Ayer por la tarde volvimos por fin al cine, a ver ‘Cartas a Roxane’ (Edmond) en los Verdi de Bravo Murillo (gracias, Amalia por la sugerencia). Se trata de una película maravillosa escrita y dirigida por Alexis Michalik.
Paris, 1987, en plena Belle Epoque. El Moulin Rouge es un éxito, los Lumiére presentan el cinematógrafo, Renault está a punto de construir sus coches. Edmond Rostand es un poeta y dramaturgo fracasado que sufre una parálisis creativa. ¿Cómo será capaz de crear en muy poco tiempo ‘Cyrano de Bergerac’, el mayor éxito de la historia del teatro francés? Más allá de su propio talento, en ese momento bloqueado, gracias a la intervención de un “entorno tónico”.
- La gran actriz Sarah Bernhardt, apasionada por su talento.
- Ella le presenta a Constant Coquelin, el gran actor, que necesita un éxito para las navidades, en tres semanas.
- Las ideas sobre Cyrano se las proprocionará Monsieur Honoré, empresario de color dueño de un restaurante y de una espléndida biblioteca, acostumbrado a luchar contra el racismo.
- Rosemonde, su mujer y madre de sus hijos, que le sirve de apoyo en casa, si bien ya no cree en él.
- Su amigo Léo Volny, guapo y tonto, enamorado de Jeanne/Roxane.
- Su musa, su inspiración, Jeanne, con la que se comunica a través de cartas.
- Los Floury, Ange y Marcel, que financian la obra.
- Frente a ese “ecosistema de talento”, ese equipo informal que apoya a Edmond Rostand, los que se oponen a él: el dramaturgo de éxito Georges Feydeau, el director de la Comedie Française que trata de impedir que estrenen, etc.
Una maravillosa película que merecería un Cine Fórum Empresarial sobre el Talento y la Creatividad, que no es cosa de “lobos solitarios” sino de la existencia de un equipo.
Cuando el talento se siente angustiado, es muy difícil que salga adelante por sí solo. Es cierto que Edmon Rostand (1868-1918) tuvo un éxito colosal con Cyrano, que en su primera representación alcanzó 20 minutos de aplausos y que se le concedió la Legión de Honor días después de estrenada esta gran obra, que en el último siglo se ha representado más de 200.000 veces. Rostand falleció por la mal llamada “gripe española” en invierno de 1918.
He estado leyendo en Psychology Today al Dr. Leon Seltzer: ‘Cómo hablar con tus defensas gastadas y activarlas‘. El autosabotaje es la parte inconsciente que nos debilita cuando se puede producir una gran transformación en nuestras vidas, Su finalidad es tratar de mantenernos en la zona de confort, añorando una situación anterior. Por ejemplo, el éxito profesional que enmascara que las cosas no funcionan en casa. Entonces el miedo y la indecisión nos paralizan; los pensamientos nos bloquean y dejan exhaust@s. Entre las causas del autosabotaje:
- Problemas para priorizar el plan de acción
- Falta de autocontrol
- Baja motivación
- Creencias limitantes (“no merezco el éxito”)
- Escasa autoestima
- No tener claro qué se quiere conseguir
- Anteponer las necesidades de otros (hijos, padres, marido)
- Temor al fracaso
- Temor a no estar a la altura de las expectativas de terceros
- Conflictos internos
El autosabotaje aparece cuando se necesita una gran responsabilidad. De ahí el miedo intenso, la falta de seguridad en un@ mism@, la necesidad de controlar lo que no se puede, la nostalgia, la baja autoconfianza (que, recordemos, es combinación de autoestima -quererte a ti mism@- y autodignidad -mereces tu propia felicidad).
Las conductas de autosabotaje son no finalizar las cosas (sea escribir un libro, triunfar como docente o consultor/a) porque así no se fracasa, la procrastinación (postergar decisiones y acciones, sea tomarse vacaciones o romper con la situación), el perfeccionismo (la justificación ideal) y poner excusas: la falta de tiempo, de energía, la edad, que no es el momento, etc.
