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Ética cosmopolita. Adela Cortina apuesta por la cordura TCV

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La catedrática emérita de Ética y Filosofía Política (Universidad de Valencia) y primera mujer que ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Política, la Dra. Adela Cortina, acaba de publicar un libro imprescindible. ‘Ética cosmopolita. Una apuesta por la cordura en tiempos de pandemia’. Un libro muy práctico con nueve propuestas cordiales y razones para la esperanza.

ETICA COSMOPOLITA | Diego Marín

Frente al desafío del CoronaVirus, habida cuenta de nuestra fragilidad y vulnerabilidad como seres humanos, la profesora Cortina nos ofrece una hoja de ruta desde la “heurística de la dignidad”

1. De la muerte de la muerte al cuidado de la vida. La autora nos recuerda que las epidemias se abordan desde tres paradigmas: miasmático (ambientes sanos), higienista e inmunitario (vacunas). “La base biológica de la ética es la capacidad de cuidar” (Patricia Churchland). La compasión como sentimiento activo y transformador. “La cordura es un injerto de la prudencia en el corazón de la justicia y es buena consejera” (Cordelia se llama la hija menor de El Rey Lear, la que le acompaña en sus últimos momentos).

2. La Experiencia de la Vulnerabilidad: un mestizaje de quehacer, quehacerse y dejarse hacer. Vulnerable es quien no se basta a sí mismo, y por eso nos constituye (necesitamos a los demás). Es un componente de la “vida buena”, un fundamento de la dignidad, clave para la justicia desde la Ética del Cuidado y la Ética de la Responsabilidad. Reconocimiento cordial o Reconocimiento compasivo. “Por eso la virtud humana por excelencia es la cordura, en la que se dan cita la prudencia, la justicia y la kardía, la virtud del corazón lúcido”.

3. Cuidar la Democracia, en tiempos de recesión democrática. Ética cívica para que la democracia funcione. Junto a la mano invisible del mercado y la visible del Estado, el peso de lo intangible (Levitsky y Ziblatt). Para fortalecer la vida política desde la ética democrática, hemos de actuar a tres niveles: que los partidos protejan las instituciones básicas del Estado de Derecho (“un adversario no es un enemigo”, Michael Ignatieff), una ciudadanía madura y la amistad cívica con un proyecto común.

4. El falso dilema de la Seguridad frente a la Libertad. Adela Cortina pone como ejemplo La decisión de Sophie. No son dilemas, sino problemas. La Seguridad es un valor en alza por la pandemia. El supuesto éxito chino (el totalitarismo como sistema más eficiente en estas situaciones) fue denunciado por el disidente Xu Zangrun, profesor de la Universidad de TsingHua, en “Viral Alarm”; XiJiping se mueve sobre la base de un totalitarismo Big Data y un terrorismo WeChat. “Apostar por la seguridad frente a la libertad no es el camino para respetar los derechos humanos y caminar hacia la paz. La obediencia no es una virtud del ciudadano democrático que hay que cultivar. El autoritarismo y el totalitarismo son letales.” No queremos un poder opaco y un ciudadano de cristal (Alan Westin), sino un poder transparente y un ciudadano opaco. Por eso hay que evitar que los Gobiernos instrumentalicen la pandemia. No hay dilema entre Big Data y privacidad (la profesora Cortina cita a Andrés Pedreño y Jesús Conill): la privacidad de los datos personales es una cuestión ético-jurídica; renunciar a la propia intimidad significa perder en libertad y en justicia, perder en humanidad. Un coste que jamás deberíamos asumir.

5. No hay vida sin buena economía. Éste es un momento decisivo para las empresas, una oportunidad inaplazable para la Unión Europea e Iberoamérica. Cortina pone como ejemplo la restauración de Notre Dame (Víctor Hugo), en el corazón de Europa, y la construcción de “la ciudad justa”, con retos pendientes. Tenemos “televida”: telesanidad, teleeducación, teletrabajo, teleocio… “Confío en que fracasen, porque se equivocan”. “Nada puede sustituir al encuentro personal en los distintos aspectos de la vida; somos en diálogo y no podemos renunciar a la relación cordial sin perder calidad humana”. No se nos ocurra sustituir la vida por la televida.

6. Gerontofobia: un atentado suicida contra la dignidad humana. Algo que debemos desenmascarar, la discriminación de una persona por razón de su edad. Los romanos apreciaban la virilitas, la madurez, que se produce a los 50-60 años. Hay edad biológica, cronológica y social. El aumento de la longevidad es una buena noticia. Nadie está de más (Miguel Delibes, La hoja roja) y toda vida humana tiene igual valor.

