En la presentación de su libro ‘El valor de las cosas’ en la Fundación Rafael del Pino, Mariana Mazzucatto comentó que del de Thomas Piketty ‘El Capital en el siglo XXI’, el economista de moda, sólo se lee el 6% a diferencia del suyo. Efectivamente, este libro del economista francés superventas en inglés y en su lengua original, publicado en castellano en 2014, es ciertamente voluminoso. Se centra en la desigualdad económica en Occidente durante los siglos XIX y XX, en el hecho de que la tasa de retorno de inversión del capital es mayor que el crecimiento económico y en los temores de una desigualdad creciente en el siglo XXI.
Ayer descubrí en Movistar + ‘El Capital en el siglo XXI’, documental de 98′ sobre las ideas de Thomas Piketty producido por la New Zealand Film Comission y France 3, dirigido por Justin Pemberton.
El documental parte de la caída del Muro de Berlín en 1989 (Piketty tenía 18 años). La desaparición del comunismo supuso la ruptura del equilibrio entre Occidente y el Telón de Acero, la sacralización de la propiedad privada, la desregulación y el capitalismo salvaje.
- El Capital es la riqueza en forma de dinero u otros activos poseídos por una persona u organización. En el XVIII estaba concentrada en una aristocracia que impedía la movilidad social. Tanto Jane Austen como Balzac nos cuentan esa realidad social. La profesora Kate Williams, profesora de la Universidad de Reading, explica que los más afortunados trabajaban como criados y el resto de forma esporádica. “La pobreza es una sentencia de muerte”, y de ahí la esperanza de vida de 17 años. Suresh Naidu, historiador económico de la Universidad de Columbia, cuenta que las tierras y el dinero significaban el poder económico y político. El objetivo era conservar el poder aristocrático. La élite reproduce sus privilegios.
- Tradicionalmente, los economistas han argumentado que la desigualdad es un poderoso motor de progreso porque la gente se esfuerza más. Si la desigualdad es excesiva, la consecuencia es la revolución. La Revolución Francesa (“libertad, igualdad, fraternidad”) fue una falsa promesa. Al poco tiempo, un gobierno de banqueros y la restauración de las élites. Durante el siglo XIX, nada de esto se implantó. La Revolución Industrial generó mayor productividad y beneficios: el capital deja de ser fijo, se dinamiza en los negocios. La diferencia entre salarios y productividad se amplía. Estaba prohibido dejar al empleador y hacer huelga, por no hablar de las economías esclavistas.
- El colonialismo de Gran Bretaña y Francia fue amenazado por Alemania. La moda es una consecuencia de la Revolución Industrial: incluso las mujeres trabajadoras querían ir a la moda. Y también nace la industria de la Navidad. La escalada del nacionalismo como respuesta a la tensión social dio lugar a la I Guerra Mundial, que fue una lucha por el capital. Un conflicto global mal resuelto por las reparaciones de la guerra que supuso la caída de la aristocracia.
- En los alegres años 20 del siglo pasado trabajadores y mujeres sienten que merecen más. Una época de exuberancia irracional. Rana Foroohar, analista de economía global, explica la fascinación por Wall Street y la burbuja, corroborada por Joseph Stiglitz. Desarticulación del mercado laboral (salarios bajos, ganancias altas) que condujo al crack del 29. Al menos, había regulación bancaria con la ley Glass-Steagall hasta que la derogó Bill Clinton en 1999.
- Tras el crack, guerra comercial, depresión, políticas keynesianas en los EE UU con Roosevelt, provocación de Alemania y II Guerra Mundial. Ian Bremmer, asesor de riesgos políticos globales, explica el New Deal como intervención en la economía y Francis Fukuyama que eso condujo a la estabilidad social. Hay una relación entre el ascenso del fascismo en Europa en los años 30 y la extrema pobreza (Kate Williams).
- Tras la II Guerra Mundial, el Estado del Bienestar. Lucas Chancel, cofundador del Laboratorio de Desigualdad, explica el nuevo contexto que actualiza el espíritu de la Ilustración. “El paisaje social es completamente diferente”, con el auge de la clase media, el consumo y las prestaciones. Nacionalización de la industria, fiscalidad, televisión y entretenimiento. “Por primera vez, el trabajo duro y los estudios pueden llevarte a la cima”. Una nueva sociedad con movilidad social, con una clase media muy fuerte. 30 años dorados.
- La crisis de 1973 (que cuadriplicó el precio del petróleo), la respuesta de las empresas americanas (pagando menos a sus empleados, tratándoles como un coste, no como un activo) con “estanflación”, la competencia de Alemania y Japón (que habían perdido la II GM) provocaron una X en la que Wall Street subía y el resto bajaron. Margaret Thatcher, la hija de un comerciante que estudió en Oxford, y Ronald Reagan, actor de Hollywood, avanzan considerablemente en la desregulación contando un relato anti Estado: la culpa es del Estado del Bienestar. “Una clase media empobrecida como la de hace un siglo” (Thomas Piketty). Faiza Shaheen habla de cómo se suprimió el poder de la mano de obra: “Labour isn’t working”.
- El documental recoge el fragmento de ‘Wall Street’ (Oliver Stone, 1987) en el que Gordon Gekko (interpretado por Michael Douglas) ensalzaba la codicia. Oliver Stone pretendía una alarma y generó una generación de “yuppies” que sólo buscaban riqueza y poder, al coste que fuera. Los impuestos parecían anticuados.
