Leo en la web de Psychology Today un artículo muy interesante: ‘En lo que ChatGPT se equivoca respecto a las citas‘ del Dr. Andrew Thomas. A pesar de décadas de investigación que demuestran lo contrario, la Inteligencia Artificial predice que hombres y mujeres buscan las mismas cosas en la pareja.
Las preferencias de los hombres han cambiado poco, al parecer, desde la II Guerra Mundial. Sin embargo, el ChatGPT asume que varones y hembras tienen las mismas preferencias cuando se les pregunta sobre 18 características del carácter, la estabilidad emocional o madurez, la propensión a agradar, la atracción mutua o la salud.
En general, a las mujeres les interesa menos que su pareja sea un buen cocinero o sea guapete y más que sea una persona sanamente ambiciosa y financieramente solvente. El ChatGPT infravalora la importancia de la disposición a agradar y ser hogareño y sobreestima la inteligencia y la educación, la religión similar y la política.
Como conclusión, cuidado con el sesgo del algoritmo. Puede ser GIGO (siglas en inglés de “Entra Basura, Sale Basura”).
En la revista Forbes, Los empresarios más elegantes 2023. El Top 10 lo forman:
- Santiago Asensio. Director de Comunicación de Cartier Iberia.
- José María Álvarez-Pallete. Presidente ejecutivo de Telefónica.
- José Miguel Aparicio. Director general de Audi España.
- Carlos Castillo. Fundador de Man 1924.
- José D. Bogas Gálvez. CEO de Endesa.
- Antonio Catalán. presidente de AC Hoteles by Marriott.
- Moises Chocrón. Presidente de Chocrón Joyeros,
- Francesco Colonnese. Lancia Business Development Europe.
- Felipe Cortina. CEO de Jimmy Lion.
- Alberto Cortina Kplovitz. Director Ejecutivo de Omega Capital.
Las ejecutivas más elegantes, según Forbes, son María Cudeiro (Croma Pharma Iberia), Mª Dolores Dancausa (Bankinter), Alejandra de Osma (Moi & Sass), Biel Yuste (TwoJeys), Tamara García (LVMH Fragance Brands), Alicia Koplowitz e Inma Manresa (Hermès) y Marta Ortega (Inditex).
“Ser o no ser elegante es una elección y una virtud que se cultiva, pero ¿uno se sabe elegante por sí mismo o lo tiene que dictaminar alguien más? Este concepto se remonta a la Antigua Roma, cuando Nerón contaba con un arbiter elegantiarum entre su séquito. Petronio era el ‘arbitro de la elegancia’ del emperador; según escribe Tácito, el consejero se pasaba el día durmiendo y por la noche se levantaba para realizar todos sus quehaceres y a disfrutar de los placeres de la vida. Pero ante una imagen de alegre derrochador, este personaje lo caracterizaba su exquisito gusto y el césar no movía nada sin antes consultárselo.
En la actualidad, aunque la elegancia aún implora ciertas reglas, estas se han difuminado para entrar en un espectro más amplio. La forma de vestir casual ha ido en picada tanto fuera como dentro de la oficina. La línea que separaba el vestir profesional del personal es cada vez más angosta, hasta resultar casi imperceptible. Sin embargo, la elegancia cabe en esos dos ámbitos y en otros más, porque esta cualidad es una forma de presentar lo que somos sin palabras.
Aunque es un fuerte signo de valores sólidos que abarcan tanto la educación como el buen manejo del lenguaje de la moda, a día de hoy encuentra formas de sobresalir en cada gesto que hacemos. En esta época de cambios e incertidumbre, se posiciona como un sólido pilar de la estabilidad.”
‘Elegante’, de Dregfold con Sfera Ebbasta. “Scusami se non sono elegante/ E se penso solo ai soldi e alle carte/ E non ho tempo per fare come gli altri”.
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