Sábado de comida familiar y cena de niños (siete personas en el Tommy Mel’s de Las Tablas).
En El País, “El DÍA de la mujer imperfecta”, una entrevista a mi buena amiga Ana María Llopis, fundadora de IDEAS4ALL y presidenta de la cadena de supermercados DÍA, la única en el IBEX 35.
“Es enemiga de la perfección porque vive en y del mundo de las ideas. Odia desperdiciarlas y, por eso, después de abandonar su trabajo directivo en Indra para cuidar a su padre, enfermo de Alzheimer, durante seis meses, decidió embarcarse en la tarea de crear su propia empresa: Ideas4all, una red social donde los usuarios pueden hacer propuestas emprendedoras con la esperanza de que algún inversor o empresa las transforme en un buen negocio. La máxima de Ana María Llopis (Sucre, Venezuela, 1950) es que el acierto se consigue después de la experimentación. Para adaptarse al mundo actual hay que probar, equivocarse y volver a probar.
Llopis sabe de lo que habla. Es una de esas pocas mujeres que en España han llegado a lo más alto. Fundadora de Openbank (el primer banco onlinelanzado en España por el Grupo Santander), actualmente es presidenta de la cadena de supermercados DIA; una de las dos únicas mujeres que lidera un consejo de administración de una compañía del Ibex 35. Eso sí, su homóloga, la presidenta de FCC, se apellida Koplowitz.La ejecutiva venezolana también es consejera independiente de Société Générale y de Axa España.
Sabe dar en el clavo. De hecho, DIA ha conseguido cerrar 2013 con unos beneficios de un 32,5% superiores a los del año anterior. En tiempos de crisis, el modelo de supermercado de descuento se ha comido parte de la tarta que antes disfrutaban el resto de formatos comerciales. Y de ahí la capacidad de mirar más allá que le adjudican en la compañía, tiene mucho que ver.
Llopis lleva sentándose en consejos de administración de multinacionales más de quince años. British American Tobacco, ABN Amro y Reckitt-Benckiser son algunas de ellas. Antes fue directiva, su paso por Procter & Gamble, Playtex, Schweppes, Banesto y Banco Santander así lo atestigua.
Desde luego, formación no le falta. Y de inteligencia presume por sí misma sin complejos. Estudió Física y Matemáticas en la estadounidense Maryland University y se graduó con los máximos honores (summa cum laude). Después hizo el doctorado en Ingeniería de Materiales en la Universidad de Berkeley y también recibió la mención cum laude. Toda una empollona o un cerebrito, según se mire, que se creyó el mensaje que le transmitió de pequeña su admirado padre, un médico epidemiólogo encargado de llevar las campañas de vacunación a la selva venezolana: “No hay límites, puedes llegar a donde te propongas”.
Y así lo hizo. Igual que sus cuatro hermanas, una de ellas, Regina, su gemela. Todas ejercen cargos de responsabilidad en las empresas en que trabajan, algunas fundadas por ellas mismas y otras no. Regina es directora general del Grupo AIA, creado con su marido para desarrollar software y aplicaciones informáticas. Elvira ejerce el mismo puesto en la firma de moda Rose Pour les Garçons, también fundada por ella. Jimena es coach y lidera BanLoop & Musarión, especializada en entrenamiento de ejecutivos. Y Patricia es directiva en la multinacional IBM. Todas creyeron que podían y se atrevieron a probar, como les inculcaban sus padres.
Les venía de familia, aunque a Ana María Llopis no le gusta apostarlo todo a la genética. La educación igualitaria que recibió de sus progenitores (ambos profesionales en una época en la que no era corriente y en un país donde tampoco lo era, e innovadores en sus respectivos campos, como suele decir la presidenta no ejecutiva de DIA), le llevó a creer primero y luchar después por la paridad entre hombres y mujeres. De hecho, Llopis es una de las ejecutivas que suele ponerse de ejemplo cuando de romper el techo de cristal de las mujeres en las empresas se trata.
La consejera delegada de Ideas4all cree en las cuotas como mal menor para conseguir la ansiada igualdad en las cúpulas ejecutivas de las empresas. E incluso no le preocupa nada ser considerada “mujer florero” porque tiene muy claro que no lo es. Como partidaria de una selección profesional basada en los méritos, Llopis formó parte del grupo de expertos del que Manuel Conthe (entonces presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores) se sirvió para sacar adelante el Código de Buen Gobierno por el que las empresas cotizadas en Bolsa deben regirse. Y volvió a mostrar su empeño porque las mujeres fuesen consideradas necesarias para la buena administración de las compañías.
En DIA ha impulsado el plan de igualdad de la compañía, en cuya plantilla predominan las mujeres, aunque en su dirección aún queda mucho camino por recorrer, como ella misma reconoce. Algo que no ocurre en la empresa creada por ella misma, donde la ejecutiva se reparte al 50% entre hombres y mujeres.
Ana María Llopis es una mujer cercana y natural, casada y con un hijo, no tiene miedo a equivocarse. Es atrevida, de hecho una de sus frases famosas preferidas es “no hay nada a lo que merezca la pena temer. Solo hay que comprender”, una sentencia de su admirada Marie Curie. Tiene mucho carácter, no es amiga del orden escrupuloso (“mejor rápido y sucio”, suele decir) y sí lo es de la tecnología y la gente joven, de la que gusta rodearse. En su forma de gestionar, Llopis hace gala de buscar consenso y de tener autoridad.
Es una de las dirigentes de las empresas del Ibex que más usa Twitter, donde 13.000 seguidores están al tanto de los 12.000 mensajes de 140 caracteres que ha escrito. En sus tuits abundan su pasión por las buenas ideas y su afición a los dichos de personajes ilustres. Pero también consejos, como aprender a decir “no”. Una buena forma de conseguirlo si a alguno le da apuro, recomienda, es decir que lo vas a pensar, todo el mundo lo entiende y no se siente ofendido. Según confiesa en la red social, se lo enseñó uno de sus antiguos jefes.
Dos de los premios de los que se siente más orgullosa están relacionados con su apoyo al progreso de las mujeres en la empresa y con las nuevas tecnologías. En 2007 recibió el Premio Internacional Women’s Forum, una organización de cuya ejecutiva es miembro hoy. Y el año pasado fue galardonada con el Premio de Internet a la trayectoria profesional, otorgado por la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) por primera vez a una mujer.
Amante del arte (otra de las enseñanzas de sus padres), a Llopis le gusta pintar, escribir y leer. Es rápida en su forma de hablar, de pensar y de reaccionar. Y a sus 63 años, le quedan tareas pendientes. Como el libro que se ha prometido escribir en homenaje a su padre. Su objetivo es recuperar las anécdotas y peripecias de este médico que durante una época se convirtió en intermediario entre indígenas y gobernantes en Venezuela para que no desaparezcan con él. Y así hacer gala de otra de sus frases preferidas: “Me gusta convencer con los hechos”.”
Tuve la fortuna de conocer a Ana hace unos 20 años, cuando era la máxima responsable de Open Bank. Desde entonces, he admirado sus sucesivos proyectos empresariales, su filosofía de gestión y de vida y su blog, que es uno de mis favoritos. Mi gratitud hacia ella y hacia las mujeres líderes, con un nuevo modelo, “Human Age”, completamente opuesto a ese taylorismo tan machista.