Sábado muy soleado y caluroso. Me he levantado muy temprano para terminar un capítulo de nuestro libro ‘Nuevo Management para Dummies’, que entregamos este mes y saldrá en octubre. Esperamos que se convierta en la referencia para todas aquellas que dirigen en una organización, pequeña, mediana o grande.
Paseo por el barrio de Salamanca y un rato en la Feria del Libro, en el Retiro. He visto a algunos autores y editores amigos, y he comprado ‘El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto’ de Miguel Sosa, ‘Las tribus liberales’ de María Blanco (me lo ha firmado la propia autora) y Zoe ha adquirido ‘La vida según Sheldon’ (en alusión a Sheldon Cooper, el protagonista de ‘The Big Bang Theory’). Comida y, tras la siestecita, lecturas y un capítulo de ‘Mozart in the jungle’. Tras acabar las temporadas de House of cards, Scandal y The black list, me he hecho fan de esta serie sobre el nuevo director hispano de la Sinfónica de Nueva York (interpretado por Gael García Bernal) y de ‘1992’, sobre la mafia y la corrupción política en Italia hace dos décadas. La cartelera, por otro lado, está floja más allá de ‘Tomorrowland’ y ‘La familia Bélier’.
Mi lectura de hoy ha sido ‘Pedigrí’ de Laura Rivera, profesora de la Escuela Kellog de Management de la Universidad de Northwestern. Se publicó el pasado 4 de mayo de 2015, leí la reseña de Héctor Barnés en El Confidencial y del The Economist el pasado 16 de mayo (‘Cómo unirte al 1%: www.economist.com/news/business/21651207-book-persistence-elites-unexpected-guide-getting-good-job-how-join?fsrc=rss%7Cbus) y pedí a Amazon el libro. Ojalá salga pronto en castellano. Licenciada en psicología y sociología por la Universidad de Yale, doctora en Harvard, exconsultora de Monitor Group (con Michael Porter), la Dra. Rivera es experta en meritocracia y contexto social.
El texto se subtitula ‘Cómo los estudiantes de élite obtienen empleos de élite’. El pedigrí es el documento con la genealogía de un animal (un caballo, un perro, un gato) hasta la 3ª generación, incluyendo los premios de sus antepasados. Proviene del francés “pied de grue” (pata de grulla), porque los criadores británicos marcaban con tres líneas (que parecía una pata de grulla) a los mejores equinos.
Frente a la creencia compartida del “sueño americano” y que la clave es esforzarse mucho, el análisis de Lauren Rivera es muy revelador. La profesora ha entrevistado a numerosos selectores de consultoras, bancos de inversión y bufetes de abogados y ha llegado a la conclusión de que el gran filtro es el estatus socioeconómico de sus padres. Haber estudiado en un colegio o en una universidad de élite, haber sido becario de una gran firma, son las claves de distinción. Antes, la fortuna se heredaba; ahora, lo hace a través de la educación.
En EEUU, el 80% del cuartil más rico logra un título universitario; apenas el 10% del cuartil menos favorecido económicamente. Ya en la universidad, los más pudientes pueden dedicarse a las actividades sociales (o ser becarios incluso gratis) en tanto que los más débiles han de trabajar en casi lo que sea para pagarse la carrera. Y, como en su día señalara el francés Pierre Bordieu, los estudiantes de élite hablan, de comportan y se visten como la clase social a la que pertenecen (“habitus” lo llamó Bordieu). Las clases bajas prefieren oportunidades de valor inmediato.
“La clase se manifiesta en los cuerpos”, escribe Rivera. En su ropa, en su forma física, en su trato… Además, los padres ricos siguen apoyando a sus hijos, en tanto que el resto básicamente se preocupan de darles independencia (“cultivo concertado” lo llama Annette Lareau, profesora de la Universidad de Pennsylvania). Las empresas se centran a la hora de seleccionar en un par de rasgos que coinciden con su “visión del mundo”. Los relatos de los estudiantes de élite suelen encajar mejor.
Tras la constatación de la realidad (“nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, diría Serrat), lo que las instituciones podrían hacer para dotar a la sociedad de autentica igualdad de oportunidades. Sabemos que la educación es lo más rentable (James Heckman, premio Nóbel, ‘Desigualdad en América’) y que el gap en el terreno educativo se amplía. El debate sobre la educación ha brillado por su ausencia tanto en las elecciones municipales y autonómicas, y no se espera que emerja en las próximas nacionales. Una lástima. En fin, lo que no hace la “macro”, que lo haga la “micro”. Creo que la educación de nuestros hijos es el mayor desafío al que nos debemos.
Mi gratitud a la Dra. Rivera, a la Dra. Lareau y a Roman Coppola, Jason Schwartzman y Álex Timbers (creadores de ‘Mozart in the Jungle’ para Amazon Studios). La serie está basada en el libro del mismo título, que son las memorias de la oboísta Blair Tindall (Carolina del Norte, 1960) en la Filarmónica de Nueva York (la Tindall tocó en la Gran Manzana durante 23 años). Por supuesto que leeré ‘Mozart en la jungla. Sexo, drogas y música clásica’ muy pronto.