Domingo otoñal de descanso. Hemos visto esta mañana ‘Saturday Night Live’ (temporada nº 45, episodio 5) con Kristen Stewart (Crepúsculo, Café Society, Los ángeles de Charlie) como anfitriona (lo fue hace tres años) y Coldplay como invitado musical (sexta aparición; la primera, en 2001 antes el 11S). De inicio, la senadora Elizabeth Warren (interpretada por Kate McKinnon): “El dinero no es más que una transacción informática”. Lástima que la sanidad universal se aprecie en ese gran país como algo radical. Hace 10 años, Harvard demostró que la falta de seguro mataba a 45.000 personas en EE UU cada año.
También he visto el nuevo episodio de The Blacklist (séptima temporada). Y mientras leía, he escuchado las bellísimas canciones de Marta Soto, como ‘Un sueño compartido’.
” No hay mejor, no hay mejor momento/ para demostrar que sientes lo que siento./ Hoy juega la pasión/ e impulsa el corazón/ cumpliendo nuestros sueños”. NO HAY MIEDO.
Hoy tocaba libro importante, el nuevo del profesor Emilio Ontiveros, ‘Excesos. Amenazas a la prosperidad global’. Muchos consideramos al Dr. Ontiveros, catedrático emérito de la UAM y fundador de AFI (más de 165 profesionales, creada en 1987), uno de los mejores economistas de nuestro país. Tuve el privilegio de recibir su magisterio en la primera mitad de los 80 y le considero uno de mis grandes influencias, junto con la de José Juan Toharia, Eugenio Galdón, el fallecido David Anisi, Ramón Tamames y pocos más en ese espléndido Cantoblanco del que me nombraron presidente de AIESEC (la asociación de estudiantes de económicos). En estos más de 30 años la relación se ha perfeccionado en amistad y en una enorme admiración por Emilio Ontiveros, en buena medida la consciencia económica de España.
En estos tiempos de inseguridad global, con los gobiernos de EE UU y el Reino Unido desmontando décadas de cooperación internacional, debemos revisar la medida del bienestar (que no puede ser exclusivamente el PIB), porque los ciudadanos no perciben avances. Estamos en la tercera fase (de la globalización) y hay que entenderla bien. Tras la crisis de 2008, “la crisis financiera más dañina de la historia” (Ben Bernake, expresidente de la Reserva Federal), hemos recuperado el proteccionismo y la involución global.
El profesor Ontiveros nos presenta de una forma especialmente didáctica los nueve grandes riesgos, las amenazas de esta Globalización 4.0:
- Nuevos actores en la escena global. Fragmentación geográfica de las cadenas de valor (Los, Timmer, De Vries, 2014) Raju Huidrom (2019) ha demostrado que el 70% de las exportaciones europeas depende de esta cadena de valor.
- Digitalización creciente, por aumento de la conectividad (ley de Moore, 30 años de internet), economía de los datos e impacto mutuo entre globalización y digitalización. Su impacto en el mercado laboral suele generar ansiedad (algunas economías europeas no han recuperado, 12 años después, los niveles de empleo y salariales previos a la crisis). Según el Banco Mundial, el nº de robots supera en 2019 los 3 millones. Ontiveros se refiere a Frey y Osborne (Oxford, 2013) y la vulnerabilidad de los empleos, al estudio del McKinsey Global Institute (2019) y a los trabajos híbridos, que modifican la organización del trabajo (el cómo y el dónde). Economía del encargo (Gray y Suri, 2019), de las plataformas o “gig economy”, economía colaborativa. Desigualdad salarial, reducción del estado del bienestar. Ausencia de dinero en efectivo, monedas virtuales (“el dinero es sucio, opaco, costoso de manejar, perturbador para el control de la actividad económica”). Cautelas sobre el poder digital por su concentración. Respuestas multilaterales (“la privacidad es un derecho que debe protegerse”).
- Alteraciones en el poder mundial. Los BRIC son más del 22% de la economía global. La cohesión en Occidente se ha debilitado con Donald Trump.
- Desigualdad global. Ha descendido la pobreza extrema en los países menos desarrollados y ha aumentado la inestabilidad en el empleo. Entre 1980 y 2016, el 1% de la población ha pasado de tener el 6% al 14% de la riqueza mundial (World Inequality Report, 2018). Desigualdad de género (uno de los ODS de Naciones Unidas).
