Ayer empecé a ver la serie británica ‘After Life’ (gracias Rosa por la recomendación) en Netflix. La historia de un viudo (el cómico Ricky Gervais) que no le encuentra sentido a la vida y decide quedarse el tiempo suficiente como para castigar al mundo. Este es el trailer:
En las elecciones europeas, autonómicas y locales de ayer (una vez más, gran distorsión entre las encuestas y la realidad) el denominador común puede ser, más allá del “viento de cola” de Pedro Sánchez, ganador de las generales hace un mes, que las personas pueden pesar más que las organizaciones, en este caso los partidos políticos. En la guerra por el talento, es el Talento quien gana y quien decide. Las organizaciones que no sean plataformas de talento, desaparecerán. Mi felicitación a quienes gobiernen (en política, ganar es gobernar y el resto son quimeras).
En la prensa de ayer, algunas pautas interesantes.
De las ‘Ideas’ de José Antonio Marina, la “memoria histórica”. La Historia la han usado las naciones para construir identidad. “A la nación le sienta mejora el Mito que la Historia”. Hay un “deber de recordar” (Ricoeur, Jankélevich, Todorov). JAM apunta con mucho acierto que “memoria histórica” es contradictorio: memoria o historia. La primera, subjetiva, una experiencia, un recuerdo; la segunda, objetiva. Los pseudohistoriadores desaprensivos o perezosos nos impiden entender lo que ha pasado. Marina amplía su reflexión en Hologramas.
Andrea Aguilar entrevistaba a Kwane Anthony Applah (Londres, 1955), hijo de un abogado y político de Ghana y de una hija y nieta de políticos laboristas. Es catedrático de la NYU (Universidad de Nueva York) y columnista del consultorio ético de The New York Times. En su último libro, ‘Las mentiras que nos unen’, desmonta los mitos sobre las identidades. “Los intelectuales pueden ser un estorbo para hallar soluciones”. Necesitamos crear categorías, recurrir al esencialismo para vivir. De su consultorio, le admira el tema de la lealtad: “Y todo esto es confuso porque gran parte de nuestra vida moral surge de nuestras relaciones”.
Utopías de silicio, por Eduardo Prieto. Las sedes de los gigantes de la Nueva Economía dicen mucho del futuro que intuimos: amigable, ecológico, informal… pero también paternalista, despótico y acrítico hacia el poder. No son edificios sino parques, campus o ciudades-estado. Acogedores y despóticos como la casa paterna.
En El País Negocios, Susana Carrizosa escribía sobre la incapacidad de los partidos políticos para la gestión. Incapacidades de manejar un presupuesto sin déficit y de gestionar a sus plantillas. Una estructura muy poco profesionalizada que no responde ante nadie. Y Carmen Sánchez-Silva se refería al Talento Senior. “Expulsado por edad cueste lo que cueste”. Despidos a mayores de 50 años y aceleración de las prejubilaciones a pesar del castigado sistema de pensiones. Desempleo de larga duración (más de dos años) para los 50+.
En La Razón, premios Tu Economía 2019 a Womantalent: compromiso con el Liderazgo Femenino de la empresa (una red de mujeres profesionales establecida por Beatriz Recio en 2014) y al empresario Tomás Fuertes, seis décadas de ilusión por las cosas bien hechas (tuve el honor de tratarle por primer vez hace 27 años). Espíritu de superación.
Marina Castaño: “Andamos justos de genios”. Un homenaje a Eduard Punset, que supo hurgar en algo imprescindible: la Felicidad. El altruismo como motor de éxito de nuestra manada. Y le cita: “la felicidad es la ausencia de miedo”.
En el mismo diario, la entrevista de Marta Robles a la escritora y periodista Nativel Preciado (Madrid, 1948): “Los genios son siempre atractivos, es inevitable”. En su nueva novela, ‘El Nobel y la corista’, relata la historia de cuatro mujeres reivindicativas. Es la historia de la visita de Albert Einstein a España en los años 20 y su encuentro con Margot Denís, una corista de la época. “Siempre tuve esa inmensa curiosidad por saber por qué esos genios de talento descomunal luego se comportan de manera tan mezquina y burda con su entorno, y por qué, pese a todo, poseen un magnetismo irresistible con las mujeres”. Como ejemplo, el otro gran genio del siglo XX, Pablo Picasso. La madre de Paloma Picasso, François Gizot, escribió en un libro autobiográfico que cuando el pintor la perseguía (él tenía 89 años y ella 20) su familia le advertía de que ese hombre no la convenía. “Sabía que no le daba buena vida a las mujeres pero, pese a todo, no quería perdérmelo”.
Tal es la peligrosa atractividad de las personas geniales, de las sedes corporativas de los gigantes tecnológicos, de las sectas, de la política… Tan irresistibles como destructivas.
La canción de hoy, ‘You don’t know me’, por Ray Charles y Diana Krall
La entrada Genios atractivos, intelectuales estorbo y memoria histórica se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.