Como sabes, el próximo martes José Antonio Marina e Imelda Rodríguez Escanciano dialogarán con motivo de la presentación en Madrid del libro ‘Imagen Política. Modelo y Método’. Estoy seguro de que uno de los temas que abordarán será el de la Compasión.
Imelda ha acuñado el concepto de “Firmeza Compasiva” como pilar del Liderazgo (más concretamente, del “Liderazgo Femenino Abierto”) y el profesor Marina distingue en su ‘Biografía de la Humanidad’ y ‘Biografía de la Inhumanidad’ la Compasión como grandeza humana opuesta a la crueldad. Somos ángeles o somos malas bestias en función de que sintamos y practiquemos la compasión o no.
‘Cómo afecta la Cultura a la Compasión‘ nos explica la Dra. Marianna Pogosyan, experta en psicología cultural, en un artículo de Psychology Today publicado el pasado lunes 7 de marzo. Nacida en Armenia, criada en Japón, actualmente en Alemania, la profesora Pogosyan conoce de primera mano las diferencias culturales.
Si un grupo de extraterrestres visitara nuestro planeta se encontraría un lugar tan bello como hostil. ¿Por qué tanto sufrimiento? Sin embargo, en la mejor condición humana existe lo que en sánscrito se llama karuṇā, en japonés omoiyari, en danés medfølelse, en latín (aplicable a todas las lenguas romances) compassio, de “patior”, padecer, sufrir. Sin sufrimiento no hay compasión.
Marianna nos recuerda que para Charles Darwin la compasión es una de nuestras más nobles características, para Einstein la única salida a nuestras presiones autoimpuestas y para el monje budista Thich Nhat Hanh es “inter-being”, bienestar del otro, porque tod@s somos uno.
Birgit Koopmann-Holm, licenciada en Heidelberg, doctora por Stanford, profesora de la Santa Clara University que analiza el impacto de los factores culturales en las emociones, responde a estas preguntas:
- ¿Qué es la Compasión? Una emoción compleja que parte de la comprensión del sufrimiento de otra persona y de la voluntad de aliviar ese sufrimiento.
- ¿Qué nos mueve hacia la Compasión? La visión y entendimiento del sufrimiento ajeno, el propio distrés o la consciencia altruista.
- ¿Hasta qué punto nuestra necesidad de evitar sentimientos negativos afecta a la Compasión? En una investigación presentada en 2020, ha demostrado que cuanto más tratamos de evitar la sensibilidad hacia lo negativo (y hay grandes diferencias culturales al respecto), menos compasivos somos.
- Con esta tendencia natural a suprimir los sentimientos negativos, que nos duelen,, ¿por qué podemos implicarnos en el sufrimiento de los demás? Algunas personas tratan de evitar el sufrimiento a toda costa. Pero hay una diferencia al aceptar ese sufrimiento, por mucha ira, miedo, tristeza o ansiedad que nos provoque. La clave está en la conexión, que genera que esa conexión nos evoque experiencias del pasado. Es como la terapia de exposición (a las serpientes, por ejemplo): si te centras menos en tu propio sufrimiento, ayudas más a los demás porque no te bloqueas.
- ¿En qué medida las culturas influyen en la Compasión? En gran medida: en su concepción, experiencia y expresión. Jeanne Tsai y la propia Birgit han comparado la compasión en EE UU y Alemania con “cartas de la simpatía” y comprobado que los estadounidenses se centran más en lo positivo y los germánicos más en lo negativo. Los teutones son más “de blanco o negro” y los yanquis de color de rosa. Los norteamericanos prefieren caras levemente sonrientes; los alemanes se inclinan por el estrés negativo. La explicación puede estar en los estados afectivos.
- ¿Qué podemos hacer si nos sentimos compasivos con alguien de otra cultura? Partir de la humildad. No asumas que automáticamente sabes lo que necesita. Pregúntale en qué puedes ayudar. Trata de entender el contexto cultural y las circunstancias personales. Y apuesta decididamente por la Autenticidad.
- ¿Qué culturas son más compasivas? Los estudios transculturales demuestran que los iberoamericanos son más compasivos, y que las culturas de países en vías de desarrollo se preocupan más por el sufrimiento de los demás. Hemos de tener en cuenta que la compasión difiere en sus elementos según distintas culturas.
- ¿Cómo afecta la Compasión al Bienestar? Ojalá el bienestar conectara más con la compasión y la gratitud y no tanto con “estar guay” (la felicidad ingenua) como suele ocurrir en Occidente. La investigación demuestra (Ford, B. Q., Dmitrieva, J. O., Heller, D., Chentsova-Dutton, Y., Grossmann, I., Tamir, M., Uchida, Y., Koopmann-Holm, B., Floerke, V. A., Uhrig, M., Bokhan, T., & Mauss, I. B., 2015) que si se define la felicidad como algo egoísta, narcisista, desconectada de los demás, la compasión se reduce drásticamente. Sabemos que ayudar a otros nos hace realmente más felices.
- ¿Cómo podríamos ser más compasiv@s? Acepta las emociones negativas, aunque te pese. No las tengas tanto miedo. Aprendamos de la filosofía del Ubuntu (en zulú, “yo soy porque somos”, la interdependencia).
Como dice la profesora Adela Cortina, “la compasión es la virtud del corazón lúcido, el motor del auténtico progreso”. Un impulso hacia la acción, no hacia la pena (Bárbara Anderson, Ética de la Compasión).
Mi gratitud a todas las expertas (Adela, Bárbara, Birgit, Marianna) que nos enseñan el valor de la Compasión.
Como estamos viendo en la invasión de Putin a Ucrania, las sociedades compasivas, humanitarias, caritativas, misericordiosas, bondadosas, fraternales, piadosas tienen presente y futuro. Las incompasivas, despiadadas, implacables, desalmadas, inhumanas, crueles y brutales se autodestruyen.
https://www.antena3.com/noticias/mundo/estremecedor-video-llanto-padre-ucraniano-tumba-hijo_202203046221cdf4f63552000149f23d.html
‘Corazón partío’, de Alejandro Sanz, es el tema musical que te propongo. “Darse solamente aquello que te sobra/ nunca fue compartir, sino dar limosna, amor./ Si no lo sabes tú, te lo digo yo”. “¿Para qué me curaste cuando estaba herido/ y hoy me dejas por siempre el corazón partío?”.
La entrada El modo en que la Cultura afecta a la Compasión se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.