Esta mañana he tenido el placer y el honor de presentar en Alcobendas con la AICA (Asociación de Empresarios de Alcobendas) mi nuevo libro ‘Cómo Descubrir y Aprovechar el Talento de tu organización’. Mi gratitud por la iniciativa a Eva, Cristina y Guzmán, del equipo de Brandty, con quienes ayer tuvimos una deliciosa cena en Taramara, organizada por el gran José Mª Cervera.
CDAT (como me gusta llamar a este libro) es un diálogo humanista entre dos personas que se llevan 12 años y se conocieron en un MBA en 1997: una inquieta (CEO con 50 años) y otra sabia y reposada (una experta en Talento). Si hubiera una versión cinematográfica, me gustaría que fueran Liam Neeson y Judi Dench.
Creo que la idea principal de este libro se recoge en una frase de Mark Twain (1835.1910): “No es lo que lo no sabes lo que te mete en líos, sino lo que das por cierto y no lo es”. Efectivamente, lo que ignoramos lo podemos aprender (ser consciente para ser competente). Lo que damos por cierto y (ya) no lo es marca nuestro paradigma, nuestro modelo mental, y nos lleva por derroteros no deseados. Respecto al Talento, casi todo lo que creemos cierto desgraciadamente está equivocado.
He querido centrarme en diez aspectos que deciden la fidelización del Talento en tiempos de “gran desbandada” (The Great Resignation) o porque la gente se va de las compañías o porque desconecta.
- No confundamos “personas”, “Recursos Humanos” y “Talento”. Personas somos los seres humanos (el término proviene de la máscara teatral en la antigua Grecia, por tanto, de nuestro rol social). “Recursos Humanos” es un concepto creado por Peter Drucker, el padre del “management” para designar una función que demasiadas veces ha generado burocracia. Talento está ligado a “poner en valor lo que sabemos, queremos y podemos hacer”. Esta frase tan manida de “las personas son lo más importante de una organización” es falsa, porque las personas que no aportan valor (que no son talento, aquí y ahora) la están destruyendo, aunque sea inconscientemente.
- El Talento no es fijo sino dinámico. Desde la idea de predestinación de Martín Lutero (sobre la que se asienta “el espíritu del capitalismo” según Max Weber) hemos creído erróneamente que el talento es algo fijo, que tienes o no tienes. La profesora Carol Dweck (Stanford) ha demostrado que el verdadero talento es cuestión de mentalidad de crecimiento. Depende de nuestra Capacidad, de nuestro Compromiso y de que encajemos en mayor o menor medida en la organización de la que formamos parte. Por eso, como me gusta repetir, “el talento que no se aprecia, se deprecia”.
- Definimos mal el Talento. En el Diccionario de la RAE sigue apareciendo como “inteligencia” (saber decidir). Es incompleto. Siguiendo a nuestro querido José Antonio Marina (‘Objetivo: Generar Talento’), se trata de una inteligencia que elige bien las metas, maneja la información, gestiona las emociones y practica las virtudes de la acción. Sin objetivos, información, inteligencia emocional y acción, la inteligencia no se convierte en talento. Por eso va tras la educación y no antes. La Aprendibilidad (Learnabiity) es esencial.
- Priorizamos equivocadamente la Aptitud y la Actitud. Dentro de la Capacidad, la Aptitud son los conocimientos y habilidades. La Actitud son nuestros comportamientos habituales. No se trata de apostar exclusivamente por la actitud despreciando la aptitud (efecto Dunning-Kruger: la ignorancia es muy atrevida) sino seleccionar en dos pasos: la condición necesaria, imprescindible, es la aptitud y a partir de ella la actitud (lenguaje, emociones y presencia) marca la diferencia.
- El Compromiso es volátil. De igual forma que nuestro sistema inmune determina la respuesta al Covid, el compromiso es la energía que ponemos a lo que hacemos, en términos físicos, mentales, emocionales y de valores. Un compromiso que está muy bajo en nuestro entorno y que, como nos enseñó Silvia Damiano en su libro ‘Implícame’ depende de 3 E en inglés: disfrute, conexión emocional y autonomía (empoderamiento).
- El Liderazgo no es un don innato. El Liderazgo, clave del funcionamiento de toda organización, es un tipo de Talento, el Talento para influir en l@s demás desde el ejemplo, la autoridad moral y la credibilidad. El liderazgo pospandémico es i4: inspirador, integrador, imaginativo e intuitivo (modelo de About My Brain).
- El Liderazgo que no se mide no se consigue. Los países que mejor lo hicieron, que en los primeros 90 días de pandemia tuvieron tasas de 4 fallecidos por millón (frente a España, con 573,24 muertos por millón, según datos de la Universidad de Cambridge) emplearon el T3: Test, Tratamiento, Trazabilidad. Lo mismo debe ocurrir con el Liderazgo: analizarlo y medirlo para desarrollarlo.
- La Tecnología no arrasa el empleo sino el trabajo. Es el paradigma Terminator vs Ironman: la digitalización acaba con los trabajos, de bajo valor añadido, y potencia el empleo, que es implicarnos en nuestro talento. Los robots no pueden tener curiosidad, ni intuición ni emocionalidad (Carl Frey, Universidad de Oxford).
- El Talento necesita al equipo. ¡Qué poca cosa somos sol@s! Un Equipo es un grupo humano que genera sinergias (mejor, megasinergias) y no se improvisa. Para pasar de la Visión compartida a la acción conjunta (aprendizaje), sus dos pilares son la Confianza y el Compromiso. Fácil de decir, difícil de lograr.
- Los Jefes no son GeFes. “Generadores de Felicidad”. Las personas felices son el triple de creativas. La Felicidad da el éxito, y no al revés. Es voluntaria en un 40% y depende de doce actividades deliberadas (Sonja Lyubomirsky).
Como “bonus track”, para fidelizar el talento me inspiro en John y Laura Gottman, los grandes expertos en parejas estables, y su 5:1. Las personas que se fidelizan unas a otras generan entre ellas cinco emociones positivas por cada emoción negativa. Si el ratio desciende, el final está cerca.
¿Que no nos tomamos el Talento en serio? En palabras de D. José Ortega y Gasset, “cualquier verdad ignorada prepara su venganza”.
Mi gratitud a tod@s l@s empresari@s y directiv@s de Alcobendas presentes hoy en el acto. Una ciudad premiada con el EFQM Excellence Award por su misión, visión, valores y modelo de gestión. Mi admiración y agradecimiento.
La entrada Por qué no sabemos fidelizar Talento se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.