Acaba el mes, empiezan las vacaciones. Unas muy especiales, porque mi hija Zoe trabaja de lunes a viernes antes de empezar la Uni. Aprovecharemos un par de fines de semana. Ya he visto el Mediterráneo en Alicante y el Atlántico en La Coruña, así como las tierras aragonesas y castellanas este verano. Enough is enough.
Mi buen amigo Tomás Pereda, una de las mentes más clarividentes sobre los RR HH, mencionó el pasado lunes a Iván Krustev y su “ética del superviviente”. Al día siguiente encontré en una conocida librería de La Coruña el nuevo libro de Krustev: ‘¿Ya es mañana? Cómo la pandemia cambiará el mundo’, una obrita de poco más de 100 páginas muy en la línea con ‘El virus que reseteó el capitalismo’ de un servidor. Cada vez creo menos en las casualidades y más en las “causalidades”.
Iván Krastev es un politólogo búlgaro de 55 años, presidente del Centro de Estrategias Liberales de Sofía y miembro del Instituto de Ciencias Humanas de Viena, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Londres. Durante 6 años fue redactor de la edición búlgara de Foreign Policy y es autor, entre otros libros, de ‘Europa después de Europa’ (2019) y de ‘La luz que se apaga‘, comentado en este Blog hace siete meses.
- Cisne gris (“cisnoceronte gris”, prefiero llamarlo). Un amigo le mandó en marzo de este año un diagrama de Venn con 12 distopías (1984, Un mundo feliz, El cuento de la criada, La naranja mecánica, El señor de las moscas, Gattaca, Matrix, etc) y la señal “Usted está aquí”.
y cita a Dante en La divina comedia: “En mitad del camino de la vida me hallé en medio de una selva oscura, después de dar mi senda por perdida”. Efectivamente, más que un cisne negro la pandemia ha sido un rinoceronte gris. Por eso Krastev llama “cisne gris” a lo que es a la vez predecible e impensable. La gripe española (marzo de 1918 a marzo de 1920) mató entre 50-100 M de personas; la I Guerra Mundial, 17 M y la II Guerra Mundial, 60 M. Sin embargo, de aquella pandemia se han escrito 400 libros y de la I GM 80.000. ¿Por qué? Porque no hay victorias heroicas. Es una muerte tan absurda como indigna (sin poder despedirte de tus familiares difuntos). “De lo que podemos estar seguros es de que cuando se derrote al virus sufriremos una epidemia de nostalgia”, que en el XVII se consideraba una enfermedad contagiosa. No ha habido una relación entre efectividad en la gestión de la crisis sanitaria y régimen político (Rachel Kleinfeld), pero sí con la experiencia previa en el SARS de 2002 (Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur) y sobre todo confianza en las instituciones (Irán, EE UU, Italia o -aunque no lo menciona el autor- España). “Lo más probable es que nos deje un mundo menos ideológico, pero más inestable”. Es el regreso de lo irresuelto, un aterrizaje forzoso sin precedentes.
- El nacionalismo de “quédate en casa”. “Italia está ahora más cerrada de lo que Matteo Salvini jamás habría podido soñar” (Chiara Pagano, abril de 2020). Krastev explica el caso de Hungría bajo Orban: aprovechar el estado de emergencia para gobernar por decreto. La covid-19 ha reforzado viejas grietas sociales y ha creado otras nuevas.
- La Democracia como “dictadura de las comparaciones”. Hemos jugado a qué país lo ha hecho mejor y peor en esta crisis. El pasado mes de abril más de 2.000 M de personas vivíamos en parlamentos en suspenso. “Carl Schmitt (el ideólogo del nazismo) estaría muy orgulloso de Víktor Orban” (Donald Tusk, Der Spiegel). Lo mismo se podría decir de Bolsonaro, Lukashenko o Daniel Ortega. ¿Dará el covid-19 el poder al populismo? ¿Beneficiará el “virus chino” al modelo chino? “Sin Guerra Fría, ¿qué sentido tiene ser estadounidense?” (John Updike). Del poder de la multitud en la democracia del siglo XX hemos pasado a la “gente de las plazas” (Thomas Friedman), el 15M por ejemplo. El empoderamiento por comparación, las instituciones panópticas que lo vigilan todo (Bentham). “El estado del excepción no es sino un clavo más en el ataúd de la democracia”. De la vigilancia antiterrorista y la crisis de los refugiados de 2015 a la crisis sanitaria actual. “El liberalismo se ha quedado entre dos tierras”.
- Conclusiones. “El ser humano es la única máquina del tiempo conocida” (Georgi Gospodinov). Krastev se refiere a Ensayo sobre la ceguera de José Saramago: se confina a los afectados. La pérdida de visión es característica de toda pandemia (y la clave del auténtico Liderazgo, me permito añadir). El autor concluye con siete paradojas fruto de esta pandemia: 1. El lado oscuro de la globalización, pero también su agente. “Durante un tiempo hemos vivido un mundo común”. 2. Aceleración de la desglobalización, con límites a la renacionalización. 3. El miedo al virus provocó un estado de unidad nacional que acaba provocando divisiones sociales y políticas. 4. La pandemia ha puesto en suspenso la democracia, por lo que el deseo a un estado autoritario ha llegado a un límite. 5. La UE ha estado ausente al principio y veremos qué pasa al final. 6. El virus ha revivido los fantasmas de las tres crisis anteriores (terrorista, económica, refugiados) y a evaluar sus medidas. 7. La presión puede hacer que Bruselas revise su papel.
La canción de hoy también es de nuestra querida Whitney Houston, como ayer. ‘The greatest love of all’. Es el Amor que sentimos por nuestros hijos.
“Let the children’s laughter/ reminds us how we used to be”.
Extra-bonus para el agosto que comienza: ‘I Believe I can fly’ de R. Kelly.
Ojalá. Felices vacaciones.
La entrada ¿Ya es mañana? Las siete paradojas de esta maldita pandemia se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.