Ya en junio, la tormenta ha dado paso a una nueva esperanza. Estamos a tres semanas de que empiece uno de los veranos más sorprendentes de nuestra vida, tras la pandemia. En palabras de George Orwell, que vivió en sus carnes la guerra civil y el totalitarismo, “lo importante no es estar vivo sino mantenerse humano”, con nuestra capacidad de amar y de sentirnos querid@s.
El Talentismo, esta nueva era en la que el Talento es el motor de transformación que se está imponiendo por mucho que más del 80% de nuestras empresas se empeñen en lo contrario (en realidad no son empresas sino “negocietes” a los que les falta Estrategia, Liderazgo y Gestión del Talento profesionalizados) exige un profundo cambio en la Gestión del Desempeño. Hasta ahora, o no existía (los jefes tóxicos campan a sus anchas sin reglas del juego claras) o el “performance management” se había convertido en una rutina “de los de Recursos Humanos” en los que jefes y colaboradores se “sentaban” una vez al año a cumplimentar un formulario para que constara en acta. Algo aburrido, rutinario, nada eficiente (de hecho, carísimo) sin impacto alguno.
Si el Talento es más escaso y más valioso que el capital, las empresas sostenibles, resilientes y humanistas deben conectarse con el talento que han integrado de forma muy diferente. La NGD (Nueva Gestión del Desempeño) debe elaborarse desde estas premisas:
- La Dignidad. Según David Rock y su modelo SCARF, el Status (sentirnos importantes) es la primera clave de relación (junto a la Certidumbre -seguridad psicológica-, la Autonomía, la Relación Cercana y la Equidad). Según Silvia Damiano, el compromiso (engagement) sólo se obtiene de “3E” en inglés: enjoy (divertirse), empowerment (empoderamiento, autonomías) y emotional connection (conexión emocional). Sin Digidad no hay atracción ni experiencia de talento que valga.
- El JobCrafting. La “descripción de puestos” está desfasada en un mundo tan VUCA. La responsabilidad debe rediseñarse desde un núcleo imprescindible y un círculo exterior (cultura de proyectos y cultura de red) que proponga el propio talento. Cada persona debe enriquecer su aportación de valor y comprometerse a unos logros.
- El “Círculo Dorado”. El “para qué” y el “cómo” son tan importantes como el “qué” (Simon Sinek) también en la Gestión del Desempeño. Para qué hacemos lo que hacemos (propósito personal, coherente con una “Purpose Driven Organization”, qué tenemos que hacer (actividades concretas, por prioridades, y resultados) y competencias asociadas. Un contrato de lealtad a la causa.
- La medición. La Dirección por Objetivos (Peter Drucker, 1964), que ha triunfado, deviene en OKR (en inglés, Objetivos y Resultados Clave). Midamos lo que importa, porque las expectativas suelen ser “profecías” que se cumplen.
- La colaboración. El coronavirus debería habernos enseñado que en solitario no llegamos muy lejos. La colaboración (que parte de la empatía, la escucha atenta y la orientación a los demás) es la competencia más importante en estos tiempos. Por ello, para que la colaboración obtenga “megasinergias” (mucho más juntos que cada uno haciendo de “llanero solitario”, de “sol@ ante el peligro”, los objetivos han de equilibrar lo individual y lo colectivo. Ganamos si ganamos juntos.
- Liderazgo TCV (Tras el CoronaVirus). La Nueva Gestión del Desempeño exige de los responsables de la organización centrarse en impulsar el potencial de los integrantes de sus equipos, porque el límite de crecimiento de cualquier organización, que debe crecer exponencialmente, es el límite de crecimiento de su talento (mentalidad ganadora). Sin aprovechamiento del potencial no hay futuro en la Globalización 4.0. Las anteriormente llamadas “conversaciones de carrera” no pueden ser una o dos veces al año, sino con una frecuencia al menos quincenal: sanas, sinceras y sorprendentes (en el mejor sentido del término). En Galicia dirían “con sentidiño”. Este Liderazgo requiere de una toma de decisiones veloz y precisa, continua adaptabilidad al momento, una entrega de confianza (cumplimiento) e implicación para impactar. Como comentaba el pasado viernes en el diálogo con Noemía Boza (MásCuota) para CanalCEO, el Liderazgo no se improvisa; se diseña y se impacta. Se transmite en la Nueva Gestión del Desempeño.
- Feedforward. Roberto Luna, cuyo manual de Gestión del Talento debería tener, estudiar y utilizar cualquier Dirección de Recursos Humanos de nuestro país que se precie de serlo, habla como un servidor de líderes-coaches y de ir más allá del reconocimiento (feedback) positivo y constructivo hacia el “feedforward”. Porque en el futuro es donde vamos a pasar el resto de nuestras vidas (convirtiendo el futuro en presente, en regalo). O controlamos nuestro destino o alguien lo hará por nosotr@s (Ram Charan). Se trata de aprender continuamente.
Dignidad corporativa, Jobcrafting, Círculo dorado, OKR, Megasinergias, Liderazgo TCV, Feedforward. Sí, lo sé, es duro reinventar la Gestión del Desempeño. Es más cómodo y sencillo hacerlo como siempre, burocráticamente, o no hacerlo en absoluto. Sin embargo, las organizaciones que no lo hagan van a desaparecer, más temprano que tarde si además se “digiticidan” se suicidan por añadir tecnología a ese desaguisado. L@s mejores profesionales se irán y/o desconectarán, el compromiso generalizado será bajo, los clientes se sentirán crecientemente instisfechos y los resultados serán muy pobres. Un pan con unas tortas, que se dice en castellano clásico. Si los DRH no “se dan cuen”, espero que l@s CEOS alertas sí lo hagan… antes de que sea demasiado tarde. Espero tu llamada.
He estado leyendo ‘HUMOR’ del britanico Terry Eagleton, crítico literario doctorado en Cambridge que enseña en la Universidad de Manchester. Se le considera un maestro de la comedia, con una prosa muy fina, y en este texto nos enseña la naturaleza del humor, sus funciones y su tremenda importancia, desde Aristóteles (mi coach favorito) hasta Freud o los Monty Python, y cómo el poder serio y formal ha tratado de eliminar el humor. Ríe y el mundo reirá contigo.
Como muestra, la conclusión del libro: “El cristianismo también tiene un toque de comedia negra. Dios envía a su único hijo a salvarnos, a ayudarnos a superar nuestros apuros, ¿y cómo le mostramos nuestra gratitud? ¡Matándolo! Se trata de un espantoso alarde de malos modales”. Amén.
Volvemos a las canciones, con un maravilloso dueto entre “la más grande”, Rocío Jurado, y Mónica Naranjo. Punto de partida. “Yo quisiera encontrarnos cara a cara, retomar desde la herida, atrevernos desde cero sin reservas ni mentiras. Y entregarnos, sin temores, a la luz de un nuevo día. Siempre en busca de ilusiones, por la huella de la vida”. ¡Qué maravillosa letra del gran Juan Pardo! Reseteemos para ser felices.
Pero hay más. “Como yo te amo”.
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