Viaje a Valencia para compartir reflexiones y proyectos con Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema y gran referente de la educación en nuestro país. Cada vez estoy más convencido del papel de la educación para transformar nuestro mundo, porque una sociedad ignorante es una sociedad sumisa y decadente. Mi gratitud a Carmen y a su equipo de Trilema, que está aprovechando la pandemia para reprensar la educación.
Te recomiendo una de las entrevistas más recientes a Carmen Pellicer, en Nius (Marta Arriguegomezcorta): “Esta crisis debe servir para repensar qué necesitan aprender los niños“.
O tratamos consciente y voluntariamente de salir adelante, o nadie lo hará por nosotr@s. Se habla mucho estos días de la necesidad de resiliencia, y el cerebro puede confundirse: al hablar de algo, creer que ya lo está haciendo. La resiliencia se practica desde la claridad de ideas, la firmeza del estado de ánimo y, sí, la paciencia.
Ya sabes que Aristóteles es mi coach favorito, y a él deberíamos dirigirnos en busca de virtudes (valores vividos, no solamente expresados, desde un propósito de vida) y equilibrio: el justo medio. El filósofo de Estagira nos enseñó que debemos practicar precisamente 11 virtudes:
1. Valentía: El justo medio entre la cobardía y la temeridad.
2. Templanza (serenidad): El punto medio entre la sobreindulgencia y la insensibilidad.
3. Liberalidad: El justo medio entre la tacañería y la prodigalidad (dadivosidad irresponsable=.
4. Magnificencia: Esta es la virtud de vivir con abundancia, que se sitúa en el justo medio entre el recato y la vulgaridad.
5. Magnanimidad: Esta es la virtud del sano orgullo y significa el equilibrio entre la falsa modestia y los delirios de grandeza. Se basa en la confianza, en la seguridad en un@ mism@, sin complejos.
6. Paciencia: La virtud que controla el temperamento, para no caer ni en los ataques de ira o tristeza ni tampoco, en el otro extremos, en la pasividad y la sumisión.
7. Honestidad: Virtud que supone el justo medio entre los vicios de la mentira (el fin no justifica los medios) y el de la falta de tacto (el “sincericidio”).
8. Ingenio: El justo medio entre el aburrimiento estéril y la bufonería.
9. Amigabilidad: La amistad es parte central del sentido de la vida. No debemos aislarnos, ni estar tan pendientes de los demás que nos olvidemos de nuestros propias necesidades e intereses.
10. Vergüenza: Se trata de una virtud clave para el aprendizaje, para nuestra “learnability” (aprendibilidad). El vicio de ser un “sin vergüenza” es no reconocer nunca los errores y no aprender de ellos. En el otro extremo, no atreverse, no experimentar, por temor a cometer errores (no es lo mismo hacerlo que fracasar; del error se aprende, el fracaso te hunde).
11. Justicia: La Equidad como virtud se sutúa en el justo entre el egoísmo y la falta de amor propio.
Creo que merece la alegría hacer un ejercicio de reflexión, aquí y ahora, sobre nuestras virtudes. ¿Cuáles son las fortalezas que hemos de mantener, dónde están las oportunidades de mejora para una vida más feliz?
La propuesta musical de hoy es doble.
‘La mentira’ (“Se te olvida”) en la preciosa versión de Ana Belén. Mi querido Juan Luis Galiardo, siempre en el recuerdo, me presentó a Ana Belén y Victor Manuel cuando representaba ‘Humo’ con Kiti Manver. “Y hoy resulta/ que no soy de la estatura de tu vida”.
y el ‘Gracias a la vida’ por Sole Giménez. “Gracias a la vida/ que me dio tanto”.
La entrada Virtudes y educación se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.