Sábado soleado, porque el anticiclón sigue con nosotr@s, aunque frío por tratarse de la primera semana de febrero.
En ‘Expansión’ de fin de semana, B. Amigot y M. Valverde han publicado los 16 cambios profundos para el empleo:
- Contratos temporales. Sólo dos: por circunstancias de la producción y por sustitución de un empleado.
- Circunstancias de la producción.
- Sustitución.
- Trabajadores temporales que se convertirán en fijos.
- Multas por tener trabajadores temporales en situación irregular.
- Nuevo contrato de formación.
- Nuevo contrato en prácticas.
- Nuevo empleo fijo discontínuo.
- Contrato indefinido adscrito a obra.
- Desaparición del contrato de obra y servicio.
- Papel de las ETTs.
- Convenio del sector para la subcontratación.
- Convenio: prioridad del convenio de empresa, salvo en el salario.
- ERTE de fuerza mayor por el coronavirus.
- Cambios en los ERTE.
- Mecanismo RED, para ayudar a las empresas en crisis.
Como escribe Manuel Pérez Sala, presidente del Círculo de Empresarios, en el mismo diario económico, “España necesita una auténtica reforma laboral” porque “las medidas no suponen un avance significativo en el mercado de trabajo” y ” a pesar de que algunas medidas pueden tener efectos positivos, la nueva regulación tendrá como resultado aumentar la rigidez y los costes salariales para las empresas y de frenar el ritmo de recuperación del empleo.
Aunque un servidor estudiara Derecho como segunda carrera, no pretendo enmendar la plana a los ilustres juristas de lo laboral y a los agentes sociales que han formado el acuerdo refrendado rocambolescamente por el Congreso. Sin embargo, me temo que éste era un momento para haber hecho algo de mucho más nivel, en pos del EQUILIBRIO. Tenemos uno de los mercados laborales más rígidos del continente (también tras esta reforma) y junto con Holanda, el mayor porcentaje de temporalidad, por encima del 26% (la media europea está en el 14%, Italia y Portugal en el 17%, Francia en el 15%, Alemania en el 11%, los países bálticos por debajo del 3%).
“No he venido a hablar de mi libro” (parafraseando al gran Francisco Umbral); sin embargo en 10 día se publicará ‘Cómo descubrir y aprovechar el talento de tu organización. Diez conceptos para optimizarla‘, en el que trato de replantear muchas de las cosas que damos por ciertas respecto al talento y no lo son.
En el caso de la Reforma laboral y la detección y aprovechamiento del talento en nuestro país, quiero compartir contigo algunas coordenadas:
- Seguimos confundiendo Trabajo (instrumento de tortura, desde el Imperio Romano) de Empleo (implicarnos en nuestro talento, que es dinámico). De hecho, el Ministerio que dirige Dña. Yolanda Díaz se denomina “de Trabajo y Economía Social”, un término decimonónico. La precisión no es baladí, porque la automatización arrasa (literalmente) con el trabajo, de bajo valor añadido, y potencia el empleo, que pone en valor el talento (clase creativa).
- Comparar la reforma laboral de Fátima Báñez, en la crisis de la burbuja (2008) que se “resolvió” con deflación social: rescate a las entidades financieras y reducción de costes salariales, con la “contrarreforma” de Yolanda Díaz, cuando esta crisis no se puede solventar con deflación social (los beneficios empresariales han caído mucho más que los salarios) resulta ilusorio. Ha pasado casi década y media y la Globalización, la Tecnología, los Clientes y el Talento (filtro GTCT) no son lo que eran… ni volverán a serlo.
- El principal problema de nuestra economía es la productividad, que para más INRI ha caído un 6,6% en 2021. Baja productividad por escasa preparación de los trabajadores, baja calidad directiva y mala utilización de la tecnología en un país de servicios de bajo valor añadido que cayó un 10,8% en PIB en 2020 por su dependencia del turismo exterior. Esta reforma no va a ayudar precisamente, mucho nos tememos, a que la productividad aumente.
- La legislación es en todo caso condición necesaria, pero no suficiente. Las leyes no cambian un país. Sufrimos una “tormenta perfecta del empleo”, con tasas de desempleo que duplican la media europea y una aceleración de la escasez de talento porque la educación (la educación de los directivos, la educación de los profesionales, la educación de la sociedad en su conjunto) no se toma en serio. La mayor parte de nuestras pymes tienen “buenos patrones”, pero no una estrategia adecuada, ni hacen equipo, ni seleccionan talento (somos el país 116º del mundo en selección del personal y se suele confundir experiencia en el campo con mera antigüedad), ni demuestran madurez tecnológica, ni utilizan servicios profesionales de recolocación (¿Qué importancia tendrían los despidos de más o menos días por año si se le garantizara al trabajador recuperar un empleo digno?).
- Parecemos, en la lucha partidista y de ínfimo nivel, “la orquesta del Titánic”. No hay reforma de la Administración pública y tenemos más de 2,7 millones de funcionarios (con la paradoja de mayor número de plazas, a menores salarios y con mayor temporalidad). La mayor parte de las empresas, y no sólo las pymes, adolecen de falta de una rigurosa Dirección por Objetivos, Gestión del Desempeño y Retribución Variable. Esperamos el maná de los Fondos NexGen y Bruselas nos descalifica por la lentitud en los fondos de cohesión: “No pueden con dos cosas a la vez“.
En fin, que las organizaciones bien lideradas (públicas o privadas), que se tomen en serio el talento individual y colectivo, saldrán adelante y todas las demás, al hoyo. Como en la chirigota gaditana “Se han quedao contigo” (gracias, Jorge, por compartirla).
La entrada Desde el Talento, la “reforma” laboral se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.