- “Financiarización” de las economías. Maridaje estrecho entre las finanzas y los desarrollos digitales. Necesidad de una regulación financiera homogénea.
- Concentración empresarial y poder de mercado. Tepper y Hearn (2019): “Lo que es bueno para el monopolio es malo para el capitalismo”. De 1980 a 2016, el margen de las empresas ha mejorado un 39% (FMI). El creciente poder de mercado reduce la participación de las rentas del trabajo y los salarios reales (Jan De Loecker y Jan Eeckhom, 2017). El autor cita a Posner y Weyl (2018) y su libro ‘Mercados radicales’ y al cómico Chris Rock (2014): “Si la gente supiera lo ricos que son los ricos, habría disturbios en las calles” (nacido en Carolina del Sur y criado en Brooklyn, de madre trabajadora social y padre camionero, a sus 53 años vale más de 100 M $). La correlación entre concentración de riqueza y poder político la han estudiado Acemoglu (2015) y Epp y Borghetto (2018).
- Elusión fiscal multinacional. Desde el FMI se advierte del desplazamiento de los beneficios a países con baja tributación, deducciones y créditos fiscales, arbitraje fiscal, acuerdos de doble imposición, retención de beneficios en filiales. Necesaria cohesión fiscal. Los grandes perdedores son los países de la UE que no son “paraísos fiscales”. En abril de 2019 el DG del FMI habló de 2 billones de dólares sólo en sobornos.
- Destrucción del medio ambiente. 600.000 niños mueren al año por la contaminación (OMS). Acuerdo de París de 2015: China y EE UU son responsables del 60% de la emisión de CO2 del planeta. Fiscalidad y financiación verdes.
- Demografía desafiante. En 2050, más de 2.000 M personas tendremos más de 75 años (el doble que ahora). En España cada día nacen 1.167 niñ@s diarios y mueren 1.106 (una natalidad de 1,25 hijos por mujer, desde los 2,8 en 1975). La esperanza de vida es de 78,2 años en los hombres y 84,4 en las mujeres. Un panorama desolador.
La segunda parte del libro la dedica Emilio Ontiveros a explicar de una forma deliciosa la crisis de 2008: singularidad (escalada de la desconfianza, quiebra de Lehman Brothers, Grecia) y contagio. Intervención gubernamental en EE UU y dificultades en la eurozona.
Y la tecera, a la nueva “guerra fría”:
- Guerra comercial (“America first” de Trump), deficit malinterpretados, flujos de inversión internacional, guerra de divisas,
- Guerra tecnológica y geopolítica.
En la cuarta, el contraste entre potencias: China (“el mundo a sus pies”) y Europa (“que no se encuentra”, con el divorcio británico, la gestión imperfecta de la crisis en la eurozona, la restauración pendiente). “No exageran demasiado quienes advierten del riesgo de desintegración”.
Sin embargo, como cree Emilio (y un servidor) “nada está perdido”, ni mucho menos. Sí, “a los mercados no se les puede dejar solos”, hemos de cuidar la economía para que el sistema sea más limpio, más justo, más democrático. Necesitamos equilibrio. Frente al papanatismo globalizador, el crecimiento inclusivo y la fortalecimiento de las instituciones multilaterales para regenerar el capitalismo (algunos diríamos “para que triunfe el talentismo”).
Un libro imprescindible (le pediré a Zoe que lo lea tras los exámenes, para su formación como economista) con una bibliografía impresionante. Gracias, querido maestro, por abrirnos los ojos así.
La economía actual es como las canciones de Marta Soto: contradictoria (Me contradigo)
“No puedo decirte que me voy
No puedo quedarme donde estoy
No quiero convertirnos en inviernos sin abrigo, amor, no
No, que todavía me consigues entre tanta gente
Todo este desfile de intención
Qué hacemos tan lejos, por Dios”
Y nos hace falta valor
“Nos hace falta Valor para ser lo que hasta ahora no hemos sido”.
Valor como valentía, como principios (valores convertidos en virtudes, en valores vividos) y como lo que los clientes esperan de ti (valor añadido).
Se presenta una semana fabulosa de presentaciones y proyectos, en Madrid y en Sevilla.