- Reagan y Thatcher bajaron los impuestos a los ricos, fomentando la desigualdad con la promesa de crecimiento para todos. Stigliz explica que esa promesa (un trozo más pequeño de una tarta mucho más grande) no se cumplió. En los 90, la banca americana exportó el modelo desregulado al resto del mundo. La vida parecía mejor por la globalización y los créditos (Paul Mason, Postcapitalismo). Derivados de la banca de inversión que encubrían la maldad.
- Y llegó el estallido de la burbuja en 2008. El profesor Simon Johnson, que fue economista jefe del FMI ese año, nos habla del miedo de los bancos de prestarse entre ellos. El Dow Jones cayó 500 puntos. “Too big to fail”. La Reserva Federal entregó a los bancos 7’7 billones de dólares. Un plan de rescate que revalorizó la bolsa, Se mantuvo el sistema, la gente rica mantuvo sus acciones y sus bonuses. Los bancos ganaron 13 M $ según Bloomberg. “Fue un golpe de Estado silencioso de Wall Street a la política” (Simon Johnson). Los oligarcas usan su dinero para comprar voluntades políticas (Fukuyama) y medios (Piketty).
- El que más me ha impactado de este documental ha sido el profesor Paul Piff, de la Universidad de California en Irvine. Desde el punto de vista racional, las personas privilegiadas deberían ser generosas con los demás. Sin embargo, sus investigaciones demuestran que, en el Monopoly por ejemplo, si lanzando una moneda al aire se decide quién es el jugador con ventaja (obtiene el doble para comprar, avanzaría el doble y al pasar por la casilla de salida) y quién el pobre, al poco tiempo los jugadores ricos se vuelven más dominantes, comen más, hacen más ruido, se comportan de forma menos educada y desprecian las dificultades de los demás. Su compasión es menor y se conducen como si merecieran su suerte. Ninguno de los jugadores ricos atribuyó su “éxito” a la suerte. Por eso los privilegiados mantienen sus intereses, lo que es perverso para el sistema. “No se debe a la riqueza, sino a la experiencia de ser tratados mejor que los demás lo que tiene consecuencias para todos”.
- Sociedades offshore para pagar menos impuestos, empresas tecnológicas que trasladan sus beneficios. Irlanda le pidió a Apple que pagara 15.000 M $ en impuestos atrasados, que es más que su esfuerzo de austeridad. Facebook paga menos impuestos que un profesor promedio. Multinacionales por encima de los intereses de cada país. Todo lo que hace que un móvil sea “inteligente” (internet, GPS, etc) ha sido pagado en I+D por los ciudadanos con sus impuestos. En 2015, Google declaró 15.500 M $ de beneficios en Bermudas, donde obviamente no produce nada (Piketty). En China sí se está creando una clase media, con hijos con mayores oportunidades que sus padres (Ian Bremmer), lo que no existe ya en EE UU. China, la mayor economía del mundo, practica el Capitalismo de Estado, que reinvierte en la economía del país. Los ingresos medios de los chinos desde los 70 han crecido un 800%.El capital tiene que regularse de una forma más estricta (Fukuyama).
- El capitalismo financiero se ha duplicado en los últimos 40 años como parte de la economía, lo que ha supuesto un crecimiento más lento (Rana Foroohar). Adam Smith no reconocería hoy el “libre mercado”. Hoy de lo que recibe de sus clientes sólo el 15% lo destina a ellos; el 85% es FIRE (Finanzas, Seguros, Inmobiliarias) de las propias entidades de forma no productiva. Las casas, cuando se alquilan, ganan más dinero que los trabajadores jóvenes. “Los jóvenes son conscientes de que están recibiendo un trato injusto”. Las sociedades con mayor desigualdad tienen menor movilidad social. El sistema está amañado.
- Un mercado laboral con personas poco cualificadas y nada satisfechas. ¿Qué propone Piketty? Atacar mediante impuestos el patrimonio (las herencias en el siglo XXI pueden jugar el papel del XIX de “riqueza trasmitida”), subidas fiscales a los ricos mediante un impuesto progresivo al capital. “Si todo el mundo posee una parte del capital, no hay problema. Si está concentrado el capital en pocas manos, sí que lo es”. Dos tercios de la población en Occidente será más pobre que sus padres. De ahí las revueltas, el populismo, la polarización. “Culpar a tu vecino no te hace más rico” (Paul Mason). O cambiamos el modelo o volvemos a las andadas de 1914.
- Las implicaciones distópicas son como los caballos. Tras la Revolución Industrial ya no eran tan necesarios (Ian Bremmer). Lo mismo ocurre con la mano de obra tradicional con el 4.0 (por eso es importante distinguir trabajo, sustituido por la tecnología, de empleo, potenciado por la misma).
Un documental fascinante. Sigo pensando que el diagnóstico de Thomas Piketty es más sólido que las soluciones que propone. En cualquier caso, algo tendremos que hacer para reducir una desigualdad tan perniciosa y ya no nos valen soluciones de izquierda contra los ricos ni de derecha contra los burócratas.
La canción de hoy, ‘Price tag’ de Jessie J.
La entrada El Capital en el siglo XXI de Piketty, en película se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.