Ayer tuve el gusto de volver a estar con mi amigo Carlos Pardo, presidente de ICL y la figura más relevante del Coaching en Colombia. Hace diez años, en Expocoaching, me otorgaron en esta ciudad de Bogotá el premio LíderEx (Líder de Excelencia) como reconocimiento a esta profesión de acompañamiento para el desarrollo del Liderazgo. Ayer tuvimos ocasión de conversar y de preparar futuros eventos tanto en Colombia como en Ecuador. Sí, estaré en el ExpoCoaching de este año, que será virtual, y pronto, Dm, de nuevo en esta región. Gracias, Carlos, por tu amistad y tu generosidad. Enorme el talento de tu hija Laura en la producción audiovisual (si hoy las actividades no se suben a las redes, prácticamente no existen).
Dentro de todas las actividades de esta #Gira2022, primera parte (como la llama Nelson Ríos), me llevaron a La Catedral de Sal, llamada “la primera maravilla de Colombia”, en Zipaquirá, a unos 50 kms de la capital.
Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca, es un pueblo precioso, lleno de luz y de bellos colores. Su plaza de la independencia es inolvidable. Hasta que llegas allí desde Bogotá, pasas por varias universidades en la Sabana, lo que te da idea del progreso del país.
El diseño arquitectónico y artístico de la nueva Catedral de Sal (había una antigua que se destruyó), es propio del arquitecto bogotano Roswell Garavito Pearl, el cual salió aprobado tras la elección del proyecto que contenía un total de 44 propuestas en un concurso convocado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos en 1990; la dirección técnica de ingeniería corrió a cargo del ingeniero bogotano Jorge Enrique Castelblanco Reyes. Este logro arquitectónico obtuvo en 2007 el premio a la maravilla nº 1 de las 7 maravillas de Colombia.
Está a una altitud de 2.680 metros sobre el nivel del mar, dentro del Parque de la Sal (32 Ha), en las salinas de Zipaquirá que describiera Alexander Von Humbolt en 1801. está dedicada a Ntra. Sra. del Rosario, patrona de los mineros. La idea de una capilla subterránea trata de 1932, del directivo del Banco de la República Luis Ángel Arango, con apoyo del presidente Laureano Gómez. Fue cerrada en 1992 por problemas estructurales. Se decidió hacer una nueva.
La nueva Catedral fue inaugurada el 16 de diciembre de 1995 por el presidente Ernesto Samper. Consta de Víacrucis, con sus 14 estaciones (Vía al calvario), el túnel que conduce a la Cúpula, las 3 naves de la Catedral (nacimiento y muerte/resurección de Cristo, la creación del Hombre) y cuatro inmensas columnas que simbolizan a los evangelistas.
Si vienes a Colombia, la Catedral de Sal es un monumento sobrecogedor que no te puedes perder. Nuestra guía, Marta, nos la explicó con pasión y emoción didáctica, sin sensiblerías. Una zona de compras completa el itinerario y un trenecito te permite salir de la mina.
Siendo sanamente crítico, o eso espero, a un monumento tan bello y sorprendente le falta, de momento, la tangibilización de la experiencia. Hay un sinfín de tiendas de esmeraldas y joyerías, de productos de sal, hasta un Spa… pero no los libros, tarjetas postales, etc. que nos permiten llevar a casa el recuerdo de lo que hemos vivido. Creo mucho en el Turismo de Colombia (gracias a Gabino Diego, del Foro de Logística, estuve hace 4 años en Pereira para hablar de ello, con el presidente Iván Duque) y sus enorme posibilidades, que deben concretarse más.
Con la experiencia del talento ocurre algo similar. Es una de las tendencias del futuro del empleo, ya presente. Los profesionales que no disfrutan de una experiencia de talento excelente, superior a las expectativas iniciales, simplemente se van (está ocurriendo con el 40-50% del total). Para pasar de la emoción puntual (reacción neurológica de corta duración provocada por un estímulo, sea de alegría, sorpresa, ira, miedo, tristeza o asco, las emociones universales) a un estado de ánimo, más prolongado, y a un sentimiento (reflexionado: el paso de emocionarse a sentir pensando) es esencial tangibilizar la experiencia.
Por ejemplo, a través del salario (que proviene, precisamente de sal. Ya sabes, en el Imperio Romano a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con sal, una “moneda” muy apreciada porque conservaba los alimentos. La sal era talento (la moneda grecorromana).
No creo que “en el salario emocional”: al César lo que es del César. Sí en una compensación que incluya una retribución fija digna (en esta etapa de escasez de talento, quien no pague dignamente no tendrá mano de obra, puro y simple). Creo en una retribución variable clara, bien explicada, justa, que comparta la plusvalía equitativamente entre el talento y el capital. Creo en condiciones laborales flexibles y sinérgicas. Creo que, cubiertas las necesidades básicas (condición imprescindible, pero no suficiente), el buen Liderazgo, el gran Liderazgo, es el gran motivador: un Liderazgo con propósito, que sepa/quiera/pueda empoderar (la microgestión es sinónimo de una inadecuada gestión del talento) y que fomente radicalmente el aprendizaje y no la rutina, la burocracia, el inmovilismo, el tedio.
La vinculación para una experiencia de talento que favorece el “engagement”, la involucración, debe basarse en la conexión emocional (al menos 3 emociones positivas por cada emoción negativa, siguiendo a John Gottman y Barbara Fredricksson), en el disfrute (ikigai: pasión, misión, vocación, profesión) y en la delegación efectiva. Si los líderes de tu organización no saben empoderar, no conectan de forma inspiradora e integradora y no generan felicidad (GeFes y no jefes) de una forma imaginativa e intuitiva, tu empresa está acabando sus días. Sí, por falta de Liderazgo, que supone el 90% del aprendizaje, el 81% de la reputación (imán de talento) y el 70% de la fidelización y el compromiso (el ejemplo hace al/ a la líder).
La teoría nos la sabemos; la práctica es cuestión de valientes.
La canción de hoy, ‘Loquito por ti’, de Amancio Hernández y el Combo Caribe. Así es Colombia, presente y futuro.
La entrada La Catedral de Sal y la tangibilización de la experiencia se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.