He estado leyendo el último libro de mi buen amigo Mario Alonso Puig, ‘RESETEA TU MENTE. DESCUBRE DE LO QUE ERES CAPAZ’. Conozco a Mario desde hace muchos años, hemos compartido conferencias y mentoría en el Human Age Institute y, gracias a Carlos Ongallo y la EBS, la referencia en aprendizaje experiencial, hemos compartido semanas y semanas en Nueva York, Utah y Nevada, en Toscana y Umbria, en Jordania y Tierra Santa, en las Azores… Son cientos de vivencias juntos absolutamente inolvidables.
“No puedes despertar de un programa si no sabes que estás dentro de él”, es la propuesta de Mario Alonso Puig en este libro. Por ello, trata de nuestros sistemas operativos en un viaje de descubrimiento. El hardware es el cerebro y el universo; el software, los programas biológicos y mentales. “Un sistema disfuncional es aquel que dificulta o evita que el individuo sobreviva, que se adapte a las situaciones de cambio o que pueda evolucionar para maximizar sus posibilidades y avanzar en su camino a la plenitud”. Tenemos cinco maneras de conocer: la razón, los sentimientos, las sensaciones, la intuición y la imaginación.
Los sensores (sentidos externos, sentidos internos, órganos de captación suprasensorial) son las antenas que nos conectan a todo y con todo. La información que captan llega a los centros de decisión y de ejecución. Mario nos presenta detalladamente los cuatro sistemas operativos, que deben ser compañeros y no rivales: el hipotálamo (control del equilibrio interno), el sistema límbico (propio de los mamíferos), el hemisferio izquierdo (dimensión material) y el hemisferio derecho (dimensión espiritual). Ser muy listo no es lo mismo que ser muy sabio. “El contexto tiene una enorme importancia en la manera en que evaluamos las cosas y, por consiguiente, en el modo en el que nos sentimos”. Mario distingue entre sentimientos y emociones y nos cuenta cómo el cerebro toma las decisiones. “La vivencia siempre supera en mucho a la descripción de la misma. por más pasión que pongamos a la hora de contarla”. El autor nos habla de sincronicidad (más allá de la casualidad) y de confabulación (la capacidad del hemisferio izquierdo del derecho de “rellenar huecos de información”). “No puede haber combinación que la ignorancia y la prepotencia (…) De ahí el abuso de poder”. La razón no es lo único importante. A través del hemisferio derecho disponemos de inteligencia somática, inteligencia espiritual y de recuerdos de gran intensidad emocional que proceden de experiencias dolorosas.
Que los árboles no nos impidan ver el bosque, descubramos la unidad en la diversidad. Los límites del mundo son los límites de nuestro lenguaje (Wittgenstein). La Humildad y la Atención son un binomio ganador. Hemos de aprender a contemplar (el arte nos conmueve porque conecta con nuestra dimensión espiritual) y a reconocer nuestro “niño interior”.
“Sólo el AMOR INCONDICIONAL sana hasta los traumas más profundos que puedan existir en nuestr@ niñ@ herid@”
En el niño falto de cariño pueden surgir la rebelión o la sumisión. “El niño poco a poco aprende a saber quién es, viendo cómo es tratado”. Así nos vemos como nos vemos. Y de la autoimagen, de la falta de autoestima, el sufrimiento humano. “La compasión es una virtud imponente, ya que lejos de aumentar el tamaño de la herida, ayuda a sanarla, a base de conectar con su origen y no sólo con su expresión iracunda”. Tercera ocasión en una semana que la COMPASIÓN es comentada por algunos de nuestros mejores pensadores. José Antonio Marina, en su ‘Biografía de la INHUMANIDAD’, como clave en el progreso ético de la especie. Adela Cortina, en ‘Ética cosmopolita’, la considera un sentimiento activo, transformador, y no mera condescendencia hacia los peor situados (está junto a los profesionales de la salud que quieren cambiar la definición de “compasión” del DRAE). Y Mario la define como “virtud imponente”. Tiempos de Compasión.
La autoimagen dañada (el talento secuestrado) sólo se sana y se expande con empatía, compasión y capacidad de perdón, no con rechazo. Debemos evitar las relaciones tóxicas, atender a lo que no oímos y sí sentimos, expandir nuestro autoconcepto (tanto en el sistema límbico como en los dos hemisferios), recuperar la libertad interior. “El error que cometemos es que, una vez que hemos construido una identidad, creemos que no podemos ser ninguna otra cosa, que dicha identidad no se puede cambiar”. El ego, estructura mental con implicaciones físicas, busca su supervivencia pese a todo, aunque implique llenar de sufrimiento a la persona.
En el Hinduísmo, “samsara” es la consciencia dividida, “el infierno” y “nirvana” la consciencia unificada, “el paraíso”. El despertar espiritual o iluminación es pasar de uno al otro. Es posible. “La transcendencia es una característica inherente del Ser, no del tener”. Mario Alonso finaliza, citando a Abraham Maslow, recordándonos que “muchas veces ni tan siquiera hemos cubierto nuestras necesidades de sentirnos seguros, de sentirnos queridos y de sentirnos capaces”. Hagámoslo.
‘RESETA TU MENTE’ es un libro muy útil en estos tiempos de pandemia. Antes de que apareciera el Covid en nuestras vidas, el 25% de la población española se trataba frecuentemente con ansiolíticos para luchar contra la ansiedad, la angustia y la depresión, En estos momentos puede superar el 66%. Hemos de hacer algo para recuperar nuestras vidas.
Gracias, querido Mario, por tu sabiduría y generosidad.
La canción de hoy, ‘Compassion (Change the World)’, por Andrew Witt
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