Última semana de julio, antes de viajar el próximo viernes por Europa vía Drumwit (destino sorpresa) con mi hija Zoe. Ya lo hicimos en las navidades 2019 a Toulouse y en el verano de 2020 a Roma. De momento, hoy almuerzo de trabajo, reunión vespertina por zoom y “walking meeting” con mi buen amigo Sergio de la Calle, autor de dos libros que te recomiendo encarecidamente para este verano y que he comentado en este Blog, ‘Liderar con sentido del Humor’, que presentó dos semanas antes del confinamiento.
y ‘DIVERTIRSE TRABAJANDO. El ingrediente secreto de las mejores empresas’
No he leído todavía ‘La llave de todas las puertas’. Lo haré sin duda este verano. Gracias, Sergio, por tu generosidad y ese sentido sanamente crítico que sólo tenéis los mejores gestores de talento.
De la prensa del fin de semana, te propongo los siguientes temas:
- Ciberguerra, por Luis Pablo Bauregard. ‘Ciberataques que sacuden el orden político’. El presidente de EE UU está creando un bloque de aliados para frenar la última ola de ataques cibernéticos, “un acto de guerra, según el senador McCain. China juega, como Moscú, a los ciberataques.
- Revoluciones fallidas, por Alberto Rojas. Por qué es cada vez más difícil tumbar una dictadura, como demuestran los casos de Bielorrusia, Cuba, Birmania, Nicaragua o Venezuela. Las redes sociales aportan a los tiranos herramientas de control social. La nacionalización de los principales sectores económicos asegura la “lealtad” de los militares, clave para su supervivencia. Ciudadanos espiados, golpeados e ignorados gracias a la tecnología. Si te interesa el tema, te recomiendo la serie de Netflix ‘Cómo convertirte en un tirano‘, avalada por historiadores solventes.
- Cuñadocracia.’ Estás rodeado de cuñados, y tal vez tú seas uno de ellos’, por Rodrigo Terrasa. Hablan los que no saben (¡Qué atrevida es la ignorancia!) y callan los que saben (por miedo a represalias). Los iletrados elevan a categoría la mera ocurrencia (o el titular de un artículo de medio pelo) y se quedan tan contentos. Tiempos de “todólgos” en los que suele despreciar el verdadero conocimiento.
- Guapocracia, por Marian Benito. “Parece Supermán” o “Está bueno” son algunos de los piropos que el presidente Sánchez recibió durante su “visita de Estado” a EE UU. Lo del “Capital atractivo” no es nuevo (las personas más guapas ganan un 13% más que sus colegas), pero “triunfar por la cara” se está convirtiendo en una exageración.
- Precariedad laboral. ‘La Covid-19 agrava la precariedad laboral de los jóvenes y su tasa de paro‘, por Rosa Carvajal. La ONU ha hecho un llamamiento por la empleabilidad de este colectivo (ODS 8).
- Inversiones extranjeras. “Las políticas de Sánchez espantan a los inversores extranjeros”, por Susana Alcelay. Un flujo de 2.056 M €, un 10,5% menos que en 2020 y un 59% por debajo de 2018. Los recelos provienen, al parecer, de la tibieza con el independentismo, la contrarreforma laboral y el ataque a la propiedad privada. El 60% de lo captado va a Madrid, por su “gestión amable”.
- La banca ya no es lo que era. “Hay que ser siendo exigentes con el sector”, Aristóbulo de Juan, entrevistado por Víctor Martínez. Ex directivo del Banco de España con medio siglo de experiencia, acaba de publicar libro. Ya lo tengo. El anterior, ‘Anatomía de una crisis’ (en el que insistía en la importancia de la calidad directiva) me encantó. Cada vez me gustan más las personas que reflexionan “desde la trinchera”.
- Monstruos y “Reggaetonización de la vida“. Rosa Montero (Ante todo no hagas daño, título del libro del neurocirujano ‘Henry Marsh) escribía sobre los monstruos subrepticios (“esa si es una invasión alienígena y no la de los ultracuerpos”). ‘Normales‘, por Irene Vallejo (“monstrare” es apuntar con el dedo, como lo hacen quienes no saben convivir con la fantástica diversidad humana). ‘¿Qué esperamos de un domingo?‘, por Isabel Coixet. La banda sonora del aceite de coco factor cero, el flotador en forma de unicornio y el envoltorio de Cornetto enterrado en la arena. Las salas de cine son los últimos refugios de los domingueros perdidos.
- Compasión. ‘Los peces que quisieron oír‘, por Imelda Rodríguez. “Empezamos a tomar como extraordinario lo que debería ser absolutamente normal. Y viceversa.” Como ejemplos notorios, que destaca la mayor experta en Imagen Pública, la canciller Merkel tomando de la mano a Malu Dreyer, su rival política (“no lo urde como una pose. Es una manifestación de su autoridad, de su vibrante humanidad. Eso es, al fin y al cabo, tener poder.”) y el grandísimo pintor Antonio López en la Puerta del Sol (“Decía el maestro, en una reciente entrevista, que si no hubiera sido pintor le hubiera gustado ayudar a los demás, como afirma que hacen las monjas guanelianas que viven enfrente de su casa y que dedican su vida a las personas con discapacidad. Qué bello aspirar a ser eso, buena persona. Es la humildad de los grandes.”). Todavía quedan genios: en la política, en las artes. Somos peces de memoria corta, con un oído interno para detectar la autenticidad.
“El mejor de los tiempos, el peor de los tiempos”. En tiempos de ciberguerra, cuñadocracia, guapocracia, monstruosa reggeatonización y precariedad (la superficialidad nos asalta con descaro), en los que los partidos políticos pretenden llevar a sus convenciones superventas y no auténticos pensadores (con el debido respeto, ¿por qué no Paz Padilla o Belén Esteban en lugar de José Antonio Marina y Adela Cortina?), ¿te imaginas un debate abierto entre Rosa Montero, Irene Vallejo, Isabel Coixet e Imelda Rodríguez, excepcionales observadoras de la sociedad que vivimos? Es posible y deseable. Mi gratitud a tod@s l@s que nos hacen pensar en medio del entorno megaVUCA.
El tema musical que te propongo hoy es ‘Iko Iko’ de Justin Wellington, un clásico de los 50 que se ha vuelto a poner de moda gracias a Tik Tok. “Mi mejor amig@ y tu mejor amig@/ se sientan junto al fuego./ Tu mejor amig@ dice que quiere fiesta,/ así que pongas las llamas más altas”. “Estamos improvisando al estilo de la isla”.
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