Jornada en Valencia, para presentar en la Fundación Bancaja mi nuevo libro ‘Cómo Descubrir y Aprovechar el Talento de tu organización’ con el Foro de Logística. Mi gratitud a Gabino, Mariló y a todo el equipo del FdL, así como a Jorge Rodríguez (FM Logistic) y a Aedipe.
He estado leyendo ‘Lutero, Calvino y Trento. La Reforma que no fue’, un diálogo entre el periodista y divulgador histórico Fernando Díaz Villanueva y el antropólogo y doctor en Arquitectura Alberto Garín García sobre uno de los momentos clave de la Historia de Europa.
Un texto fascinante que nos descubre que:
- la Reforma tiene una fecha de inicio. 31 de octubre de 1517, cuando el monje agustiniano Martín Lutero colgó en la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg un folio con 95 tesis. Y un motivo: criticar las indulgencias papales que financiaban la construcción de San Pedro del Vaticano. Lo que logra Lutero es que su queja descienda hacia el pueblo. Su idea era abrir un debate y no generar un cisma.
- Para el Papado, Lutero era uno más. La Iglesia ya había combatido la herejía cátara en el Languedoc o a los husitas.
- El Emperador sí que reacciona, en la Dieta de Worms (3 años después de las tesis) para que Lutero se explique. Federico III el Sabio aprovecha la ocasión contra Carlos V. Con el saqueo de Roma, el emperador llega demasiado lejos frente al Papa. En 1530 se convoca una nueva dieta en Augsburgo para suplicarles que se pongan de acuerdo. La rebelión se extiende por toda Alemania. En 1534 Enrique VIII de Inglaterra decide separarse de Roma.
- Antes de Trento ya ha Reforma en la Iglesia, con Cisneros e Isabel la Católica (Universidad de Alcalá de Henares, 1499, Biblia políglota) y con San Ignacio de Loyola, que fundó la Compañía de Jesús en 1534. Santa Teresa de Jesús (Camino de perfección) y San Juan de la Cruz ofrecen vías de renovación. La Contrarreforma empieza antes y lo hace desde abajo.
- Los primeros conflictos surgen entre Iglesias reformadas, como la guerra de los campesinos de 1524-1525. Cristian II de Dinamarca, el mencionado Enrique VIII y otros monarcas nórdicos provocan que la Iglesia deje de ser un contrapoder. La Reforma protestante es una Reforma hecha por el poder y para el poder. El calvinismo es una reforma muy urbana, muy viajera y muy exitosa.
- Se convoca Concilio en Trento en 1545, casi 30 años después de iniciado el luteranismo y empujado por Enrique VIII. Un concilio larguísimo, que acaba en 1563, con cinco Papas en 18 años. En tres etapas, logra la uniformidad del cristianismo latino. Salvan la Fe, pero también las obras (no sólo la Fe sin obras, como indicaba Lutero) y distingue salvación de predestinación (Lutero negaba el libre albedrío).
- El contraataque postridentino tiene lugar por Carlos I y Felipe II, que derrotan a Francia. El sur de Europa no se llega a contagiar nunca de la Reforma. Los focos protestantes de Valladolid y Sevilla se sofocan pronto.
- La Pax Catholica tiene lugar en 1598 con la paz de Vervins, en la que Felipe II deja de intervenir en las guerras de religión francesas. En el terreno de la Educación, San José de Calansanz crea las Escuelas pías en 1607. No aparecen misioneros protestantes en países católicos. En el catolicismo la comunidad te echa una mano para la salvación; no así en el protestantismo (las consecuencias han llegado a nuestro tiempo).
- La última guerra de religión es la de los Treinta Años (1618-1648) catastrófica para Alemania. Los límites quedaron prácticamente igual que al inicio de la contienda.
- Lo curioso es que la Reforma se adueñó del relato. La paz de Westfalia fue “un empate”, la Iglesia protestante nunca consiguió ser única y sin embargo Max Weber (La ética protestante y el espíritu del capitalismo, 1905) se inventa que los países protestantes son más prósperos, cuando las principales instituciones se crean en las zonas católicas, como Italia o Flandes. La cosmovisión de Karl Marx, como de la de Weber, es muy luterana. La Ilustración escocesa (Hume, Adam Smith) no es antirreligiosa; la francesa (Voltaire, Rousseau) sí lo es. En el siglo XX, el nazismo y el fascismo dejan la religión de lado. Las teorías weberianas cobran importancia en Iberoamérica en los años 70. La Reforma que no fue es el triunfo del poder político sobre las creencias (Dios es Amor).
Muy interesante reflexión, en la línea de ‘El triunfo del Humanismo en la empresa’, sobre Cisneros, Erasmo, Luis Vives y Tomás Moro, que tuve el honor de publicar en 2004. Mi gratitud a Fernando Díaz y Alberto Garín, unidos por la UAM como alma mater, que también es la mía. Si no conocemos la Historia, desde la Autenticidad, estamos condenados a repetirla.
La canción de hoy, de Antonio Orozco, ‘Entre sobras y sobras me faltas’ (2020). No la conocía hasta anoche.
La entrada Lutero, Calvino y Trento. La Reforma que no fue se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.