Estoy aprovechando las tardes de esta semana para ver los partidos iniciales de Carlos Alcaraz (primera y segunda ronda) y Rafa Nadal en Wimbledon. Impresionante su poderío físico y su concentración mental, no ya en semis o en la final, sino en los partidos iniciales del torneo contra jugadores valientes que no tienen nada que perder y en una superficie como la hierba. Mucho que aprender.
Anoche a las 00,45 mi amigo Miguel Ángel me mandó el “Concepto Estratégico” de la OTAN (16 páginas). “Stronger Together”. https://www.nato.int/strategic-concept/ Propósito y principios, Entorno, Tareas principales, Prevención y Gestión de Crisis, Colaboración y Seguridad, KPIs (indicadores de éxito). Como dijo el mítico Arsenio Iglesias, entrenador del Dépor: “Mucho que decir, poco que contar”.
La Felicidad depende de nuestras creencias. Acudo a la web de Psychology Today para leer un artículo de la Dra. Susan Krauss Whitbourne, experta en Plenitud (Fulfillment): “Tres creencias sobre la Felicidad que hacen a la gente infeliz“.
Un estudio de este año 2022 de Murat Yildirim, de la Ağri İbrahim Çeçen University, y John Maltby, de la Universidad de Leicester, demuestra que la Felicidad tiene sus aspectos funcionales (gestión de la adversidad) pero también disfuncionales: es la creencia irracional de que ante todo debemos ser felices.
La autora del artículo nos sugiere este test: que nos puntuemos (entre 1 y 7) en estas tres afirmaciones:
- Siempre debería ser feliz, en todos los aspectos de mi vida.
- Debo ser feliz en todos los aspectos de mi vida.
- Tendría que ser feliz en todos los aspectos de mi vida.
Yildrim y Maltby, con una muestra aleatoria, han comprobado que quien se puntúa alto en uno de ellos, se puntúa en los tres. Y que, según la Teoría de Sensibilidad al Refuerzo, puntuaciones altas en BAS (en inglés, tendencia a evitar estímulos desagradables) suelen correlacionar con puntuaciones bajas en BIS (tendencia a enfocarse en estímulos agradables). Así son las creencias irracionales.
En palabras del expresidente Truman: “Si no aguanta el calor, salga de la cocina”. Es lo que (creo) han conseguido entrenar Toni Nadal en su sobrino Rafa y Juan Carlos Ferrero en Carlos Alcaraz. No es que “merezcan” vencer; se lo tienen que ganar. Por ello, esforzándose al máximo, se alegran sobremanera de los tantos conseguidos y se toman con perspectiva (“pelillos a la mar”) los puntos perdidos.
En la misma web, la Dra. Lauren Fiorko establece un paralelismo entre el Coaching en la empresa y en el deporte, que me ha recordado al libro que la Dra. Leonor Gallardo y un servidor escribimos en 2007 (Liderazgo, Empresa y Deporte), que ganó el Premio Éveris al mejor ensayo.
Sabemos que el coaching sirve para mejorar actitudes (comportamientos), la aptitud (el conocimiento) y el compromiso, y por tanto los resultados. De hecho, las organizaciones que cuentan con el coaching como parte de su cultura (no se me ocurre mejor modo de aprender al ritmo de este entorno tan VUCA) mejoran sus resultados en un 30%, el compromiso de sus profesionales en un 33% y la efectividad de la atracción, fidelización y desarrollo de su gente en un 75%: meta-análisis de Rebecca J. Jones (Universidad de Worcester), Stephen A. Woods (Universidad de Surrey) e Yves R. F. Guillaume (Aston University, Birmingham). https://bpspsychub.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/joop.12119)
Gallup, en su documento ‘Reingeniería de la Gestión del Desempeño‘, considera que el Coaching en la empresa debe ser 3 F:
- Frecuente (no un proceso puntual, como parte de las acciones de formación)
- Focalizado: con un propósito definido y “feedforward” (aprovechamiento del potencial) más que “feedback” (reconocimiento del pasado).
- Futurista: en lo que está por venir, que debemos crearlo. “La mejor forma de prevenir el futuro consiste en liderarlo” (Federico Buyolo).
¿Te imaginas los equipos de La Liga, la Premier, la Bundesliga, el Calcio, la Ligue 1, sin coaches? Pues así es como “compiten” la mayor parte de nuestras empresas. Lamentable. Y los CEOs, tan contentos.
Menos creencias absurdas sobre la Felicidad, más entrenamiento para conseguirla. Las personas felices son el triple de productivas (Ed Diener, Sonja Lyubomirsky).
‘He sido tan feliz contigo’, de Alejandro Sanz.
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