Quantcast
Channel: 먹튀포럼
Viewing all articles
Browse latest Browse all 3585

Compasión y Polarización

$
0
0

Esta mañana de sábado he estado viendo el programa ‘Hollywood remembers’ (Hollywood) recuerda) sobre la actriz Julie Andrews. De nombre, Julia Elizabeth Wells (su madre se volvió a casar con un Sr. Andrews), hija de un maestro y una pianista, nacida en el condado de Surrey (Inglaterra), cantó para las tropas durante la II Guerra Mundial. Su debut en Broadway fue en 1954 y después haría allí My Fair Lady con Rex Harrison (1956), si bien la versión cinematográfica la protagonizaría Audrey Hepburn. De 1964 es Mary Poppins, la película de Disney más taquillera hasta la fecha, con la que ganó el Óscar y el Globo de Oro a la mejor actriz.

Segunda candidatura al Óscar con Sonrisas y Lágrimas (The Sound of Music) en 1966 y en los dos años siguientes, Hawai, Cortina rasgada de Hitchcock y Millie, una chica moderna. Casada en segundas nupcias con Blake Edwards, participó en 10, la mujer perfecta, SOB y Víctor o Victoria (1982), tercera nominación a la estatuilla, que llevaría a Broadway en 1995. Sus últimos papeles fueron como la reina madre de Princesa por sorpresa con Anne Hathaway y poniendo la voz a personajes de Shrek (la reina Lilian) y Los Minions (Marlena). El 1 de octubre cumplirá 87 años.

De Julie Andrews, ‘I could have dance all night’, de My Fair Lady. ¡Qué maravillosa voz!

En la web de Psychology Today, que suelo consultar, ‘Resolver el problema de la polarización’, por el Dr. Michael Austin, profesor de Filosofía de la Universidad del Este de Kentucky, especializado en ética.

La Polarización es un hecho (esta crisis sanitaria y medioambiental, económica, es también política) y no trae buenas consecuencias. ¿Qué podemos hacer al respecto? La repuesta es la compasión. El profesor Austin cita al también filósofo Dallas Willard, de inspiración cristiana: “La santurronería (self-righteousness) que viene de nuestra ira provoca más ira y más santurronerñia en el otro”. Se puede disentir sin cabreo. ¿Cómo? Precisamente a través de la compasión.

En la compasión existe la creencia de que el sufrimiento de la otra persona nos importa. Por eso debe aliviarse, debe evitarse. “Podemos aprender unos de otros en lugar de atacarnos con ira. Un buen comienzo para resolver el problema de la polarización”, concluye el Dr. Austin.

Leeré su libro ‘Ser Bueno: Virtudes cristianas en la vida cotidiana‘ (2011).

Este sabio artículo me ha recordado el concepto de “Firmeza Compasiva” (Imagen Política, de Imelda Rodríguez), la firmeza en las convicciones, en nuestros valores vividos, junto a la compasión como fortaleza del carácter. “No hay Felicidad sin Compasión“, nos enseña Adela Cortina. La filósofa valenciana aclara que “la compasión no es la conmiseración que sienten los que están bien situados frente a los que no lo están” y que en nuestro país, donde la envidia es el pecado capital, “alegrarse del bien del otro es dificilísimo”.

También me ha recordado el papel determinante que juega la compasión en la humanidad y la falta de ella (los rivales son objetos, no sujetos) en la “inhumanidad”, en la crueldad, como demuestra el maestro José Antonio Marina en sus libros ‘Biografía de la Humanidad’ y ‘Biografía de la Inhumanidad’. Te recomiendo su artículo ‘Elogio de la Compasión‘ en El Confidencial: “Somos una especie peligrosa, porque no sólo podemos carecer de compasión, sino disfrutar con el dolor ajeno”. “La insensibilidad es una epidemia que amenaza a nuestra especie como la peste”.

La compasión es una virtud, un valor vivido, una de las fortalezas del carácter según Peterson y Seligman (2004), como parte de la Humanidad. Se desarrolla desde el ejemplo cotidiano, desde la educación, desde el Liderazgo Auténtico. Es “sentido común”, pero no suele ser práctica común. Te sugiero que leas y practiques ‘Cómo enseñar compasión a los niños‘ de Kelly Miller. La compasión es condolencia, filantropía, sensibilidad, misericordia, empatía activa, amabilidad, humanidad por supuesto, entendimiento y comprensión, benevolencia, generosidad… En El Origen del Hombre (1871), Charles Darwin nos enseñó que son las especies más compasivas (precisamente porque se adaptan comunitariamente al entorno) las que sobreviven.

Mi gratitud a los maestr@s de la compasión: Adela, Michael, Imelda, José Antonio, Kelly, Martin.

Más música por Julie Andrews: Sonrisas y lágrimas, de Rodgers y Hammerstein.

La entrada Compasión y Polarización se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 3585

Trending Articles