En años anteriores, la última semana de julio parecía que “se acababa el mundo”. Había que cerrar proyectos, para descansar hasta septiembre. Tengo una semana viajera; sin embargo, la de 2020 nada tiene que ver.
El pasado fin de semana llegó a los kioskos el nº 30 de Retina. En portada, ‘Mi jefe es un robot. ¿Estamos preparados para que la Inteligencia Artificial ordene las relaciones laborales?’.
En la ‘Carta del Director’, Bernardo Marín escribe: “Así como una máquina ha aprendido a gestionar un conjunto de piezas para derrotar al campeón mundial de ajedrez, no parece probable que pueda gestionar con tanto éxito un equipo de humanos. Esos seres con complicados sentimientos y un órgano en el cráneo que aún es el artefacto más complejo del universo. Quizá sería el robot el que no nos aguantaría como empleados’. Estoy plenamente de acuerdo. De hecho, hace 24 años que un servidor ganó el premio AECA por el artñiculo “Jugando al ajedrez de Alicia”. Las personas no somos piezas de ajedrez, sino seres con mente (por eso debemos fomentar culturas “brain-friendly”), con corazón, con alma. Por eso la creatividad, la inteligencia emocional y la intuición marcan la diferencia. Por eso necesitamos educación, más que nunca. La IA, muy necesaria, no sustituye lo mejor del ser humano.
Miguel Ángel García-Vega escribe sobre ‘La era del reinado del jefe digital’. En lugar de rendir cuentas a un jefe, hacerlo a una máquina. “Los jefes digitales están haciendo que el empleo resulte miserable”. “Lo más preocupante de la gestión robótica es que no existe forma de discutir con un jefe robot, incluso cuando está equivocado”. “Cualquier email que envías, cada palabra que tecleas, es un libro abierto para tu director. Prácticamente toda las grandes empresas estadounidenses realizan algún tipo de vigilancia electrónica”. “Un jefe-máquina debe respetar las mismas obligaciones que un jefe-humano y mantener idénticas pautas éticas”.
Estamos TCV en el Talentismo, la nueva era en la que el talento es lo más valioso. Las empresas neotayloristas tratarán de explotar a sus trabajadores. Las TTC (TecnoTalentoCéntricas) generarán valor para sus clientes, sus empleados (en un ecosistema híbrido), sus proveedores, sus accionistas y la sociedad en su conjunto. La diferencia, el rubicón, está en el tratamiento del Talento desde el respeto y la dignidad, generando confianza y compromiso. Por ello la ética es el modo imprescindible de liderar, de neuroliderar (porque lo importante no es lo que decimos sino lo que hacemos como líderes). MAGV concluye: “Si los empresarios tienen la tentación de llevar la inteligencia artificial al límite de los derechos humanos, no serán los robots los que se rebelen”. No, claro que no. Será el Talento, en forma de empleados, de clientes y también de accionistas y activistas sociales.
Frank Pasquale, profesor de Derecho de la Universidad de Maryland y autor de ‘La sociedad de la caja negra’ (2015) y ‘Las nuevas leyes de la robótica’ (2020). Frente a las que definió Asimov, éstas son mezquinas y suicidas. “El jefe digital está llevando la ética al borde. Mita hacia el acantilado. El objetivo es garantizar que estamos tan ocupados que ni siquiera tenemos tiempo para preocuparnos por la ética”. Craso error.
Entrevista a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía social: “El trabajo no depende de las máquinas sino de las personas”, “Se decía que los derechos de los trabajadores no se detenían en la puerta de las fábricas, ahora tampoco han de pararse en el teclado del ordenador”, “Es necesario abrirle un espacio al pensamiento, al sosiego, y ahí el algoritmo y la filosofía pueden ir de la mano”.
‘Cuando el robot toca a la puerta del consejo de administración, con opiniones de los presidentes de PwC (Gonzalo Sánchez) y KPMG (Hilario Albarracín), la CEO de Bankinter (María Dolores Dancausa) y el CEO de Plaiground, la empresa de IA de Minsait, Indra (José Luis Flórez).
