10 o más amigos íntimos. L agresividad está en lo que la mujer no dice. Autoculpabilidad por falta de confianza en una misma.
- Las mujeres en la empresa. “Hay un lugar en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras mujeres” (Madeleine Albright). Rivalidad inevitable, mimetismo nocivo, Síndrome de la Abeja Reina, Dolor de Madre e Incomprensión. El caso especial de la Política: la técnica del “amplifying”. Internet salvaje: World Wi(l)de Web.
- Solidaridad y Sororidad. Las autoras recomiendan identificar nuestras imperfecciones y olvidarlas, crear solidaridades inspiradoras, apostar por la sororidad (comprensión mutua), saber asumir el éxito y no hacerle el juego a los hombres, mentalidad de abundancia y no de escasez. Es “el tiempo de las hermanas”.
Mi gratitud a Élisabeth, Anne y Martine por estos libros.
‘Mujer contra mujer’, por Ana Torroja en México con Paty Cantú (2016).
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