El primer domingo de la primavera de 2021 puede servirnos para impulsar hábitos “brain-friendly”: activar nuestro propósito, tener ideas positivas, perseverar en nuestros objetivos, descansar y hacer relajación, cuidar la alimentación, hacer ejercicio físico, conversar con personas tónicas y no tóxicas, mostrar optimismo inteligente y aprender de todo.
Ayer fuimos a ver ‘El agente topo’, película chilena de la que esperaba mucho (representa a su país en los Óscar de este año, nominada a los Goya, presentada en San Sebastián y en Sundance). Escrita y dirigida por Maite Alberdi, trata de un octogenario a quien contrata una agencia de detectives para que se instale en una residencia y revise las condiciones de la misma. Francamente, no le hemos visto la gracia.
He estado leyendo el libro ‘Empresa invertebrada. Aprendizajes de Ortega y Gasset para empresas y organizaciones’, del empresario Ricardo Sánchez Butragueño, con más de 20 años de experiencia en estrategias y gestión de marcas.
Se trata de un homenaje a la ‘España invertebrada’ de Don José Ortega y Gasset, publicado en 1921, hace justo cien años. Un tributo que concreta en doce claves:
- La empresa como ente social. Ortega y Gasset definió la nación como “proyecto sugestivo de vida en común”, como las empresas ganadoras, con un propósito claro y atractivo. De ahí la importancia de la perspectiva frente al cortoplacismo. “En esta virtual lejanía parecen los hechos esclarecerse por sí mismos y adoptar espontáneamente la postura en que mejor se revela su profunda identidad”.
- La dinámica de la incorporación. “La historia de toda nación es un sistema de incorporación”. Como ejemplo, Roma. “La incorporación histórica no es la dilatación de un núcleo inicial, sino más bien la organización de muchas unidades sociales preexistentes en una nueva estructura”. Un sistema dinámico. “Si la cohesión se atrofia, las partes se despegan”.
- El liderazgo es casi divino. “El poder creador de naciones es un quid divinum, un genio o talento tan peculiar como la poesía o la música”. Así sucede en la empresa como en la política. No se trata de mandar, sino de influir desde la credibilidad, la autoridad moral y el ejemplo. La obra de César o de Alejandro Magno perduró durante siglos; la tiranía de Gengis Kan acabó con él. La mera fuerza “fragua pseudoincorporaciones que duran breve tiempo y fenecen sin dejar rastro histórico apreciable”.
- La necesidad de un proyecto sugestivo. “La potencia verdaderamente sustantiva que impulsa y nutre el proceso es siempre un proyecto sugestivo de vida en común”. Vitalidad, desarrollo, ilusión, visión de futuro. “No es el ayer, el pretérito, el haber tradicional, lo decisivo para que una nación exista (…) El día que Roma dejó de ser este proyecto de cosas para hacer mañana, el Imperio se desarticuló”. En el tercer capítulo del libro, Ortega y Gasset nos advierte del peligro del separatismo. En la empresa, los departamentos separatistas, que van por libre. “Es característico de este estado social la hipersensibilidad para los propios males. Enojos o dificultades que en tiempos de cohesión son fácilmente soportados, parecen intolerables cuando el alma del grupo se ha desintegrado”.
- Tendencia centrífuga. “Movidos por codicias económicas, por soberbias personales, por envidias más o menos privadas, van ejecutando deliberadamente esta faena de desplazamiento, que sin ellos y sin ellos y su caprichosa labor no existiría”. La preferencia reiterada de lo ruin a lo selecto.
- El coste de la estanqueidad. “A medida que el cuerpo nacional crece y se complican sus necesidades, origínase un movimiento diferenciador en las funciones sociales y, consecuentemente, en los órganos que las ejercen”. Es la cooperación, imprescindible en tiempos difíciles.
- La cultura como actitud colectiva. “Particularismo es aquel estado de espíritu en que creemos no tener por qué contar con los demás”. Una lección de humildad para cualquier organización. “Cuando un loco o un imbécil se convence de algo, no se da por convencido él solo, sino que cree que están convencidos todos los demás mortales. No consideran, pues, necesario persuadir a los demás”.
- Líderes y seguidores. “Una nación es una masa humana organizada, estructurada por una minoría de individuos selectos”.
- Épocas de auge y decadencia. “Las épocas de decadencia son las épocas en que la minoría directora ha perdido sus cualidades de excelencia, aquellas que precisamente ocasionaron su elevación”. La decadencia por complacencia del propio éxito.
- Deseable, realizable, realista. “No basta que algo sea deseable para que sea realizable, y lo que aún es más importante, no basta que una cosa se nos antoje deseable para que sea verdad”. “La suplantación de lo real por lo abstractamente deseable es un síntoma de puerilidad”. “Volvamos la espalda a las éticas mágicas y quedémonos con la única aceptable, que hace veintiséis siglos reunió Píndaro en su ilustre imperativo “llega a ser lo que eres”. Seamos en perfección lo que imperfectamente somos por naturaleza”.
- Ejemplaridad e influencia. “Los miembros de toda sociedad humana, aun la más primitiva, se han dado siempre cuenta de que todo acto puede ejecutarse de dos maneras, una mejor y otra peor”. La ejemplaridad de l@s líderes hace a las organizaciones mejores. Los discípulos han de ser dóciles (de “docilis”, “aquel que aprende fácilmente”). Ortega además insistía en que “en la elección de la amada hacemos, sin saberlo, nuestra más verídica confesión”.
- Espíritu emprendedor. “Para la conciencia contemporánea es evidente que el derecho es anterior a la persona y por tanto que el Estado es anterior a la persona. Para el germano, lo justo es lo inverso. (…) En su sentir, los derechos, su esencia misma, tienen que ser ganados, y después de ganados, defendidos”. El talante personalista, y no individualista, es lo que define a los emprendedores por su actitud ante la vida.
D. José Ortega y Gasset buscaba la excelencia en personas íntegras, personas sanas, personas vertebradas,
Gracias, Ricardo, por este libro. El pensamiento orteguiano sigue más vivo que nunca, un siglo después.
La canción de hoy, interpretada por India Martínez y Vanesa Martín, esta versión en dueto de ’90 minutos’.
“Prefiero callarme a confesar/ qué me haces sentir”
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