Ámsterdam está preciosa en esta época del año. Decoración apropiada, mercadillos navideños, ambiente invernal… Ayer tuvimos un vuelo estupendo hasta la capital holandesa Paseo hasta el Dam y cena apropiada para la fecha. Esta ciudad tiene mucho que enseñarnos en diversidad, libertad y multiculturalidad.
En el viaje, estuve leyendo un libro excelente, ‘Cómo ser asquerosamente rico en el Asia emergente’, de Mohsen Hamid. El autor, un escritor paquistaní nacido en Lahore en 1971, es enormemente ingenioso y sabe muy bien lo que pasa en aquella zona del mundo. Te recomiendo su novela anterior, ‘El fundamentalista reticente’, llevada a la gran pantalla’.
‘Cómo ser asquerosamente rico en el Asia emergente’ se plantea como un libro de autoayuda (aunque, como escribe Mohsen, esto es un oximorón: ninguna ayuda es “auto”, sino que la aporta un creador). El protagonista es el/la lector/a, que vive de niñ@ en condiciones indign@s (insalubridad, matrimonios concertados, etc) y medra hasta el éxito económico.
Los consejos de Hamid son básicamente:
- Múdate a la ciudad
- Estudia
- No te enamores: “(El Amor) amaina el fuego del horno de la ambición, despoja del impulso indispensable para todo azaroso viaje río arriba en dirección al corazón del triunfo monetario”.
- Evita a los idealistas: “Toda organización es una empresa económica”.
- Aprende de un maestro
- Trabaja por tu cuenta: “Los frutos del trabajo son una delicia, pero si sólo tomas los propios no engordas demasiado. Así que no compartas los tuyos y come de los demás siempre que puedas”.
- Prepárate para usar la violencia
- Hazte amigo de un burócrata. “Los Estados tiran de nosotros. Los Estados nos doblegan. E, incansablemente, los Estados tienen el propósito de fijar nuestras órbitas”. Se trata de “engancharte al poder del Estado en provecho propio”.
- Trata con los “artistas de la guerra”. “Quizá nadie se consagra a la información como poder con dedicación más exclusiva y más fuereza de gestión que quienes están en la cúspide de las organizaciones a quienes hemos confiado la seguridad nacional”.
- Atrévete con más deuda
- Céntrate en lo básico. “Prescinde de la paja, distingue el bosque de los árboles, da prioridad a lo esencial en lo que haces”.
- Ten un plan de retirada. “Todos somos refugiados de nuestra infancia. Y por eso recurrimos, entre otras cosas, a las historias”.
Un texto muy poderoso. Mohsin Hamid ha escrito este “Gran Gatsby oriental” como metáfora del crecimiento alocado en las regiones emergentes del planeta.
En otro orden de cosas, este día de Navidad he retomado el artículo de ‘Ideas’ de José Antonio Marina del pasado domingo sobre la Navidad. Se refería a uno de 2008, en la misma sección, sobre esta celebración triplemente paradójica:
- Una festividad religiosa en un mundo poco religioso.
- Una fiesta familiar en un mundo donde las familias están en crisis.
- Es una fiesta de la infancia en un mundo donde los adultos diluyen la infancia en beneficio de un feroz consumismo.
En esta nueva era, hemos de “reinventar” la espiritualidad (basada en valores arraigados), la familia (en función del cariño) y la infancia (redescubriendo nuestro interior).
Como sabes, la palabra “navidad” proviene del latín “Nativitas”, nacimiento (“nasci” era nacido: “Nativitas”, cualidad de nacer). El nacimiento de Jesús de Nazaret en el portal de Belén. Si bien no se sabe cuándo nació Jesús, se tomó la tradición romana del nacimiento del Sol invicto (Natalis Solis Invicti, tras la noche más larga del año), una variante religiosa del dios Mitra (la más practicada antes del Cristianismo). Se celebra desde el año 440. La tradición del árbol de navidad procede del siglo VIII, de San Bonifacio (680-755), cuando taló un roble que era el símbolo de los druidas. Al tumbarlo, hizo caer todos los árboles de alrededor, excepto un pequeño abeto.
¿Cómo se celebra la Navidad aquí en Holanda? Diez días antes de nochebuena, en los hogares se coloca el árbol de Navidad (normalmente, uno dentro de la casa y otro fuera).
En Holanda celebramos dos días de Navidad, el 25 y el 26 de diciembre.
Diez días antes, en la mayoría de los hogares se coloca y adorna un árbol de Navidad. Se compran o alquilan (y así se devuelven al vivero). En las plazas hay mercadillos con iluminación navideña. En nochebuena las personas creyentes (y muchas no creyentes) acuden a la iglesia.
La noche de los regalos fue el 5 de diciembre, festividad de San Nicolás. Es un obispo que viene de España, llega en un barco de vapor y tiene un ayudante, Zwarte Piet (Pedrito el Negro). El 5 de diciembre (víspera de San Nicolás), Sinterklaas trae regalos (sobre todo, juguetes para los niños). Esta tradición tienen raíces precristianas: cuantos más regalos (fundamentalmente manzanas y frutos secos, símbolos otoñales de fertilidad) se esparciesen, más fértil se haría la tierra. De la palabra neerlandesa strooien (”esparcir”) se deriva strooigoed (”bienes o regalos para esparcir”), que es una mezcla de pequeñas galletas especiadas y dulces que literalmente se esparcen sobre mesas y muebles.
Se reparten papelitos al azar con los nombres de los participantes, de manera que cada persona realice un único regalo a cada uno. También se juega con dados sobre los regalos, con mensajes tales como “da tu regalo a tu vecino de la izquierda”, “intercambia tu regalo con tu vecino de enfrente”, etc. Uno de los regalos fundamentales de Sinterklaas es una letra de chocolate, la inicial del nombre del destinatario.
Hoy, día de Navidad, la mesa del desayuno se adorna con velas y se sirve pan con pasas y pasta de almendras. Las grandes fiestas son el 25 y el 26 (San Esteban). El plato principal es el conejo con col lombarda; en su defecto, pavo relleno con puré de castañas.
La cena de Nochevieja es más ligera; lo típico son los “oliebollen”, una especie de buñuelos tan grandes como una pelota de tenis, con pasas y acitrón, cubiertas de azúcar en polvo. A las doce de la noche se brinda con champán (no hay doce uvas) y se disfruta de fuegos artificiales.