Por fin acaba este Mundial de fútbol 2022 que desgraciadamente parece ser reflejo de la sociedad actual.
Podemos comprobar en una serie de Netflix, ‘Los entresijos de la FIFA‘ cómo los representantes de la FIFA “concedieron” el torneo a un pequeño país de 250.000 nacionales y 2.800.000 trabajadores inmigrantes en el Golfo Pérsico sin tradición futbolística ni mínimo respeto por Derechos Humanos y las libertades. Un reino medieval dominado por una familia cuyo patriarca tiene 42 hijos de 3 esposas simultáneas, con la inestimable colaboración del entonces Presidente Sarkozy (compra de aviones militares por 14.600 M $, del PSG por 50 M € más los 60 M € de Qatar Airways por temporada). Un escándalo mayúsculo. La FIFA le dio el Mundial a la dictadura de Videla en Argentina 78 y a Putin en Rusia 2018. Culmina su desprecio por la Humanidad en Qatar 2022. Su presidente, Gianni Infantino, dijo en vísperas de la celebración de este evento: “Hoy tengo sentimientos fuertes. Hoy me siento qatarí, me siento árabe, me siento africano, me siento gay, me siento discapacitado, me siento trabajador migrante”. Y añadió: “Por supuesto que no soy qatarí, árabe, africano, gay, discapacitado o trabajador migrante. Pero me siento como ellos porque sé lo que significa ser discriminado y acosado”. Me ahorro los comentarios.
Visto con un poco de retrospectiva (tal vez sea todo un cúmulo de casualidades), y después de la muerte de miles de trabajadores por condiciones indignas, las cosas han salido como quería el dueño del invento, que para eso habrá pagado: durante el parrido entre Estados Unidos e Irán, un aficionado fue expulsado por llevar un brazalete arcoiris, alusivo a la comunidad LGTBIQ+. la única selección que simbolizó una mínima crítica (Alemania, cuyos jugadores se taparon la boca en el partido contra Japón, que perdieron), fue la única favorita eliminada en la fase de grupos; Benzema, Balón de Oro, lesionado (la gloria gala ha quedado para Mbappé, que se quedó en el PSG); las estrellas de tres de los semifinalistas (Mbappé, Messi, Hakimi) en el conjunto de París…
Datos falsos de asistencia, estadios abiertos una vez llegado el descanso, algunos arbitrajes lamentables, aficionados y streamers comprados, etc, etc. La mentira como forma de vida.
Amir Nasr-Azadani, futbolista profesional iraní, se enfrenta a la pena de muerte en su país, según ha denunciado el sindicato de futbolistas FIFPRO. El jugador fue detenido por defender públicamente las libertades y los derechos de las mujeres en su país. El mundo del fútbol no ha movido un dedo a su favor. “Me da mucha pena que los humanos seamos así. Solo nos unimos para festejar cosas tontas, como un Mundial, pero no para pedir por cosas así. Ni siquiera los animales son así de bestias” (Rodrigo Rumi, tiktoker argentino).
En los descansos de los partidos hemos visto publicidad de la Red Nacional de Ferrocarriles, por ejemplo. Una campaña de Sra. Rushmore titulada “Nadie te da más”, que habla de la mayor frecuencia de trenes, el mejor compromiso de puntualidad y el mayor número de destinos por toda España. Ventajas que vendrían a demostrar que “No todos los transportes son como el tren, no todos los trenes son como Renfe”.
Otro de los anuncios más frecuentes durante este Mundial ha sido “La generación de los que sueñan y hacen”. Un encargo del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, con un presupuesto de 4 millones de años. “El objetivo de esta campaña es dar a conocer la existencia, el contenido y los principios del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que pretende animar a los ciudadanos y a las empresas españolas a que den los pasos necesarios para acceder a los Fondos Europeos Next Generation EU (planderecuperacion.org.es)”. Encargada a The&Partnership, la agencia independiente del grupo WPP, la idea es de Sra. Rushmore.
De los 140.000 M € previstos de los fondos europeos, la Comisión Europea transfirió el primer pago semestral de 10.000 millones de euros, vinculado al cumplimiento de los hitos y objetivos alcanzados en el periodo desde febrero de 2020 hasta junio de 2021, y el segundo pago semestral por 12.000 millones de euros. Italia ha recibido más de 45.000 M €. Francia gastó cinco veces más fondos que España el año pasado, pese a haber recibido la mitad. “España se juega devolver ayudas europeas en un examen de Bruselas a sus reformas” (Expansión, 13-diciembre-2022). “Bruselas amenaza con congelar los fondos por incumplir el control” (El Independiente, 14-octubre-2022).
Falta de Autenticidad. El Talento es poner en valor lo que sabemos, queremos y podemos hacer. Es relatar los logros, no inventar lo que no es.
He estado leyendo ‘EL MINISTERO DE LA VERDAD’, de Dorian Lynskey. Se trata de una “biografía” de 1984 de George Orwell, escrita por este periodista británico nacido en Norwich en 1974. Orwell, que luchó en la guerra civil española y vivió en Londres durante la II Guerra Mundial, publicó este influyente libro en 1949, fascinado por las distopías y tras sufrir experiencias con fascismo y comunismo. Tres décadas y media más tarde, el año de marras, el cine y la televisión agrandaron la leyenda. En la actualidad, ‘El cuento de la criada’ o ‘Gran Hermano’ siguen en la misma línea.
Gartner sostuvo hace cuatro años que este 2022 que va acabando ha generado más “fake news” que noticias verdaderas. “El coste de producir falsas noticias es muy inferior al de producir noticias de verdad, que implica un trabajo periodístico” (Magnus Revang).
Hay esperanza. Ayer vi en Netflix, en la serie ‘No necesita presentación’ la entrevista de David Letterman, periodista de raza, al presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski: “Cuando acabe la guerra sólo quiero ir al mar y tomar unas cervezas”. Una maravilla.
Y en la misma plataforma, el documental sobre ‘La Novena de Beethovem. Sinfonía para el mundo’ con motivo del 250º aniversario del compositor alemán. De Bonn, su casa natal, a Osaka, donde 10.000 interpretan su ‘Oda a la alegría’, pasando por Sao Paulo, África, Barcelona, Salzburgo o China.. “La mejor sinfonía de todos los tiempos” (Teodor Currentzis, director estrella). Ludwig, sordo desde los 28 años, hace de abogado de la humanidad ante Dios utilizando la “Oda a la alegría” (en realidad, “Oda a la libertad”) de Schiller. Conmovedor.
Que sea la ‘Oda a la Alegría’, cantada por el coro más grande del mundo, el que nos inspire en esta Navidad de una sociedad tan poco auténtica.
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