Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad. Mis mejores deseos para esta bendita Noche. Felices Fiestas.
He estado leyendo un libro esperado: ‘EL ARTE DE MANDAR BIEN. QUERER, PODER, SABER’, de Francisco Gan Pampels. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza en 1975 y en 2016 alcanzó el rango de Teniente General (actualmente en la reserva). Ha sido director de la Academia y director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.
El autor reivindica los valores del Liderazgo Humanista desde su propia experiencia profesional de 44 años. Para él liderar, el arte de mandar bien, es “la capacidad personal del que dirige un grupo humano para influir en sus componentes de forma que creen equipo y trabajen cohesionados y con entusiasmo en la consecución de objetivos supeditados a un fin común, superior y moralmente bueno”. El Tte General cita un estudio según el cual el 24% de las capacidades son innatas, por lo que el 76% se pueden y se deben desarrollar.
La referencia permanente de un buen mando son los valores. Cuestión de principios, que ordenan nuestro comportamiento. No todos los valores valen. Los representativos de un buen mando son la Justicia, la Honradez, la Firmeza, el Coraje, la Prudencia, la Audacia, la Compasión, la Templanza.
Los rasgos sobresalientes de quien lidera, de quien manda bien son la ejemplaridad, la disciplina, el conocimiento, el pensamiento crítico, la flexibilidad, la determinación, la anticipación, el compromiso, la motivación, la comunicación, la empatía, la generosidad, el trabajo en equipo y la delegación.
¿Cómo se aprende este arte? A través del autconocimiento, la importancia de uno mismo, la generación de buenos hábitos, la obediencia inteligente, la gestión del talento (EDD: Evaluación del Desempeño).
Francisco Gan nos enseña cómo se manda en la adversidad (la soledad del mando, la puesta en escena; el hallazgo del límite), el tipo de liderazgo que necesita la sociedad actual (valores frente al caos, realidad VUCA) y el paisaje después de la batalla: aprender de los errores cometidos (en la pandemia, la invasión de Ucrania). Como conclusión, el Tte General Gan nos ofrece un decálogo:
- Liderar es servir, no servirse.
- Se trata de ser el mejor para el equipo.
- Provoca ideas y transfórmalas en decisiones.
- Sin aportar valor no hay liderazgo.
- Delegar eficazmente es una necesidad.
- El error no es un problema; la inacción, sí.
- Vista larga, paso firme y mente accesible. ¡Comunica!
- Mejorar no es una opción, sino una obligación.
- Vales lo que la calidad y oportunidad de tus decisiones.
- No eres imprescindible, recuérdalo y prepara tu relevo.
El libro incluye como anexos una guía para la Evaluación del Desempeño, la diferencia entre liderazgo, jefatura y mando tóxico y los nueve roles dentro del equipo de Meredith Belbin, con sus fortalezas y debilidades.
Para quienes consideramos el Liderazgo como un Talento (el de influir decisivamente en los demás desde la autoridad moral, la credibilidad y el ejemplo), este enfoque de “mandar bien” por quienes son investidos de un cargo, de autoridad formal, resulta valioso. No puedo por menos que compartir el Humanismo de este Liderazgo auténtico.
Mi gratitud y enhorabuena a Francisco Gan Pampols por esta obra, y a Jordi Nadal (Plataforma Editorial), su cabo primero, por la edición.
‘Feliz Año Nuevo, Feliz Navidad’ por Tatiana.
La entrada El arte de mandar bien. Querer, poder, saber, por el Teniente General Gan se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.