7. Humanidades y Tecnociencias en un juego de suma positiva. Como no hay sociedad democrática sin cultura democrática, las Humanidades son imprescindibles aunque estén en declive (por no contar con un método controlable, según Jerome Kagan). Un síntoma de decadencia. Siguiendo a Aristóteles, las Humanidades son “ciencias libres” porque, más allá de ser útiles (sirven para otras cosas), son fecundas (sirven en sí mismas). Como el Amor y la compasión, “como el rocío que empapa la tierra”, impregnan nuestro carácter. “No es sino la educación lo que hace ser” (Kant). Formar en la compasión es la clave irrenunciable de la formación humanista.

8. Cuidar la palabra. Se construye ideológicamente la realidad con posverdad (“distorsión deliberada que manipula emociones y creencias con el fin de influir en la opinión pública”, práctica usual de los demagogos) y significantes vacíos. Necesitamos buen periodismo (profesional, competente y riguroso) y luchar por los derechos digitales de las personas.

9. Ciudadanía democrática. Adela Cortina repasa los modelos liberal-clásico (en “déficit emocional”), nacionalista de corte romántico, populista de culto al líder carismático, para llegar a la democracia radical como “entramado de razón y sentimientos”. Un dualismo “labrado sobre el reconocimiento cordial”.

ÉTICA COSMOPOLITA, desde la Cordura. El cosmopolitismo es organización, actitud, modo de vida (Jeremy Waldron). Prácticas vividas desde el modelo kantiano (“hay una conexión sistémica entre la crítica de la razón y el cosmpolitismo”), porque todos los seres humanos son fines en sí mismos. Un proyecto educativo, político y jurídico de ciudadanía social frente al mal radical de priorizar el egoísmo frente a la ley moral. Un cosmpolitismo arraigado y cordial, en línea con los ODS, con mimbres como “la mirada cosmopolita” (Ulrich Beck), la Declaracíón de Derechos Humanos (1948), la sociedad civil, los Estados que comparten soberanía (como en la UE), el proyecto político, un orden jurídico, la acción positiva de empoderar a los seres humanos como meta, el desafío de las migraciones y la multiculturalidad con reconocimiento mutuo. Las personas como seres dotados de competencia comunicativa, en el núcleo de esta Ética.

Adela Cortina concluye con Razones para la esperanza. “Aquí radica, a mi juicio, nuestra esperanza secular, y es un deber de humanidad dar razones para la esperanza, que no es un mero estado de ánimo, sino una virtud moral de primera magnitud”.

Gracias, profesora Cortina, por este manifiesto que es Ética cosmopolita. Es una gran noticia que los filósofos seáis el actual “comité de expertos” que tanto necesitábamos, desde la Historia (José Antonio Marina, ‘Biografía de la INHUMANIDAD’) y desde el resto de Humanidades. El cultural antes de ayer viernes 26 se hacía eco de ello en el artículo Filosofía pospandémica: de la distracción a la cordura de Nuria Azancot. “Hemos cedido más o menos gustosamente parte de nuestras libertades a cambio de la promesa de seguridad”, Manuel Arias Maldonado. “Tendríamos que dar más espacio a la reflexión para comprender que lo que da sentido a la vida es hacer el bien”, Josep María Esquirol. “Prestamos demasiada atención a quien divide, rechaza y confronta. Vivimos en una inmensa distracción colectiva”, Daniel Innerarity. “La distribución desigual de las vacunas está siendo el último capítulo de este sálvese quien pueda, que ni es ético ni es eficaz”, Agus Morales. “Deberíamos tomar ejemplo de las actividades esenciales, profesiones oscurecidas, mal pagadas pero imprescindibles”, Daniel Bernabé. “Cuando todo acabe, habrá que invertir tiempo y dinero en globalizar la respuesta a la crisis, y cuidar la salud planetaria”, Salvador Macip. “Las peores consecuencias de la pandemia están por llegar. La falta de ejemplaridad de la vida pública las intensificará”, José Luis Villacañas. Filósofos al rescate para enseñarnos que ni somos dueños de la Historia (Humuldad) ni sus esclavos (Libertad).

‘Un velero llamado Libertad’, el tema de José Luis Perales.

La entrada Ética cosmopolita. Adela Cortina apuesta por la cordura TCV se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.


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