He estado leyendo el nuevo libro de Francis Fukuyama, ‘Identidad. La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento’, traducido de forma excelente por Antonio García Maldonado. Fukuyama, politólogo nacido en Chicago en Chicago en 1952, ganó fama con ‘¿El fin de la historia?’, en el que proclamaba entusiasmadamente el triunfo de la democracia tras la caída del muro de Berlín. Un cuarto de siglo después, sigue creyendo en el sistema democracia pero nos advierte de que los extremismos (populismos y nacionalismos) están en auge por su carácter identitario. El triunfo de Trump y del Brexit, en dos de las democracias más antiguas del planeta, es todo un síntoma.
Fukuyama opina que si sólo fuera un problema económico de la globalización y la desigualdad social habría surgido tan solo el populismo de izquierdas. El nacionalismo de derechas es por la identidad, un concepto inicialmente religioso (Martín Lutero) y después filosófico (Kant, Rousseau).
El pasado jueves, en la presentación de su nuevo libro en Barcelona, ‘El mundo cambia, ¿y tú?’, Eva Collado se refería al concepto de tribu, un concepto populizado por Seth Godin en su libro del mismo nombre (‘Tribes’, 2008). Puedes recuperar sus ideas en este vídeo:
Las tribus a las que pertenecemos (y que, deseablemente, lideramos desde la inspiración, la integración, la imaginación y la intuición) derivan en la política en los nuevos extremismos. Comentaba un servidor en ‘Del Capitalismo al Talentismo’ el declive de tres instituciones muy propias del capitalismo: los partidos políticos, las universidades y los medios de comunicación. Los populismos han surgido de las universidades (Pablo Iglesias y su Unidas Podemos es claro ejemplo de ello) alimentados por los medios de comunicación (especialmente los más sensacionalistas) y han reinventado el concepto de partido (con sus liderazgos leninistas y sus asambleas participativas). En el otro extremo, el nacionalismo de Trump, Le Pen o Vox “pasa” de universidades y medios de comunicación, creando pseudopartidos personalistas. El mecanismo contrario. Los extremos se juntan.
La clave, dice Fukuyama, es conformar una nueva de idea de identidad que no separe sino que una, que sea universalista, que profundice en la democracia en lugar de destruirla. El autor de ‘El fin de la historia’ cree que la Unión Europea es una utopía. Muchos creemos que, por el contrario, es la esperanza: un modelo de bienestar basado en los principios revolucionarios de libertad, equidad (tratamiento desigual de situaciones desiguales) y solidaridad. En la Globalización 4.0., más allá de modelos como el ruso, el chino o el norcoreano, nos parece la apuesta más interesante.
La canción de hoy es ‘Thank U, next’ de Ariana Grande:
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