Hoy empiezo por una preciosa canción de Dani Martín, ‘¡Qué bonita la vida!’
para daros las gracias a quienes estáis ahí, ya sabéis por qué. La vida es tan maravillosa…
Hay una frase de Marie Curie (1867-1934) que me hace reflexionar especialmente: “Be less curious about people and more curious about ideas” (Sé menos curioso acerca de la gente y más curioso acerca de las ideas). Cuando pensamos en series como Sherlock (BBC) o Merlí (TV3), ambas muy recomendables, empiezan con grandes ideas (los casos de Holmes en el Londres actual, un profesor de filosofía de bachillerato en Barcelona) y parece ser que a la audiencia le acaba interesando más si Watson se casa o no y cómo es su boda, si Sherlock Holmes tiene novia, o en el caso de las serie catalana, las relaciones entre los alumnos del insti, sus madres o padres, los profesores.
Sí, las personas tienen un encanto especial. En el comienzo de la versión cinematográfica de ‘Come, reza, ama’, Gilbert Elizabeth (Julia Roberts en la gran pantalla) comenta que al final las personas se preocupan, básicamente, por otras personas. Los temas son universales: el amor, el odio, la tristeza, la envidia: las grandes emociones humanas. Sin embargo, hemos de diferenciar la Learnability del cotilleo. Son tiempos de mucha “prensa del corazón” (hasta en la sopa) y poco análisis, poco diagnóstico, poco plan de acción. El signo de una civilización decadente, de personas tan chismosas y entrometidas como ignorantes.
Pancracio Celdrán, en ‘Inventario general de insultos’, explica que el término “cotilla” (de “cota”, corsé) proviene del libro ‘Historia del saladero’ (1870) de Francisco Morales Sánchez. En esa obra, María de la Trinidad Cotilla era una fanática antiliberal. Tenía una red de espías y chivatos que le contaban lo que ella quería saber, y a los que llamó “cotillas”. Sus crímenes le valieron la pena capital el 25 de agosto de 1838, ya bajo el reinado de Isabel II. La Tía Cotilla vendría a ser la opuesta a Mariana Pineda (condenada a muerte siete años antes por bordar una bandera revolucionaria que escondía en su casa de Granada). Tan actual como “la vieja’l visillo” (Venancia Lengüeta), el personaje de José Mota. Su frase más característica es: “Te pido por Dios que no cuentes ná… que ya lo cuento yo”.
Como decía ayer la creativa Diana Orero, “el lamento no sirve de alimento”. Lo que hemos de hacer es profundizar en la curiosidad sana, la del verdadero aprendizaje, y dejar a cada cual vivir su vida.
Además de la citada frase de Marie Curie, hay otras citas de la científica que me gustan particularmente:
- Nada en este mundo debe ser temido… sólo entendido.
- Debemos tener perseverancia y sobre todo confianza en nosotr@s mism@s.
- Nunca veo lo que se ha hecho; sólo veo lo que queda por hacer.
- Me enseñaron que el camino del progreso no era ni rápido ni fácil.
- No se puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a los individuos.
- Yo estoy entre los que piensan que la ciencia posee gran belleza.
Una de las canciones favoritas de mi padre es el ‘Abrázame’ de Julio Iglesias, del álbum ‘El amor’ (1975):
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