Jornada de trabajo con una emprendedora del sector inmobiliario y su equipo. Un ejemplo más de que el talento es escaso (a l@s mejores profesionales del sector “se l@s rifan” las multinacionales y las start-ups), en tanto que los proyectos comerciales se multiplican. Los aumentos de productividad dependen del nivel de compromiso y de la creación de auténtico equipo de alto rendimiento. Y ambos, del Liderazgo.
Ya sabes que el 90% del Liderazgo es pura Inteligencia Emocional. En la web de Psychology Today, la Dra. Susan Krauss Whitbourne nos enseña ‘Una clave para mejorar tu habilidad para leer a los demás‘.
Un reciente estudio dirigido por el profesor Christopher Thorstenson y su equipo de la Universidad de Wisconsin en Madison señala que “las expresiones de ciertos pares de emociones, como la ira y el asco o la sorpresa y el miedo suelen confundir a los observadores porque hay señales expresivas que comparten. Así, podemos confundirnos con la cara de un amigo que de repente se entristece por lo que debería ser un motivo de gran alegría”.
Sin embargo, en las novelas de Jane Austen (como ‘Orgullo y Perjucio’), los protagonistas se ruborizan. Es lo que la profesora de la Universidad de Texas en Austin Mary Ann O’Farrell ha llamado “el rubor de Austen”. Thortenson ha encontrado valiosas señales en la capacidad que tenemos de ruborizarnos. La ira y la sorpresa se asocian con la “rojez” en tanto que el asco y el miedo conectan con la “verdez” de la cara. Un experimento en la Universidad de Rochester (estado de Nueva York) ha demostrado que así podemos diferenciar estos pares de emociones, incluyendo la tristeza con llanto y la alegría. Las caras más rojas y más amarillas son de personas que sienten felicidad; las más verdes y más azules, de quienes sienten tristeza. Las buenas noticias son que el color de la piel (mejor, su coloración) nos dan valiosas pistas sobre las emociones reales; las malas, que los experimentos se han hecho con anglosajones cuya piel es especialmente blanca.
La misma experta, profesora en la Universidad de Massachussets en Amherst, publicó ayer día 22 de junio un artículo sobre nuestra capacidad de fluir. Se hacía eco de un estudio presentado este 2021 de Giulia Landi y sus colegas de la Universidad de Bolonia sobre Flexibilidad Mental.
La Flexibilidad no es sólo adaptarse a las circunstancias, sino una base de personalidad que conforma la ACT (en inglés, Terapia de Aceptación y Compromiso), un modelo de cambio. El primer paso es mirarse a un@ mism@ desde una perspectiva diferente, más flexible. El “soy como soy” no vale.
El MPFI (Inventario de Flexibilidad Psicológica Multifactorial) elaborado por Jaci Roffs y su equipo de la Universidad de Rochester nos permite evaluar nuestra flexibilidad en seis facetas:
- Aceptación
- Consciencia sobre el momento presente
- Identidad y contexto
- Defusión (dejar que los pensamientos negativos se marchen)
- Valores
- Acción comprometida
El estudio de la Universidad de Bolonia demuestra que ser una persona más flexible reduce la tendencia a la ansiedad y la depresión, que tanto ha crecido con la pandemia. Y que nos permite “fluir” (marcarnos retos y elevar nuestras capacidades a la altura de esos retos).
Mi gratitud a Susan Krauss Whitbourne, Christopher Thorstenston y Guilia Landi por sus investigaciones.
La canción de hoy, ‘I am what I am’ de Gloria Gaynor.
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