Jornada de trabajo interno y comida con un gran amigo, con preparativos finales de los dos grandes eventos que se van a celebrar mañana: la entrega de los Premios Empresa Flexible, en Madrid; el VI Afterwork APD en Barcelona. Serán espectaculares, estoy seguro.
Como probablemente sepas, en los últimos cinco días he estado leyendo sendos libros de Luis Galindo, María Belón, José Mª Gay de Liébana, Mónica Mendoza y Jesús Calleja. El “puente” entre los textos de los ponentes de mañana (por la tarde) y el propio evento han sido varios vídeos de quien será el maestro de ceremonias, Leo Harlem. Leo Harlem (Leonardo González Féliz, Matarrosa del Sil, El Bierzo, 1962), afincado desde joven en Valladolid, tomó su nombre artístico del bar donde trabajaba en la capital del Pisuerga. Allí fue descubierto por Paramount Comedy. Se presentó al III Certamen de Monólogos del Club de la Comedia (2002), fue comentarista de Radio Estadio y colgó vídeos en Youtube con el personaje de “El Bocas de Zaragoza”. En 2009 y 2010 protagonizó la campaña de abonados del Real Valladolid (club al que es aficionado). Después ha trabajado en ‘La hora de José Mota’, ‘Cómicos’ y ‘El club del chiste’, además de ‘El club de la comedia’. Desde 2011 lleva su espectáculo por teatros de toda España, con más de 200.000 espectadores. Mis monólogos favoritos de Leo Harlem son el de los restaurantes (www.youtube.com/watch?v=FFvNd1l55K8), los nuevos bares (www.youtube.com/watch?v=HsvVr1dHw0Q), la tripita (www.youtube.com/watch?v=H7h1qyLJ1LU), las fiestas de los pueblos (www.youtube.com/watch?v=nwL_qI2DbJQ), viajar y sus encantos (www.youtube.com/watch?v=_Ih5qeo-fi0) y las actividades outodoor (www.youtube.com/watch?v=E9rjTTl7z3E).
La lectura de hoy ha sido ‘The World in 2015’ (El Mundo en 2015) de The Economist. El año que entra tendremos elecciones en España (municipales y autonómicas, generales), Gran Bretaña, Turquía, Canadá y Nigeria, conmemoraremos el 50º aniversario del fallecimiento de Churchill, el 150º de ‘Alicia en el país de las maravillas’ y del final de la esclavitud en EE UU, el 800º de la Carta Magna. Será un año de especial incertidumbre (VUCA World), de decadencia de Occidente, de Mundial de fútbol femenino en Canadá y de Juegos Europeos en Bakú, Azerbayán, Mundiales de Atletismo en Beijing, de la Expo en Milán.
En este especial, Hillary Clinton escribe sobre las mujeres, Mateo Renzi sobre sus planes para Italia, Michelle Bachelet sobre las políticas de inclusión, Tony Elumelu sobre el Africapitalismo, Bill Gates sobre los avances en la salud y contra la pobreza infantil,
Lo más flojo de la publicación, francamente, son las páginas de Business. Algo de tecnología (‘When Smart becomes Spooky’), el crecimiento salarial en las multinacionales, los coches que hablan (por Mary Barram CEO de GM), el poder de los libros impresos, las estrellas de Hollywood apretándose el cinturón y los mejores (Singapur, Auiza, Australia) y peores lugares (Libia, Venezuela y Angola) para hacer negocios. Lucy Kellaway, taylorista impenitente, escribiendo sobre ‘El retorno del 9 a 5’.
Tal vez lo mejor es ‘El futuro de la magia’, por el ilusionista David Blaine. “La gran magia no requiere solo dominar la mecánica, sino dominar a la audiencia”. “Houdini enganchaba a su audiencia emocionalmente, jugando con sus esperanzas y temores. Por eso funcionaba tan bien”. “La magia es una forma de psicología aplicada. La base psicológica de su rendimiento se ha usado desde hace miles de años como ahora”. David pone como ejemplos a la tribu de los Yanomami, al sacerdote alemán que usaba la “linterna mágica” en el siglo XVII y a Jéan Eugène Robert Houdin, que utilizó el electromagnetismo para detener una rebelión argelina contra Francia (1856). Que en Google podamos ver cómo es el truco de partir una chica en dos en el escenario y que haya un artículo de Wikipedia al respecto no le quita magia al asunto. Porque lo maravilloso no es el truco, sino la influencia del mago en la audiencia. El mago Blaine concluye: “Como en muchas profesiones, en 2015 y los siguientes años, es la capacidad básica de entender a las personas, sus percepciones y sus relaciones lo que valdrá cada vez más”. Sí, es la inteligencia social, el talento relacional.
Mi gratitud a quienes me han hecho pasar un gran día, con sus buenas noticias, su diálogo y sus emociones positivas.