Recomendaciones del fin de semana. Ayer volví a ver ‘El cuarto pasajero’ de Álex de la Iglesia, una comedia muy divertida. Una reflexión más profunda de lo que parece sobre esta sociedad en la que todo el mundo opina (¡Qué atrevida es la ignorancia!) y se nos confina, por ejemplo en un BlaBlaCar. No te la deberías perder.
El Museo Thyssen Bornemisza acoge hasta el 15 de enero la exposición Picasso-Chanel, El pintor malagueño y la diseñadora de moda se conocieron en la primavera de 1917 y trabajaron juntos en dos ocasiones, para ‘Antígona’ de Jean Cocteau y para el ballet ruso de Draghilev. Coco Chanel dijo que “son los artistas los que me han enseñado el rigor”. La muestra se organiza en cuatro secciones: El estilo Chanel y el cubismo (el lenguaje formal geometrizado, la reducción cromática o la poética cubista del collage); Olga Picasso, con varios retratos de la bailarina rusa, primera esposa de Pablo y clienta asidua de Chanel; Antígona (1922), con vestuarios y máscaras de Picasso y vestuario de Coco; Le Train Bleu (1924), ballet con libreto de Cocteau. Picasso hizo el telón (Dos Mujeres corriendo por la playa, La Carrera) y el libreto, en tanto que Chanel diseñó los trajes de baño. Puedes hacer una visita virtual inmersiva en https://www.museothyssen.org/thyssenmultimedia/visitas-virtuales/inmersivas/picassochanel
En la tienda del Museo Thyssen adquirí un par de libros, entre ellos ‘¿Qué es la Calidad en el Arte?’, de Alejandro Vergara Sharp, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y del Norte del Museo Nacional del Prado, Doctor en Historia del Arte por el Institute of Fine Arts de la NYU (New York University), cuyo canal de YouTube ‘Historias de cuadros’ te recomiendo.
La calidad en el arte: una pregunta lícita sobre la que Vergara Sharp reflexiona a partir de la pintura europea de los siglos XV al XVIII. Una relación empírica con el arte, desde la sensibilidad producto de la educación.
Frente a los usos comunes del término calidad, Alejandro Vergara nos ofrece su etimología (Platón creó la palabra poiotés, cualidad; la calidad es el conjunto de propiedades inherentes a algo que permite juzgar su valor), con las aportaciones de Aristóteles, la marquesa de Lambert y Cervantes en el Quijote, y su significado social.
En la segunda parte del libro, el autor nos guía hacia una definición de la calidad en el arte pictórico, con el cuadro ‘La torre de Babel’ de Peter Brueghel el Joven (Museo del Prado). Desde este bellísimo ejemplo comprendemos que los fundamentos de la pintura (del arte en general) son el idealismo y la verosimilitud. ¿No consiste en eso la Autenticidad?
“Verdad es que las coplas de los pasados caballeros tienen más de espíritu que de primor”, le enseña Don Quijote a Sancho, y por tanto a todos nosotros. Obras de primor, de calidad, más allá de la voluntad. Calidad como cualidades, calidad objetiva que definen los expertos. “En nuestra apreciación del arte a menudo se mezclan lo objetivo y lo subjetivo”, escribe Alejandro Vergara. Y concluye con el ‘Retrato de Clara Rubens’, pintado por su padre. Verosimilitud y energía: “el ilusionismo de un cuadro ha de seducirnos para hacernos creer en algo que está más allá de lo que vemos”.
Mi gratitud, maestro Vergara Sharp, por este centenar de deliciosas páginas y doce ilustraciones (Poussin, Brueghel, Tiziano, Miguel Ángel, Velázquez, Bellini, Rubens o Santa Maria dell’Orto en Roma) que tanto nos enseñan.
El Dr. Juan Manuel Moreno, gran experto en Educación, me descubrió a Alejandro Vergara el pasado sábado en Soria, en ‘Escuelas que Aprenden’ (Fundación Trilema) a través de su definición de Felicidad, que es contemplar absorto un cuadro de Brueghel en El Prado. Como puede serlo escuchar el ‘Air’ de la 3ª Suite para Orquesta de Johann Sebastian Bach
o una puesta de sol frente al mar.
Para ello, la mente ha de estar preparada. En esta sociedad del espectáculo, de la inmediatez, de la ansiedad, la educación (integral, auténtica; como dice Carmen Pellicer, “no para aprender a aprender, sino para aprender a VIVIR”) la educación es más importante que nunca.
Esta semana de congresos, presentaciones y actos varios, he visto mucha voluntad y poca calidad, poco valor, poco talento. Por eso el talento es escaso. Por ello, mi gratitud de nuevo a quienes, como Silvia Leal, Mario Alonso Puig, Elsa Punset o James Gomme, muestran calidad en lo que hacen. Su arte no está al alcance de cualquiera.
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