Primera semana de marzo, en la que participaré en dos ponencias con el Human Age Institute: mañana #TrendingTalentTalk con mi querida Silvia Leal, divulgadora científica y gran experta en tecnología, sobre TecnoTalento para la Transformación (aforo completo) y el jueves #PowerYou en la Universidad de Loyola en Sevilla, en su nuevo campus. Además, viaje a Galicia mañana por la tarde y el miércoles. La primavera se acerca.
¡Qué deliciosa la entrevista en “La observadora”, un diálogo entre dos grandes amigos: la maestra de la curiosidad Teresa Viejo y el padre del lenguaje positivo Luis Castellanos! https://www.rtve.es/alacarta/audios/la-observadora/observadora-luis-castellanos-01-03-20/5527293/ Maravillosos en solitario, sensacionales juntos.
Hasta el momento me he resistido a escribir sobre el coronavirus, porque me parecía que está generando una histeria colectiva alimentada por ciertos medios e instituciones inexplicable desde la racionalidad. Sin embargo, varios de mis pensadores favoritos se han referido a ella ayer.
El maestro José Antonio Marina titulaba sus ‘Ideas’ (El Mundo, 1 de marzo) ‘El coronavirus, paradigma político‘. Como la inteligencia humana, nos explicaba, funciona por contrastes, quería contraponer esta pandemia (“para los problemas no hay fronteras”) con el llamado “conflicto” catalán. ” El coronavirus ha mostrado la interdependencia de todas las naciones, la necesidad de colaborar, la influencia sobre la economía de factores no económicos y, sobre todo, la necesidad de compartir los conocimientos y aprender con rapidez. Innerarity considera que vamos hacia un mundo desjerarquizado, volátil, descentralizado, desterritorializado, de soberanías permeables, y que carecemos de la inteligencia colectiva para enfrentarnos con esa complejidad”. “El origen de nuestros problemas políticos reside en el hecho de que la democracia necesita unos actores que ella misma es incapaz de producir” (‘Una teoría de la democracia compleja’, Daniel Inerarity).
Para entender la conexión entre “felicidad pública” y “felicidad privada”, JAM se alinea con Inerarity: “hemos de repensar la democracia”. La política y el derecho han perdisdo “competencia cognitiva” (¿talento?) para estar a la altura de la innovación económica. Por ello, Marina nos propone “fortalecer la inteligencia colectiva”, que supone “el aprendizaje de la cooperación”. “Los sistemas políticos tienen que aprender y favorecer el aprendizaje de los ciudadanos”. Capital social (inteligencia colectiva en su sentido subjetivo) y Proyecto centauro (de próxima aparición: lo importante no es el conocimiento, sino la interacción). José Antonio Marina vuelve a Aristóteles, mi coach favorito, que en su ‘Política’ denuncia sabiamente las artimañas de los tiranos para preservar su poder: Envilecer el alma de sus súbditos (porque un hombre pusilánime es incapaz de rebelarse), Sembrar entre ellos la desconfianza y empobrecerlos.
Las advertencias de Aristóteles de Estagira no pueden ser más actuales. La crisis de 2008 se “superó” con deflación social (empobrecimiento de la mayoría social vía salarios). La “sociedad del espectáculo” (Guy Debord) genera más pusilánimes (parásitos) que especiales (Hors Normes) y la desconfianza se “contagia” con temores exagerados artificialmente como el coronavirus. En ‘Del Capitalismo al Talentismo’ (2012) señalé que los partidos políticos, las universidades y los medios de comunicación debían reinventarse o desaparecerían. Por el contrario, la mayoría persevera en el error: dan circo a los ciudadanos, les envilecen, les hacen menos empleables porque la diversión superficial resulta más seductora que el verdadero aprendizaje. No estamos a la altura de la democracia compleja, la globalización y la cuarta revolución industrial con políticos endogámicos que proceden de las juventudes de sus partidos, medios que no ayudan a reflexionar e instituciones educativas que no fomentan el pensamiento crítico. Carne de cañón para “dictadores tecnológicos”, como denunció Harari en el último Davos.
Moisés Naïm nos preguntaba: “¿Quiere usted una vacuna contra el coronavirus?“. Se refería al teleevangelista Jim Bakker y la “naturópata” Sherrill Sellman, con su “Silver Solution” que el predicador ofrece a través de su página de Internet para acabar con esta neumonía. Desde los 80, Bakker va a prisión, sale de ella y funda otra Iglesia. “Los charlatanes siempre nos sorprenden con la audacia de sus mentiras”, explica Naïm. Las víctimas no son solo ignorantes. Henry Kissinger, George Schultz(ex secretarios de Estado de EE UU, los exjefes del Pentágono Bill Perry y el general Jim Mattis, o el propio Rupert Murdoch (fundador de la Fox News) fueron persuadidos por Elizabeth Holmes, una joven de 19 años, para invertir en su empresa Theranos, con la promesa de hacerr análisis sanguíneos de una manera revolucionaria. Recaudó 700 M $ y elevó el valor de su compañía, que era una patraña, a los 10.000 M $. Así estuvo durante una década. Charlatanes religiosos, empresariales, financieros (como Bernie Madoff) y los peores, los políticos, que “que llegan al poder estafando a sus votantes con promesas incumplibles, diagnósticos falsos y políticas que terminan por hacernos daño a todos. Estamos viviendo una época de oro para los charlatanes que, ayudados por Internet, le dicen a sociedades confundidas y ansiosas lo que quieren oír. Los cambios inéditos del clima, la tecnología, el trabajo, la economía, la política, los valores, la seguridad crean grandes oportunidades para la demagogia”. Moisés NaÍm concluye: “Los seguidores que le dan poder a los charlatanes de la política nos hacen a todos mucho más daño que los charlatanes mismos”. Es el lado oscuro de la democracia.
