Ayer por la mañana asistí en el CaixaFórum al II Congreso de Transformación Social Corporativa: Pymes y Sociedad: Claves de la Transformación con Futuro.
Jerusalem Hernández, socia de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG, presentó el estudio ‘Contribución de las medianas empresas al desarrollo sostenible’. Los aspectos más destacados del informe son:
- Por sectores, en los servicios y consumo, mayor presencia de la mujer e insuficientes indicadores medioambientales; en la industria, seguridad y salud (la E de ESG) y poca equidad de género; en el transporte y construcción, mayor preocupación medioambiental que de igualdad de género; en los suministros una situación similar, así como en la agricultura; en finanzas, medidas sociales y en información y comunicación, medidas sociales y en menor medida, medioambientales.
- El concepto de Sostenibilidad gana relevancia para 2/3 de las empresas medianas. Sobre la Agenda 2030, un 22% de las empresas medianas tiene mucha familiaridad y un 8% bastante familiaridad.
- Sólo el 31% de las medianas (de 50 a 250 empleados) aporta información no financiera y el 20% su impacto medioambiental.
- Los aspectos sociales son la mayor contribución (para el 85% de las empresas medianas). Llaman S de ESG a la formación de los empleados, la contratación de mujeres y de proveedores de origen local. Alrededor del 20% tienen encuesta de clima, medidas de bienestar y certificación de seguridad y salud.
- La igualdad de género se da más en el sector servicios. En finanzas, no llega tanto a posiciones directivas (sólo el 12,75%). En otros sectores es menor.
- La incorporación de las personas con otras capacidades es escasa, de apenas el 2% (la ley exige llegar al 2,9-3,5%). Más en la industria que en el transporte y la construcción.
- Los frenos para avanzar en los aspectos sociales son la falta de recursos (presupuesto) en un 36% y de equipos especializados (33%). Una inversión que no se compensa.
- La dimensión ambiental presenta las mayores oportunidades de mejora. Gestión de residuos, eficiencia energética y proveedores locales son las medidas a mejorar.
- El buen gobierno es base para la creación de valor sostenible. Relevancia para más del 80% de las empresas medianas, Código Ético en más de la mitad de ellas, De nuevo, los frenos para avanzar son la falta de presupuesto (en el 40% de las compañías) y la falta de equipos especializados (34%). Un 30% de las empresas no las consideran útiles.
- ¿Hasta qué punto la Sostenibilidad impacta en la competitividad de las empresas medianas? La puntuación es entre 3,1 y 3,7 sobre 5 (entre aprobado y notable bajo). La ven como una oportunidad para acceder a financiación (45,83%). Sobre los grupos de interés (stakeholders), interesa al 42% de los clientes, 14% de los empleados, 13% de los proveedores, 10% de los financiadores, 9% de los socios y 8% del nuevo talento. Para el 39%, ninguno de ellos.
- Las recomendaciones del Informe son medir indicadores no financieros, Adquirir el talento para avanzar, Reforzar las alianzas para gestionar el desempeño, Comunicar el desempeño, Determinar lo que es relevante, Impulsar las finanzas sostenibles, Poner en valor la contribución sostenible de las pymes, Generar competitividad a través de clientes y consumidores.
Posteriormente, Jerusalem Hernández ha conversado con Begoña Gómez, directora de la Cátedra de TSC de la Universidad Complutense, Inmaculada Riera, DG de la Cámara de Comercio de España y José Marí Torres, presidente de Conpymes.
En la librería de CaixaFórum he adquirido el libro ‘BULLSHIT. CONTRA LA CHARLATANERÍA’, de Carl T. Bergstron y Jevin D. West, profesores de la Universidad de Washington en Seattle.
Según estos expertos, hay “charlatanería” (Bullshit) por todas partes. Palabras de comadreja (con intención de engañar), lenguaje jurídico, falsedades. Los autores creían que con el “teléfono inteligente” sería el fin de la charlatanería (ha sido todo lo contrario). Es la insuficiencia de la verdad.
Parcialidad, personalización y polarización. Disponemos de información errónea y de abierta desinformación, de nuevos falsificadores. Correlación no es necesariamente causalidad (causa-efecto). pero “la correlación no vende periódicos”. Bergstrom y West ponen como ejemplos “la gratificación aplazada” (el experimento de las chuches de Walter Mischel) y las correlaciones espurias.
“Los números son vehículos ideales para promulgar bullshit”. Hay porcentajes perniciosos.
Lo que más me ha interesado del libro es la Ley de Goohart, reformulada por la antropóloga Marilyn Strathern: “Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida”. La facturación o los beneficios, por ejemplo, sin propósito, sin valores, sin sentido. Todo por la pasta. Donald Campbell propuso algo similar: “Cuanto más utilizado sea un determinado indicador social cuantitativo para la toma de decisiones en el ámbito social, más sometido estará éste a las presiones de la corrupción y más probabilidad tendrá de distorsionar y corromper los procesos sociales que pretende monitorizar”. El observador participa.
Cuidado con “matematizar en exceso”, con las estadísticas zombi, con el sesgo de selección (de selección de datos y de selección de talento, en un país como el nuestro que es el 116º del mundo). “Lo que ves depende de dónde mires”. Cómo visualicemos los datos (gráficas de un tipo u otro) influye en nuestra toma de decisiones.
Estos profesores están especializados en detectar el “Bullshit en el Big Data”. Analizan cómo “ven” (Basura entra, basura sale), cómo “piensan”, cómo “se equivocan” las máquinas, incluyendo la falacia del fiscal y el sesgo de publicación, así como los ciberanzuelos.
Señalar el bullshit, ¿cómo? Cuestionando las fuentes de información, alertando de las comparaciones injustas, repensando lo que es demasiado bueno para ser cierto, reflexionando sobre magnitudes de orden, evitando sesgo de confirmación, considerando múltiples hipótesis. Para refutar la charlatanería, podemos utilizar la reductio ad absurdum, los contraejemplos, las analogías, las cifras recalculadas, los modelos nulos. Seamos correctos, seamos compresnivos, admitamos nuestros fallos, seamos claros, seamos pertinentes. Conviene denunciar la charlatanería.
Un libro muy interesante. En esta era de la información (y del espectáculo), la charlatanería está a la orden del día. En italiano, “ciarlatano” es ‘curandero’, ‘brujo’, ’embustero’, ‘farsante’, ‘impostor’, ‘parlanchín’, ‘quien habla sin sentido’. Proviene del latín “cerretanus”, vendedor de indulgencias en Cerreto, en la región de Umbria.
En esta era, el talentismo, en la que el talento es el motor de transformación, si una de cada tres empresas medianas (50-250 profesionales) no se toma en serio la Sostenibilidad o, si acaso peor, piensa que lo social es tan solo “la formación de los trabajadores”, lo medioambiental gestionar los recursos y la gobernanza cumplir la ley, no podrá atraer el talento que necesita, cada vez más escaso.
Me recuerda aquella parodia de los humoristas Faemino y Cansado: “Nueve de cada diez dentistas recomiendan el chicle sin azúcar… hemos encontrado al HdP que lo recomienda con azúcar”.
“I’m a believer”, por los Smash Mouth.
La entrada Autenticidad y Charlatanería se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.