Jornada entre Madrid y Elche. Por la mañana, avance de proyectos en la Talent Tower y por la tarde, reunión con cliente en Alicante y presentación de Brandty en la ciudad ilicitana.
He hablado de ‘El Vals entre la Marca y el Talento’. El Vals es un baile de salón relativamente sencillo y muy elegante que asociamos a Viena, a su época dorada de 1780, y al Imperio Austrohúngaro (si bien se originó en el siglo XII en el Tirol y en el sur de Alemania; la palabra “walzer” es en alemán “girar o rodar”).
Como sabes, el tempo que sigue el vals es el llamado “paso de caja” (una serie de movimientos que conforman una caja), a 110-180 intervalos por minuto. En la Marca y el Talento, el paso lo configura la idea de Valor (el Talento es “poner en valor lo que sabemos, queremos y podemos hacer”, la Marca es una “promesa de Valor”). El Valor, concepto central en la ciencia económica (Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx) es “lo que los clientes esperan de ti” (John Quelch, Harvard). Por tanto, una expectativa. Históricamente se ha distinguido entre valor de uso y valor de cambio (Adam Smith lo ilustraba con los diamantes y el agua). El filósofo francés Jean Baudrillard (1929-2007) añadió la idea de valor símbolo y valor signo. En la actualidad, la celebridad con mayor número de seguidores es la neoyorkina Kate Perry, embajadora de NYC, con más de 108’5 M de seguidores en Twitter. Del Top 25 de marcas comerciales más valiosas, la mitad son plataformas. El propio John Quelch (1951) nos recomienda, para ponernos en valor, ser exigentes, respetuos@s, fiables, sorprendentes e involucradores/as.
En el vals, hacer los pasos del que lleva: mirar hacia un lado de la habitación, adelantar el pie izquierdo, igualarlo con el derecho (apenas tocándose), dar un paso atrás con el pie izquierdo, igualarlo con el derecho y así dibujar una pequeña caja con los pies. El Talento, “término de la psicología popular” (José Antonio Marina) es la inteligencia triunfante que elige bien las metas, maneja la información, gestiona las emociones y practica las virtudes de la acción. Cuatro características que también utiliza la marca: el propósito (el sentido de “dejar huella”), la información, conmover (una “obra de arte” conmueve a quien la recibe) y la acción (lo que Fernando Botella llama “factor H”). Es la utilización de los “tres cerebros” (instintivo, emocional, racional) que la antropóloga Helen Fisher lleva a la “ciencia del amor”: el amor consumado es intimidad, pasión y compromiso. Si falta el compromiso, es amor romántico. Si falta la intimidad, es amor fatuo. Si falta la pasión, es amor sociable. Si sólo es pasión: encaprichamiento. Si sólo es intimidad: cariño. Si sólo es compromiso: amor vacío. De la lujuria (lust), con sus propias hormonas (testosterona, estrógenos) a la atracción (atraction), con norepinefrina, dopamina y serotonina, al apego (attachment) con oxitocina y vasopresina.
Volvamos al vals, haciendo los pasos de quien sigue: mirar hacia un lado de la habitación, dar un paso atrás con el pie derecho, igualar con el pie izquierdo, colocar un pie junto al otro (apenas tocándose), adelantar el pie izquierdo, hacer lo propio con el derecho y colocarlos juntos. Marca Digital y Talento. El lenguaje binario (0 y 1) lo creó Leibniz en 1703; el nombre “digital” es de Shannon en 1942, como opuesto a analógico. El 26 de mayo de 2010, Apple sobrepasó a Microsoft en valor, utilizando una estrategia de plataforma. He comparado BMW con Über, Marriot con Airbnb, Disney con Facebook, Kodak con Instragram. En las plataformas (valor del ecosistema), la Marca Digital es imprescindible. Es “el fin del mundo tal como lo conocemos” (Marta García Aller).
Bailar el vals en pareja: frente a frente, mano derecha del que lleva en el hombro izquierdo de la que sigue (mano izquierda del que lleva con la mano derecha de la que sigue), paso adelante con el pie izquierdo del que lleva (flexionando ligeramente las rodillas) y paso atrás del pie derecho de quien sigue, con tempo de tres compases (un pie, el otro, juntos). Learnability y dinámica de la Marca. No estamos en la sociedad del conocimiento, sino en la del aprendizaje, en la que se aplica una ley universal: “Toda persona, organización o sociedad necesita aprender a la misma velocidad a la que cambia su entorno para poder sobrevivir; si además quiere progresar, debe aprender a mayor velocidad que el entorno” (José Antonio Marina). Es el concepto de “Learnability”, acuñado por Mara Swan. Aprender, “adquirir el conocimiento por medio del estudio o la experiencia” (de “hedera”, la hiedra; prender es lo previo a la hiedra: asir, coger, agarrar). La Learnability depende de la curiosidad, la actualización y el pensamiento crítico. En la Marca, el misterio (“el amor es en tres cuartas partes pura curiosidad”, Giacomo Casanova), la frescura y la aportación. Lo que nos hace humanos, lo “no robotizable” es la creatividad, la inteligencia emocional y la resolución de problemas complejos. Citando a Tomás Chamorro-Premuzic, con quien tuve el placer y el honor de dialogar ayer en Madrid, el Líder Digital es en un 80% el Liderazgo de Adaptabilidad, Iniciativa, Persistencia y Brillantez y en un 20% los nuevos componentes: Learnability, Emprendimiento y Valentía.
Finalmente, los pasos avanzados del vals: desplazarte en círculos y realizar giros. Es la Pasión (según las investigaciones de Silvia Leal, sólo el 16% la muestra, y aporta un plus de productividad del 35%). He recordado ‘El sueño de una noche de verano’ de Shakespeare. (Titania, la reina de las hadas, se enamora de Bottom, un artesano con cabeza de asno) y recomendado los libros de cuatro “reinas”: ‘Saltar de la pecera’, ‘Diálogos con Bruma’, ‘¡Vamos!’ y ‘Si salieras a vivir’. Como la pasión se alimenta, de éste último, el de Patricia Ramírez, hemos leído lo que admira de su pareja (su bondad, su sentido del humor, su protección, su cuerpo). Antonio Machado, en ‘Yo voy soñando caminos’: “En el corazón tenía/ la espina de una pasión./ Logré arrancármela un día:/ ya no siento el corazón”. Como ejemplo de Pasión en la Marca, la campaña ‘Think Different’ de Apple, la Marca más valiosa del mundo (235.000 M $, casi la cuarta parte del PIB de España).
Mi gratitud a Cristina, Guzmán y todos los organizadores del evento.
Se impone hoy un vals de Johan Strauss hijo. El Vals del Emperador (Kaiser-Walzer, op. 437): www.youtube.com/watch?v=rKz-UoXG-_k
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