Mi gratitud a la psicóloga y sexóloga Isabel Rovira por lo que nos enseña sobre el autosabotaje.
¿Se puede salir del autosabotaje? Si y sólo si se activan la consciencia (darnos realmente cuenta de la situación) y el equipo. El tándem es la unidad mínima de Liderazgo y en el autosabotaje se pone a prueba. No se puede ofrecer ayuda a quien cree que no la necesita.
Pero volvamos al Dr. Seltzer. El fundador de la “Terapia de Sistemas Familiares Internos” (IFS), Richard Schwartz, postula que tenemos distintas partes de nuestra personalidad. Cuando nos sentimos abrumad@s por el miedo, la vergüenza, el temor al “qué dirán”, se disparan los mecanismos de de defensa inconscientes: la negación, la represión, el desplazamiento, la proyección. El crítico interno nos lleva al aislamiento. La clave está en empoderarte a ti mism@. Las claves son:
- Ponerle nombre a lo que te pasa, así lo llevas a la consciencia. Si te lo tomas como algo pasajero, durará más (si la depresión es severa, podría durar toda la vida, convirtiéndote en una persona sumisa).
- Localizar las partes del cuerpo en la que se localiza ese dolor que te impide activarte.
- Cuando esas defensas que te sabotean estén localizadas, trata de “separarte” de ellas.
- Da la bienvenida a la vida, al futuro que deseas. Imagínate cumpliendo los objetivos de amor, de éxito profesional, de disfrute si se cumplen. Ve al futuro que deseas en lugar de quedarte paralizada en el angustioso presente.
- Pregúntale a esas defensas la “edad” que tienen. Seguramente provienen de tu niñez o tu juventud y han quedado obsoletas para lo que necesitas ahora.
- Repasa los éxitos que has tenido en tu vida, lo que has logrado a pesar de las dificultades de la vida. Eres una persona resiliente y lo sabes.
- No trates de erradicar tus mecanismos de defensa, sólo de moderarlos. Es bueno tener frenos pero no impedir que el vehículo se detenga para siempre.
Gracias, Dr. Seltzer (sus entradas en el Blog reciben más de 40 M de visitas) por sus sabios consejos.
Siempre me ha fascinado que nuestra energía (la capacidad que tenemos para hacer lo que queremos hacer) no es una sino cuatro: física, mental, emocional o de valores. Steph Vermeulen me enseñó en 2007 en Sudáfrica que se produce el “drenaje de Talento” por falta de compromiso, de la energía que le ponemos al proyecto profesional y personal, cuando el Talento se siente exhausto en lo físico, descentrado en lo mental, desanimado en lo emocional y anómico en lo espiritual.
El Talento exhausto lo produce la falta de sueño, la desconexión de adicciones (por ejemplo, al trabajo), la falta de ejercicio, de relajación y la mala o escasa alimentación.
El Talento descentrado se produce por aburrimiento, quejas, sentimiento de culpabilidad, estrés, pensamientos negativos, enfados…
El Talento desanimado lo provocan la dependencia, el derrumbe, los temores, las luchas internas, la necesidad de control, la incapacidad para gestionar las emociones que te desbordan.
El Talento anómico lo generan la falta de disciplina, la falta de Fe en el futuro, la desconfianza en un@ mism@, la inexistencia de propósito o la mala gestión actual del tiempo.
La interacción en el drenaje de Talento entre las cuatro energías es una bomba de relojería y puede llevar a una dinámica muy tóxica.
El virus del miedo puede ser igual o peor que el corona.
Hoy dos temas musicales. ‘Te extraño’, considerada la canción más triste del mundo
Y ‘Don´t stop me now’ de The Queen. Se considera científicamente que es la canción que mejor te activa y te ayuda a dejar atrás los mecanismos que te paralizan.
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