Entrevistas a Iván Bofarull, Chef Innovation Officer de ESADE: “Para que te vaya enormemente bien debes contar una buena historia”. “Tener narrativas que nos emociones es cada vez más importante. Un iphone es una historia que empieza en la Apple Store y termina en lo que los demás piensan de ti cuando lo tienes”. Te recomiendo una vez más para este verano su libro ‘Moonshot Thinking’.
Clara Campás, del fondo de inversión Asabys Partners: “La inversión privada en salud es acíclica, no depende de la Bolsa. Se está viendo que invertir en salud es una apuesta más segura que en otros sectores”, “Europa está por encima de Estados Unidos en calidad de producción científica”.
‘El videojuego total está en la nube’ (Jorge G. García): plataformas como Google Stadia, Porject xCloud (Microsoft) y GForce NOW (Nvidia) amplian los horizontes de la jugabilidad, aprovechando el 5G. “Probablemente nos alejaremos de las consolas físicas porque hay rendimientos marginales decrecientes en el progreso tecnológico”. Además, la experiencia de viajar en coche sin conductor en China: Didi, el Uber chino (Igor Aldama) y la tecnoogía punta contra los incendios forestales (Ramiro Vares).
Mi gratitud y admiración a Berni Marín y su equipo por un número enormemente interesante éste de agosto.
En El País Negocios, Belén Kayser titulaba su artículo ‘Los empleados dan lecciones a sus jefes’
“Si antes de la crisis se le hubiera preguntado a los directivos si sus equipos tenían la capacidad para actuar como lo han hecho, casi todos hubieran apostado a la baja”, “La evolución de los empleados de un día para otro ha sido fascinante. Han aprendido a ser efectivos trabajando en remoto, han adquirido habilidades digitales contrarreloj y mostrado más resiliencia de lo que nadie podría haber esperado”, Nick van Dam, profesor de IE University y autor de ‘Elvating Learning & Development’. Es el salto al Liderazgo de servicio (Patricia Daimiel, DG de Nielsen Ibérica): “El líder es un guía que marca el rumbo, resuelve dudas y trabaja con los empleados en una estructura horizontal, mucho más ágil y donde están empoderados”, “Es fundamental en un momento en el que los trabajos mecanizados tienen los días contados, dar alas a los trabajadores para que potencien su talento y habilidades”. Lo que es clave “para atraer y retener talento, especialmente de generaciones que demandan otra cultura de trabajo más flexible”.
“Estarán mal vistas las empresas que no propongan esa flexibilidad. Los empleados han demostrado ser un socio más con su capacidad de entrega y adaptación”, Claudio Lara, cofundador de Genetikomm y coautor del estudio Nuevas tendencias laborales en el mundo que viene.
La periodista pone varios ejemplos interesantes, como PR Garage (que tivo que hacer un ERTE a 20 de sus profesionales), el Ayuntamiento de Gavá (con una web especial), Knauf Insulation Iberia (formación online aprovechando la pandemia), Onroad o Triodos Bank.
Belén Kayser tiene la amabilidad de citar a un servidor en varias ocasiones: “El 13 de marzo se acabaron las excusas para los que gestionaban con desconfianza sus plantillas. Han demostrado desde su casa ser profesionales; ya no aceptan volver a lo de antes. Quieren acabar con el presencialismo y que se reconozca su capacidad de creación, innovación, intuición e inteligencia emocional”, “Es tiempo de analizar al trabajador por el valor que aporta; si no, sueles despedir a quien no debes”, “Hemos de crear espacios “reales” de innovación en las compañías, que son “una apuesta a largo plazo”. “Son grupos sin jerarquías que toman decisiones, se equivocan y corrigen”.
Mi gratitud a Belén, espléndida periodista y futura mamá, a la que recomiendo ‘¿Somos malas madres?’ de Marta Grañó.
Todo esto me evoca musicalmente a ‘El vídeo que mató a la estrella de la radio’ (The Buggles). El robot no va a matar a la estrella del talento.
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