Mi admirado John Carlin también se refería al coronavirus a su artículo de La Vanguardia de ayer: ‘Los virus locos‘. El propio Carlin ha sufrido una gripe por la que mueren al año en el mundo unas 400.000 personas al año (The New York Times). Por el Covid, de momento 2.900. “Esto no es ni el ébola, ni el sida, ni la malaria, ni la peste bubónica. Me recuerda más a las vacas locas“. Carlin rescata de la memoria aquel caso, del que ciertos políticos dijeron que era la peor crisis. “Si la gente cree que existe una crisis, existe una crisis. El consumo de carne bajó un 30% en Europa. Bajó más en Inglaterra, donde la quema masiva de vacas fue tal que medio país olió a barbacoa”. En realidad, 13-14 muertes al año sobre 700.000 que se producen en el Reino Unido. “Todos nos vamos a morir, con suerte ya viejos, y en tal caso, quizá, del coronavirus. Mientras, a disfrutar y a preocuparnos de lo que realmente nos tenemos que preocupar”. Si, Don´t worry, be happy
Entretanto, el alarmismo del coronavirus nos distrae de noticias como la de Donald Trump volviendo a las minas antipersonas, como nos advertía Rosa Montero en su artículo ‘Silenciada, enterrada, explosiva‘. Una metáfora de la causa saharaui, uno de los países con más minas en su territorio. “Ese pueblo al que los españoles traicionamos y vendimos como ovejas a los marroquíes hace 45 años. Sí, esos mismos saharauis que tienen la justicia y los acuerdos de la ONU a su favor, pero que ni aun así consiguen recuperar su tierra. De hecho, cada día nos olvidamos un poco más de ellos”. Una injusticia indecentemente silenciada, enterrada, explosiva.
Y poco más. La entrevista de Xavi Sancho (El País) al gran John Cleese, al que tuve el gusto de conocer en Londres hace unos años, en una jornada con Tom Peters: “Los políticos antes tenían personalidad. Ahora son gente obediente“. El fundador de los Monty Python actúa el 13 de abril en Barcelona (quién pudiera verle en el escenario). “El mundo se ha vuelto un lugar dominado por gente resentida”.
Carmen Pérez-Lanzac (El Mundo) entrevistaba al filósofo irlandés Mark O’Connell, estudioso del trasnhumanismo: una búsqueda de la inmortalidad a través de la tecnología similar a las religiones. “Las mujeres se sienten menos atraídas a abandonar su propio cuerpo”. El Dr. Emilio Bouza (La Razón): “Nada nuevo bajo el sol, ni el coronavirus ni el pánico”. El evento del ciclo Europa Futura 2020, organizado por El País y EY con Alicia Richart, DG de DigitalES: “Se ha producido un repliegue geopolítico del mundo anglosajón y Europa está medio perdida”.
El hecho de que las empresas del IBEX ganaran un tercio menos en 2019 (Beneficios empresariales en caída libre, El País Negocios), ‘Coronavirus y la cadena global de suministro‘ (Alberto Iglesias, Innovadores), el análisis de Noelia Hernández, también en Innovadores, del HIP2020: ‘La innovación como servilleta’ y la entrevista de Juan Delgado (La Razón) a Mireia Vidal, DRH de L’Oreal: “Mal le irá a la empresa que no entienda que las personas son las que las hacen diferentes”.
En este mar de “infodemia” respecto al coronavirus, sólo la educación sirve de salvavidas.
Por cierto, qué cosas tiene el fútbol. En el clásico, el Real Madrid apenas llegó con peligro en la primera parte y Courtois fue providencial para no ir perdiendo. Toni Kroos, que no jugó contra el Manchester City, lideró desde el centro del campo e hizo que se desmarcase Vinicius para el 1-0 (en realidad, en propia puerta de Piqué). Marcelo corrió que Messi en un posible “uno contra uno”. Quique Setien sacó a Rakitic y Ansu Fati, pero la jugada no le salió (sí a Guardiola con Sterling hace unos días). Mariano marcó, resbalándose ante Ter Stegen, en sus primeros 30 segundos en Liga. Haciendo prácticamente lo mismo, el Real Madrid está muy cerca de la eliminación en Champions y líder en la Liga. Detalles, matices, locura. Como dijo Napoleón, “de lo sublime a lo ridículo sólo hay un paso”. A veces, el de la diosa Fortuna.
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